Espa?a, Italia, Francia y Alemania suprimen el permiso de residencia para comunitarios
Espa?a, Italia, Alemania y Francia eliminaron ayer la obligaci¨®n de obtener un permiso de residencia a los ciudadanos de la Uni¨®n Europea. La medida se aplicar¨¢ a todos los nacionales comunitarios aunque no haya reciprocidad. Tambi¨¦n a los nacionales de Noruega, Islandia y Liechtenstein, aunque en este caso s¨®lo si hay reciprocidad. El acuerdo se firm¨® aprovechando la reuni¨®n informal de ministros europeos de Interior y Justicia en Marsella, consagrada a reflexionar sobre los problemas de inmigraci¨®n y la construcci¨®n de un espacio judicial europeo.
Simbolismo
Para los espa?oles la principal consecuencia del acuerdo es que a partir del 1 de enero de 2001 podr¨¢n desplazarse y vivir en Alemania, Francia e Italia sin necesidad de realizar ninguna gesti¨®n burocr¨¢tica ante las autoridades locales. As¨ª ser¨¢ para los ciudadanos activos y los estudiantes, y tambi¨¦n para los llamados "beneficiarios del derecho a permanecer". Pero no para los jubilados o aquellas personas que, sin haberse acogido a la jubilaci¨®n, tampoco figuran como trabajadores en activo. Este grupo lo forman los dos polos m¨¢s opuestos de la sociedad: los marginados y los millonarios. Jubilados, millonarios y marginados seguir¨¢n necesitando un permiso de residencia.Activos y estudiantes podr¨¢n residir sin permiso y bastar¨¢ con que acrediten su nacionalidad mediante un pasaporte o un documento nacional de identidad. Pero no tendr¨¢n derecho ni a beneficiarse de la seguridad social local ni a percibir ning¨²n tipo de pensi¨®n no contributiva.
Los cuatro pa¨ªses firmantes del acuerdo decidieron extender sus beneficios al resto de pa¨ªses de la Uni¨®n Europea, incluso en el caso de que ¨¦stos no acuerden aplicar las mismas medidas a los ciudadanos espa?oles, alemanes, franceses e italianos. Tambi¨¦n se invitar¨¢ a participar del acuerdo a los tres pa¨ªses del Espacio Econ¨®mico Europeo (Noruega, Islandia y Liechtenstein) aunque en este caso s¨ª se exigir¨¢ que las medidas se apliquen mutuamente a las dos partes.
El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, que firm¨® la declaraci¨®n en nombre del Gobierno espa?ol, destac¨® el simbolismo de ese acuerdo, rubricado precisamente aprovechando una reuni¨®n informal de los titulares europeos de Interior y de Justicia en la que el denominador com¨²n de los debates fue la colaboraci¨®n mutua en materias como la inmigraci¨®n o la creaci¨®n de un espacio judicial europeo. Un espacio que la ministra francesa Elisabeth Guigou ve como el mejor m¨¦todo para que "los criminales sean juzgados all¨ª donde han cometido el crimen, al margen de cu¨¢l sea su nacionalidad", mientras para el espa?ol ?ngel Acebes es necesario porque "una frontera no debe ser obst¨¢culo para perseguir delincuentes".La creaci¨®n de un espacio judicial europeo es un objetivo pol¨ªtico fijado en oto?o pasado en la cumbre de Tampere, en Finlandia. Fue una idea defendida sin ¨¦xito por Espa?a hace m¨¢s de tres a?os, durante las negociaciones que cuajaron en el Tratado de Amsterdam, y que ahora ha pasado a tener car¨¢cter prioritario.
Los ministros de Justicia parecieron ayer estar de acuerdo en que la mejor v¨ªa para llegar a ese espacio judicial com¨²n es el reconocimiento mutuo de las decisiones judiciales, descartando as¨ª t¨¢citamente la compleja opci¨®n de intentar armonizar las legislaciones nacionales con normas comunes europeas.
Para el Gobierno espa?ol uno de los principales objetivos es acelerar la unificaci¨®n de criterios en materia de extradici¨®n. Pero Madrid ha topado con las reticencias del comisario europeo competente en la materia, el portugu¨¦s Antonio Vitorino. Vitorino teme que si se soluciona primero el problema de las extradiciones algunos pa¨ªses dejar¨¢n de estar interesados en el reconocimiento mutuo de las decisiones judiciales. "A largo plazo, la extradici¨®n entre los Estados miembros de la Uni¨®n podr¨ªa convertirse en in¨²til si las decisiones tomadas en un Estado miembro fueran simplemente reconocidas en todos los otros Estados miembros".
El ministro espa?ol ?ngel Acebes admiti¨® la coherencia del razonamiento de Vitorino, pero insisti¨® en que ello no era obst¨¢culo para acelerar un acuerdo en materia de extradici¨®n. Recibi¨® el apoyo de la presidenta del Consejo, Elisabeth Guigou. "La cuesti¨®n de la extradici¨®n es un problema dif¨ªcil, pero eso no es raz¨®n para que no lo situemos entre los primeros asuntos a discutir".
El plazo de realizaci¨®n del espacio judicial europeo es una de las inc¨®gnitas no resueltas ayer. Acebes, prudente, no quiso hacer pron¨®sticos. Guigou se conform¨® con recordar que "hemos tardado 45 a?os en hacer el mercado interior y 30 a?os en hacer la moneda; espero que no necesitemos tanto tiempo para hacer el espacio judicial ¨²nico". Fuentes diplom¨¢ticas se mostraron mucho m¨¢s optimistas: "En tres o cuatro a?os podemos lograr el reconocimiento mutuo de sentencias; a partir de ah¨ª se habr¨¢n solucionado problemas como el de las extradiciones, que nos preocupan mucho a todos". "El principal problema de las extradiciones no es el terrorismo, como piensan algunos, sino los delincuentes comunes", a?adieron esas fuentes.
Guigou anunci¨® que la presidencia francesa presentar¨¢ una iniciativa para que el acuerdo firmado en junio para resolver qu¨¦ juez es competente en materia de divorcio en los matrimonios binacionales se complete con un acuerdo sobre el derecho de visita a los hijos, aunque dej¨® para m¨¢s adelante cualquier propuesta sobre pago de pensiones alimentarias. "Cada cosa a su tiempo", admiti¨®.
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