Oiza
Pocos arquitectos han contribuido tanto como Francisco S¨¢enz de Oiza a la creaci¨®n del Madrid contempor¨¢neo. Ahora que ha muerto, me viene a la memoria la conversaci¨®n que sostuve con ¨¦l con motivo de uno de los muchos premios que le dieron. Entrevistar a una persona no es conocerla, sino tan s¨®lo llevarse una impresi¨®n de su forma de ser. Pero una impresi¨®n que, por ser la primera, se confirma a menudo con el paso del tiempo.S¨¢enz de Oiza parec¨ªa un hombre malhumorado, pero yo descubr¨ª enseguida que lo que le molestaba no eran las cr¨ªticas, sino los elogios que se le hac¨ªan. Hablando de Torres Blancas, me cont¨® que una vez hab¨ªa ido all¨ª en taxi y el conductor le hab¨ªa dicho: "As¨ª que vive usted en Fort Apache". Esta frase le gust¨®, y coment¨® que hay que hacer mucho caso de lo que dice la gente.
Cuando le dieron el Premio Pr¨ªncipe de Asturias, dijo que ¨¦l era un mal arquitecto. Estaba poco interesado en recibir pl¨¢cemes por lo que hab¨ªa hecho. Y se preocupaba, en cambio, por lo que iba a hacer. El autor de algunos de los m¨¢s notables, originales y bellos edificios del Madrid de hoy -Torres Blancas, el rascacielos del BBV o El Ruedo de la M-30, por no citar otros muchos en la ciudad- y en toda Espa?a no se mostraba en ning¨²n momento satisfecho de su obra terminada. Pero hablaba con pasi¨®n de lo que estaba haciendo.
Oiza naci¨®, en 1918, en un pueblo de Navarra, C¨¢seda, "en una casa de adobe", dec¨ªa con orgullo. Y a?ad¨ªa que hay mucha gente importante que es de pueblo, porque son los que m¨¢s tienen que esforzarse por salir adelante, mientras que los de ciudad lo tienen todo resuelto. Me impresion¨® por su forma de hablar, apasionada, un poco atropellada, como de quien tiene mucho que decir.
Me cont¨® que se hab¨ªa aficionado a la arquitectura estudiando las lacer¨ªas hispano¨¢rabes y su compleja t¨¦cnica. "Quien no domina la t¨¦cnica", replic¨®, "no tiene libertad de crear". Le pregunt¨¦ c¨®mo ve¨ªa ¨¦l la relaci¨®n entre naturaleza y arquitectura. "El hombre domina la naturaleza", dijo, "pero no debe esquilmarla, sino aportarle lo que le falta".
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