Putin exige a los oligarcas que paguen impuestos y acaten las leyes
La reuni¨®n que ayer mantuvo el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, con los representantes del gran capital, marc¨® el acta de defunci¨®n de los oligarcas como clase que utiliza para enriquecerse sus conexiones con un poder corrupto. A partir de ahora, el Kremlin se mantendr¨¢ equidistante, la ley se aplicar¨¢ igual para todos y los impuestos se pagar¨¢n religiosamente. Este escenario de utop¨ªa, que falta por ver si se plasma en hechos, es el que present¨® Bor¨ªs Nemtsov, organizador de la cita y l¨ªder de la Uni¨®n de Fuerzas de Derecha.
Y no ya tan s¨®lo, vino a decir Nemtsov, por la voluntad soberana del zar Vlad¨ªmir, sino porque los magnates se han convencido de que tambi¨¦n ser¨¢ mejor para ellos que cambien las reglas del juego. Putin recibi¨® en el Kremlin a 21 grandes capitanes de empresa, entre ellos varios que, en los ¨²ltimos meses, han estado en el punto de mira de los fiscales, como Rem Vi¨¢jirev (Gazprom, primera empresa de Rusia), Vaguit Alejp¨¦rov (petrolera Lukoil), Vladimir Potanin (imperio bancario-industrial Interros) y Mija¨ªl Friedman (grupo Alfa). Las ausencias mas notorias fueron las de Anatoli Chub¨¢is (jefe del monopolio el¨¦ctrico, de viaje en Finlandia), Bor¨ªs Berezovski (inventor e ide¨®logo del concepto mismo de oligarcas, hoy distanciado de Putin), su socio Rom¨¢n Abram¨®vich y el presidente del grupo de comunicaci¨®n Media-Most, Vlad¨ªmir Gusinski. ?ste ¨²ltimo, ¨²nico gran magnate que ha pagado con unos d¨ªas de c¨¢rcel el acoso de la fiscal¨ªa, vol¨® a Espa?a el pasado mi¨¦rcoles para reunirse con su familia, apenas se levantaron las acusaciones contra ¨¦l y la prohibici¨®n de abandonar el pa¨ªs.
Putin estuvo acompa?ado de su primer ministro, Mija¨ªl Kasi¨¢nov y del ministro de Comercio y Desarrollo Econ¨®mico, Guerman Gref. Un comunicado del Kremlin afirm¨® que las discusiones "se centraron en el papel de los hombres de negocios en el fortalecimiento del Estado ruso, el mantenimiento de la estabilidad social y la preservaci¨®n y expansi¨®n de la riqueza nacional". Nemtsov se?al¨®, por su parte, que ayer se hab¨ªa cerrado el proceso de acumulaci¨®n primaria de la propiedad en Rusia.
Putin abri¨® la reuni¨®n leyendo la cartilla a sus invitados, a los que record¨® que, en gran medida, fueron ellos los que construyeron el actual Estado ruso, "a trav¨¦s de estructuras pol¨ªticas o semipol¨ªticas" bajo su control. Por eso, se?al¨®, "no hay por qu¨¦ culpar al reflejo en el espejo", es decir, quejarse cuando vienen mal dadas. Lo que se debe conseguir, continu¨®, es que las relaciones entre el Estado y los negocios "sean democr¨¢ticas, civilizadas y transparentes".
Putin no prometi¨® parar los pies a los fiscales (habr¨ªa sido tanto como admitir que los controla), pero s¨ª dijo que "se dramatizan demasiado" algunas actuaciones en ese terreno. Los m¨¢s optimistas pueden entender que se acab¨® el acoso y que se har¨¢ borr¨®n y cuenta nueva, aunque su anfitri¨®n se cuid¨® mucho de decirlo tan claro.
El presidente prometi¨® que no se revisar¨¢n las privatizaciones de grandes empresas que, con grave quebranto para el Estado, y de forma con frecuencia irregular (cuando no ilegal), se produjeron durante la etapa de Bor¨ªs Yeltsin y dejaron medio pa¨ªs en manos de un pu?ado de grandes magnates.
A cambio, los oligarcas dejar¨¢n de serlo gracias a un doble compromiso que implica, por parte de Putin, no hacer distingos discriminatorios y acabar con la corrupci¨®n sistem¨¢tica en la Administraci¨®n. En cuanto a los magnates, est¨¢n te¨®ricamente dispuestos a actuar de acuerdo con la ley, a dejar de utilizar el arma del soborno y a pagar los impuestos, sobre todo ahora que se ha aprobado un nuevo c¨®digo fiscal menos opresivo. "Se acabaron los oligarcas", dijo Nemtsov a la prensa. "Preg¨²ntenle a Potanin". Y el due?o de Norilsk N¨ªquel, la primera productora de ese metal del mundo, gracias a una privatizaci¨®n que ¨¦l mismo dise?¨® cuando era viceprimer ministro, respondi¨®: "Es cierto".
No todos los magnates reunidos en el Kremlin se mostraban satisfechos. Si no lo veo, no lo creo, dieron a entender varios de ellos. Como Kaja Bendukidze, que dirige un supercomplejo industrial en Yekaterimburgo (Urales), quien dijo ir¨®nicamente que ten¨ªa la impresi¨®n de que ¨¦l hab¨ªa estado en una reuni¨®n diferente, y mostr¨® su preocupaci¨®n por la falta de resultados concretos, empezando porque Putin no dijo con qu¨¦ instrumentos va a garantizar la equidistancia en sus relaciones con los grandes empresarios.
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