ETA contra todos
ETA asesin¨® ayer de nuevo, por s¨¦ptima vez desde que desat¨® su m¨¢s reciente campa?a terrorista. En esta ocasi¨®n la v¨ªctima designada por la banda totalitaria es un socialista, el ex gobernador civil de Guip¨²zcoa entre 1994 y 1996, Juan Mar¨ªa J¨¢uregui, que destac¨® por su militancia antifranquista, detenido en las manifestaciones contra el proceso de Burgos en 1970, y cuya biograf¨ªa pol¨ªtica, como otra reciente v¨ªctima de ETA, Jos¨¦ Luis L¨®pez de Lacalle, pasa tambi¨¦n por las filas del PCE. Lo m¨¢s relevante de su reciente trayectoria es su papel como gobernador civil en el esclarecimiento del caso Lasa-Zabala. El mensaje de la banda fascista en esta intensificaci¨®n de su acci¨®n asesina es bien claro: nadie puede sentirse seguro en el Pa¨ªs Vasco ni en Espa?a si no pertenece al mundo de su nacionalismo totalitario o, como m¨ªnimo, si no se dedica a mirar hacia otro lado cuando act¨²an los asesinos. J¨¢uregui, un vasco euskald¨²n y profundamente dem¨®crata, pertenec¨ªa al sector del socialismo vasco m¨¢s dialogante con el nacionalismo. Hora es ya de que el Gobierno de Juan Jos¨¦ Ibarretxe saque conclusiones sobre los costes que deber¨¢ pagar el nacionalismo democr¨¢tico si persiste en su empe?o de mantener todav¨ªa ataduras con el mundo criminal de ETA y sus avaladores de Euskal Herritarrok.
ETA contra todos
La campa?a de atentados iniciada en diciembre de 1999, tras la ruptura del alto el fuego, se ha intensificado este mes de julio hasta la exasperaci¨®n. A la buena noticia de la detenci¨®n de dos etarras que preparaban el asesinato del alcalde de Zaragoza, Jos¨¦ Atar¨¦s, le ha sucedido como una reacci¨®n este nuevo crimen, con el que ETA ha ido a buscar a un vasco ausente de su pueblo que pasaba all¨ª unos d¨ªas de vacaciones. Ni olvido ni distancia han servido para los asesinos, que han podido actuar gracias a las precisas indicaciones realizadas por vecinos de J¨¢uregui sobre su presencia en Tolosa.Especialmente significativo es que ETA haya abarcado en poco tiempo con su abrazo sanguinario a dos ex militantes del PCE, L¨®pez de Lacalle y J¨¢uregui, que representaban dos posiciones, ambas leg¨ªtimas, de la actitud de los dem¨®cratas ante la violencia, el primero como miembro del Foro Ermua y el segundo como partidario de explorar al m¨¢ximo la v¨ªa del di¨¢logo. A la banda terrorista s¨®lo le interesa una especie de di¨¢logo: la rendici¨®n de todos a su dictadura asesina mediante la aceptaci¨®n de sus postulados pol¨ªticos.
Los comandos de ETA parecen haber recibido ¨®rdenes muy precisas de poner en acci¨®n todo su potencial destructivo, con el objetivo de acrecentar la presi¨®n sobre el PNV y el chantaje contra todos los ciudadanos y contra el sistema democr¨¢tico. La variedad de los objetivos elegidos -pol¨ªticos, militares y periodistas, militantes socialistas y populares, dentro y fuera del Pa¨ªs Vasco- as¨ª lo revela. Con el frenes¨ª criminal en el que se est¨¢ embarcando la banda terrorista pretende demostrar una fuerza militar de la que carece. Su ¨²nica fuerza pol¨ªtica deriva precisamente de la par¨¢lisis que sufre el nacionalismo democr¨¢tico, acogotado por el fracaso del Pacto de Lizarra, tal como ha reconocido de forma expl¨ªcita el propio lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, e incapaz de cortar de una vez con el mundo violento para regresar a la unidad de posiciones con los dem¨®cratas.
Los atentados de ETA, lejos de suscitar la indiferencia y la resignaci¨®n en la sociedad vasca, como pudo ocurrir en alg¨²n momento, est¨¢n desencadenando una creciente indignaci¨®n. ?Qu¨¦ proyecto de sociedad pueden proponer quienes est¨¢n creando un s¨ªndrome de exilio entre los j¨®venes, que alcanza hasta el 15% de la poblaci¨®n, tal como revela el ¨²ltimo Euskobar¨®metro? ETA se propone enfrentar y dividir a los vascos con la quim¨¦rica idea de llegar a una escisi¨®n absoluta, que engulla al nacionalismo democr¨¢tico y d¨¦ pie a una negociaci¨®n de igual a igual entre el nacionalismo totalitario y los dem¨®cratas. Cree as¨ª que pondr¨¢ de rodillas al Estado de derecho para arrancarle por la fuerza lo que es incapaz de conseguir pol¨ªticamente y a trav¨¦s de las urnas.
Pero ayer, tanto el Gobierno como el secretario general del PSOE, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, hicieron saber a ETA que no ceder¨¢n a su chantaje y que actuar¨¢n al un¨ªsono frente a sus ataques contra la vida y la libertad de los ciudadanos. El ¨¦nfasis que ha querido dar a sus declaraciones el nuevo secretario general socialista, tras el reciente encuentro con el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, despejan todas las dudas, propagadas principalmente desde trincheras enemigas del PSOE, respecto a la actitud de este partido en relaci¨®n a la ambig¨¹edad del PNV. Pero, adem¨¢s, refuerzan la imprescindible idea de unidad democr¨¢tica frente al terrorismo, a la que s¨®lo le falta la plena incorporaci¨®n de los nacionalistas democr¨¢ticos.
Ante estas evidencias no dejan de sonar como hueca sentimentalidad las palabras de ayer del lehendakari ante el nuevo crimen. Tiene raz¨®n Ibarretxe cuando asegura que ETA "prostituye las leg¨ªtimas reivindicaciones de la sociedad vasca", pero se olvida mencionar que tambi¨¦n las prostituyen quienes acceden a defender estas reivindicaciones codo con codo, o juntando voto con voto en los ayuntamientos o en el Parlamento, con los asesinos. Urge saber en estos momentos qu¨¦ es lo que va hacer el PNV. Ibarretxe ha reconocido que su apuesta por el di¨¢logo ha fracasado y que se impone una nueva etapa de relaci¨®n con los partidos pol¨ªticos, que habr¨¢ de recorrerse de "manera diferente". El lehendakari sabe qui¨¦n es el principal responsable de ese fracaso: ETA y quienes les da alas. Al menos la mitad de los vascos responsabilizan a la banda terrorista del fin de la tregua. Pero Ibarretxe sabe igualmente que matando a hombres como J¨¢uregui ETA busca tambi¨¦n aislar al PNV para tenerlo m¨¢s al alcance de sus propias estrategias. ?Qu¨¦ va hacer el PNV? Urge saberlo cuanto antes.
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