El oscuro encanto de Cuba
La fascinaci¨®n pol¨ªtica y tur¨ªstica que ejerce la isla llev¨® a John-John Kennedy a planear una visita a La Habana
Hace aproximadamente un a?o, John-John Kennedy llam¨® al diplom¨¢tico espa?ol Ion de la Riva a Cuba para que le reservase las nueve habitaciones de un hotelito de La Habana vieja. El hijo del asesinado presidente norteamericano John F. Kennedy quer¨ªa pasar las ¨²ltimas navidades del siglo en la isla con un grupo de amigos, pero no pudo ser: d¨ªas despu¨¦s de aquella llamada, la avioneta que pilotaba, en la que viajaban su esposa y su cu?ada, cay¨® en el Atl¨¢ntico."Su prop¨®sito era conocer la Cuba profunda, la Cuba alejada de las rutas tur¨ªsticas", contaba Ion de la Riva poco despu¨¦s del accidente. John-John iba a visitar la ciudad colonial de Trinidad, el valle de Vi?ales, y se daba por descartado que durante su estancia en la isla sostendr¨ªa un encuentro con Fidel Castro. "Desde el viaje que realiz¨® en 1997, Cuba ejerc¨ªa una gran atracci¨®n sobre ¨¦l", revel¨® el diplom¨¢tico, que entonces dirig¨ªa el Centro Cultural de Espa?a en La Habana. Sin duda, la fascinaci¨®n de John-John se deb¨ªa en gran medida a la crisis de los misiles que protagonizaron su padre, Castro y el entonces l¨ªder de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Nikita Jrushov.
Al igual que el hijo de Kennedy, aunque no por motivos tan personales, cientos de famosos y millones de personas an¨®nimas sienten hoy una atracci¨®n especial por Cuba. El actor Jack Nicholson, el dramaturgo Arthur Miller o el rey del saxof¨®n Winton Marsalis, entre otros norteamericanos ilustres, han viajado a La Habana en los ¨²ltimos a?os atrapados por esta fiebre de Cuba.
En el caso de Espa?a, la pasi¨®n por esta islita de 11 millones de habitantes llega a l¨ªmites extremos. Desde 1996 m¨¢s de 10.000 parejas hispanocubanas han contra¨ªdo matrimonio, las editoriales espa?olas han publicado o reeditado 260 libros que llevan la palabra Cuba o La Habana en su t¨ªtulo, y el cat¨¢logo de autores cubanos que venden en nuestro pa¨ªs se ha multiplicado por diez. De las giras de artistas por la Pen¨ªnsula y Canarias, ni hablar. El a?o pasado 6.000 m¨²sicos cubanos realizaron 900 giras por todo el mundo, y una buena parte de ellos pas¨® por Espa?a.
Mordidos por el embrujo cubano, este verano m¨¢s de 30.000 espa?oles visitar¨¢n la isla, mientras Givenchy, Yves Saint-Laurent, Gianni Versace, Carolina Herrera y otras marcas punteras de la moda eligieron el ambiente de El Floridita, el Malec¨®n o las calles de La Habana como paisaje para sus creaciones en el ¨²ltimo n¨²mero de la revista Vogue.
Pero... ?Qu¨¦ es exactamente lo que hace a Cuba diferente? ? D¨®nde se encuentra la esencia de su magia?
Para algunos, como el dise?ador italiano Luciano Benetton, se trata de una cuesti¨®n sobre todo est¨¦tica: es la luz pastel que se filtra a trav¨¦s de los soportales a las siete de la tarde y colorea el rostro de los cubanos y de las fachadas desconchadas de La Habana, convirti¨¦ndolos en una misma cosa.
Para otros, el morbo est¨¢ en la contradicci¨®n pol¨ªtica, en el contraste del uniforme verde oliva de Fidel Castro mientras la ciudad se llena de coches japoneses. En los cadillacs desvencijados y las consignas pol¨ªticas de los a?os sesenta -"?Patria o muerte, venceremos!"- que dan la sensaci¨®n de tiempo detenido. En los mojitos de la Bodeguita de Enmedio, que a uno le hacen sentirse joven. En la forma de mirar que tiene la gente. En el sexo f¨¢cil, que se mezcla con la est¨¦tica de Numancia.
"?Hay que ir a Cuba; pero ahora, luego ya no ser¨¢ lo mismo", dicen algunos. Tambi¨¦n en esta condici¨®n de parque ideol¨®gico, de ¨²ltima reserva del socialismo, est¨¢ la magia de Cuba. Y en la l¨ªbido que generan en los empresarios las oportunidades de negocios que vendr¨¢n despu¨¦s.
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