Montaje impecable

Estrenar nuevos textos esc¨¦nicos es una obligaci¨®n. E incluso hacerlo con textos que ciertamente, como en el caso de Hurracan, que Enric Nolla ley¨® p¨²blicamente en el Festival de Sitges hace ya algunos a?os, no tienen garant¨ªa de ¨¦xito. Hurracan es, cuando menos, un experimento arriesgado cuya viabilidad resultaba dif¨ªcil valorar sin una adecuada puesta en escena. De hecho, la obra se inspira en una serie de noticias que en la ¨¦poca de la creaci¨®n del texto tuvieron a la opini¨®n p¨²blica en vilo: fundamentalmente, la matanza de Puerto Hurraco y el secuestro de la farmac¨¦utica de Olot, a las que se suman otras que conforman, en conjunto, un retrato bastante negro del ser humano. No es, desde luego, un espect¨¢culo sensacionalista, sino que trata de analizar la brutalidad del alma humana, su capacidad de autoenga?o, en ¨²ltima instancia la existencia del cielo y del infierno. Que est¨¦ inspirado en hechos reales no tiene, en el fondo, la menor importancia.La obra empieza el d¨ªa de la comuni¨®n de una ni?a de la que sabremos muy pronto que tiene poderes para ver el futuro. Y lo que ve el d¨ªa de su primera comuni¨®n es la matanza que perpetrar¨¢n sus t¨ªos para vengar la muerte, en un accidente provocado, de la abuela. A partir de esta secuencia y en las siguientes -la fiesta de la ni?a, los juegos en el bosque, las apariciones del fantasma de la abuela, el enfrentamiento de las t¨ªas...- el p¨²blico ir¨¢ descubriendo uno tras otro los personajes de las diferentes tragedias reunidos en un ¨²nico lugar, una coincidencia que hace de ese espacio una antesala del infierno. No cabe duda de que la primera secuencia, que es cuando se plantea la historia y se genera el suspense, es ejemplar. Pero luego el texto se va haciendo reiterativo, explica lo que ya sabemos, intercala secuencias confusas, y los di¨¢logos y mon¨®logos crean un c¨ªrculo vicioso que no logra transmitir la condici¨®n psicol¨®gicamente obsesiva de la maldad y s¨ª, en cambio, una sensaci¨®n de redundancia.

Si el texto no acaba de convencer, Hurracan es, en cambio, en la puesta en escena de Rafel Duran, sencillamente impecable, y cuenta con dos interpretaciones, las de Merc¨¨ Ar¨¤nega y de Lurdes Barba, que es preciso calificar de brillantes. Las dos actrices, que recrean a las t¨ªas instigadoras de la matanza, componen unos personajes excesivos, de corte casi expresionista, como surgidos de La familia de Pascual Duarte. Junto a ellas, la joven S¨ªlvia Ricart, que interpreta a la ni?a, es todo un descubrimiento. Escenograf¨ªa, iluminaci¨®n y vestuario dotan al espect¨¢culo de una pl¨¢stica bella y narrativamente eficaz. Quiz¨¢ no sea, a causa del texto, un espect¨¢culo redondo, pero s¨ª es una de las mejores puestas en escena de este festival Grec.