Una exposici¨®n muestra la evoluci¨®n de la t¨¦cnica de creaci¨®n de catapultas
El t¨ªtulo de la exposici¨®n asusta, pero no hay nada que temer. Tormentaria. Catapultas y m¨¢quinas de asedio es un recorrido por la ingenier¨ªa militar anterior al uso generalizado de la p¨®lvora, pero que bucea m¨¢s en las conquistas t¨¦cnicas y mec¨¢nicas que en su aspecto puramente b¨¦lico. Conformada por reproducciones fieles de aquellos ingenios, la muestra, que se presenta por vez primera en el Pa¨ªs Vasco, se exhibe en el Dep¨®sito de Aguas del Centro Cultural Montehermoso hasta el pr¨®ximo 23 de agosto.
El antiguo dep¨®sito de aguas de Vitoria es un lugar inmejorable para albergar la muestra Tormentaria. Su estructura un tanto t¨¦trica y su atm¨®sfera siniestra ofrecen el marco id¨®neo para torres de asalto, arietes, tr¨¦panos, catapultas, cheirobalistas, carrobalistas y otros artefactos creados para rendir ciudades fortificadas. El recorrido de Tormentaria (palabra que, a pesar de sus resonancias, se refiere al arte de fabricaci¨®n de las m¨¢quinas de guerra) comienza con una referencia a los asirios, con una torre de asalto que utilizaron en sus guerras. Tras ellos, llegan los griegos, verdaderos pioneros tambi¨¦n en estas artes: su catapulta de arco flexible y su catapulta de torsi¨®n (en la que utilizaban tendones de caballos y toros) supusieron grandes avances en el lanzamiento de piedras, de hasta media tonelada de peso, por el empleo complementario de distintas fuerzas.
Pero el hito en este tipo de acciones llega, seg¨²n se?ala la exposici¨®n, con el conflicto que en el a?o 406 a. C. enfrent¨® a Siracusa y Cartago. En aquella guerra fue cuando ya se encarg¨® directamente a los ingenieros el dise?o de la estrategia de asedio. Estos expertos estaban muy solicitados por los reyes y se?ores de aquel tiempo, seg¨²n se recoge en la muestra, que recuerda algunos de los grandes asedios de la historia, como los que sufri¨® el Krak de los Caballeros, fortaleza cristiana de las Cruzadas en la actual Siria, que todav¨ªa se mantiene en pie.
La exposici¨®n trata de presentar con estas reproducciones fieles (que han sido realizadas a partir de planos dise?ados desde los grabados y documentos de la ¨¦poca) el mecanismo de aquellos artefactos que alcanzaban varios metros de altura y ten¨ªan una capacidad ofensiva de hasta 200 metros de longitud. As¨ª, el trabuco (un tipo de catapulta procedente de China y que lleg¨® a Europa con los mogoles) pod¨ªa llegar a los 30 metros de altura.
Para la construcci¨®n de estos ingenios se llegaban a talar bosques enteros y se empleaba siempre madera verde, cuya flexibilidad era imprescindible para el combado del brazo lanzador.
Pero no s¨®lo hay catapultas; tambi¨¦n se presentan dos modelos de arietes: uno, el tradicional, en el que se observan los distintos recubrimientos del madero, y el otro, muy popular en la Edad Media europea, cubierto, con una longitud real de 20 metros y que era manejado por 40 hombres. La cubierta del ariete estaba forrada de cuero impregnado de vinagre para evitar que se incediara con el aceite y la brea ardiendo que se arrojaba desde las almenas de la fortaleza.
El ¨²ltimo ingenio que se reproduce fue creado por Leonardo da Vinci quien, entre sus m¨²ltiples facetas creativas, tambi¨¦n ten¨ªa la de ingeniero de guerra. Es una catapulta con el brazo flexible, que lanzaba dos proyectiles al mismo tiempo.
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