El primer ministro israel¨ª comenz¨® a preparar su nuevo Gobierno en el avi¨®n

Barak, no pierde su tiempo: ayer mismo, desde el avi¨®n en el que regresaba a casa realiz¨® las primeras gestiones para negociar la composici¨®n de un nuevo Gobierno, capaz de reemplazar a la maltrecha coalici¨®n, que ha quedado liquidada en poco m¨¢s de un mes por su pol¨ªtica de paz en la zona y por la celebraci¨®n de la cumbre de Camp David con el l¨ªder palestino, Yasir Arafat.Barak preside un Ejecutivo con siete ministros dimitidos y cuatro partidos que abandonaron la coalici¨®n.Ayer telefone¨® desde el aire a los dirigentes de los partidos laicos radicales, ideol¨®gicamente afines al laborismo, entre ellos Meretz, Shinui o Am Ehad, a los que les propuso formar parte de una remozada coalici¨®n gubernamental.

Las respuestas evasivas o condicionadas obligaron al primer ministro a llamar de nuevo a los dirigentes ultraortodoxos sefard¨ªes del partido Shas con los que, a pesar de sus continuas traiciones, acab¨® concertando un encuentro para hoy. Tambi¨¦n habl¨® con el l¨ªder del derechista Likud, Ariel Sharon, con quien se ver¨¢ en la noche de hoy.

La operaci¨®n es urgente. El tiempo juega en contra de Barak, ya que el 31 de julio, el Parlamento de Jerusal¨¦n debe votar el sustituto del presidente Ezer Weizman, dimitido tras un esc¨¢ndalo financiero, y los laboristas tratan de colocar a su candidato; Simon Peres, un pol¨ªtico en el paro.