El cl¨¢sico de los cl¨¢sicos
Brasil recibe hoy a Argentina en medio de una crisis interna y con un miedo a perder desconocido
No hay coraz¨®n que aguante tanta espera. Es demasiado largo el viaje del d¨ªa hacia la noche cuando van a jugar Brasil y Argentina. Son seis Copas del mundo entre los dos. Cuatro, Brasil y dos, Argentina. M¨¢s todos los t¨ªtulos suramericanos y los trofeos ganados por los clubes de cada pa¨ªs. Es el cl¨¢sico de los cl¨¢sicos del f¨²tbol mundial. Cada selecci¨®n pone m¨¢s de 300 millones de d¨®lares en jugadores dentro del campo del estadio Morumb¨ª de Sao Paulo esta noche y estar¨¢n en disputa tres puntos importantes para la eliminatoria suramericana a la Copa del Mundo.Argentina es l¨ªder invicto, con cinco partidos jugados y cinco ganados, 14 goles a favor y s¨®lo dos en contra. Brasil marcha en quinto lugar, acaba de perder con Paraguay (2-1) hace una semana y poco antes empat¨® ag¨®nicamente en casa frente a Uruguay (1-1), en un partido que mereci¨® perder.
Como pocas veces en toda su historia, el equipo argentino llega confiado, callado, tranquilo y sin preocupaciones. Brasil, en cambio, atraviesa una dram¨¢tica crisis de identidad que se hizo evidente desde que comenz¨® este a?o la eliminatoria. Las cr¨ªticas al entrenador Wanderley Luxemburgo se extendieron ya a todos los jugadores, a los que la prensa y los aficionados acusan de pensar m¨¢s en sus propias carreras y en sus contratos que en la selecci¨®n. El legendario rey Pel¨¦ acus¨® a Luxemburgo de no seguir sus consejos: "Yo le dije que deb¨ªa jugar las eliminatorias con el equipo que disput¨® el Preol¨ªmpico, pero ¨¦l insisti¨® en convocar a los consagrados como Antonio Carlos, Roberto Carlos o Caf¨², despreciando a los que est¨¢n aqu¨ª en Brasil, y as¨ª nos va". Para el entrenador, "es absurdo lo que dice Pel¨¦". Las versiones sobre conflictos y peleas internas en la plantilla alteran el ¨¢nimo de los jugadores, que empiezan por negar todo y terminan por admitir que el estado de ¨¢nimo no es el mejor. Luxemburgo no encuentra el equipo. En los entrenamientos ha colocado a Rivaldo de media punta un tiempo y otro de delantero. Pero Rivaldo solo no puede tapar los agujeros de creaci¨®n y los problemas para llegar al gol que parece tener el equipo. Para esta noche se anuncian entre cuatro y cinco cambios con relaci¨®n al equipo que perdi¨® en Paraguay hace una semana.
Por el contrario, cualquier aficionado argentino sabe recitar de memoria la formaci¨®n titular de su selecci¨®n.
Argentina y Brasil han disputado 84 partidos, con 32 victorias argentinas y 31 brasile?as. Nunca antes import¨® c¨®mo llegaba cada uno a jugar el cl¨¢sico. Pero, escuchen ahora a Rivaldo: "Perder ser¨ªa un desastre". ?Perder? ?Cu¨¢ndo hablaron los jugadores brasile?os de perder antes de un partido, cualquiera que fuera el rival? "Ser¨ªa terrible", dice Roberto Carlos. ?Terrible? ?Cu¨¢ndo han usado palabras tan dram¨¢ticas los representantes de la alegr¨ªa brasile?a, del jogo bonito que deslumbr¨® al mundo? ?Es que Brasil est¨¢ para el div¨¢n del psic¨®logo?
Pero Brasil y Argentina van a jugar, y nada m¨¢s importa. Psic¨®logos, instrucciones, ¨®rdenes, gritos, oraciones, el clamor de los fan¨¢ticos... todo se apaga cuando faltan pocos minutos para el comienzo.
Esta madrugada, en el primer partido de la sexta jornada de las eliminatorias suramericanas para el Mundial 2002, Ecuador y Colombia empataron a cero en Quito.
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