H¨¦roe o villano
Los entrenadores, como los cineastas, tienen sus actores fetiches. Quiz¨¢s Figo es para el t¨¦cnico Carlos Queiroz lo que Antonio Banderas es para Pedro Almodovar. Entre los 16 y los 20 a?os, Figo pas¨® menos tiempo con sus padres que con el que era el seleccionador juvenil de Portugal. Queiroz fue nombrado t¨¦cnico del Sporting cuando Cruyff fich¨® en 1995 a Figo para su fracasado Dream team II. Pero el v¨ªnculo entre ambos perdura. Hay quien dice que el Pastilhas -apodo de Figo en su selecci¨®n- jam¨¢s da un paso clave sin llamar a su amigo entrenador.En mayo, antes de la Eurocopa, entrevist¨¦ a Figo para P¨²blico: "S¨¦ que renov¨¦ el a?o pasado y por mi forma de ser, no me pasar¨ªa por la cabeza pedir ya un aumento de sueldo. Pero tengo ofertas y debemos hablar. As¨ª se entiende la gente", me dijo entonces subrayando cu¨¢nto le gustaba el Bar?a y la ciudad que le acogi¨® como hijo adoptivo. Regres¨¦ al diario convencido de que Figo no se ir¨ªa y que renunciar¨ªa a una (peque?a) parte de lo que le ofrec¨ªan otros. Creo a¨²n que esa era su voluntad y que si cambi¨® fue porque las elecciones del Madrid fueron antes que las del Bar?a. Y porque a N¨²?ez no le import¨® que tras ¨¦l llegase el diluvio. Pero Figo a?adi¨® algo m¨¢s: "El mercado, por las televisiones, es tan agresivo, que es dif¨ªcil ignorar la oferta y la demanda".
Hace d¨ªas llam¨¦ a Queiroz para hablar de Figo. "El Bar?a hizo en su d¨ªa lo mismo que ahora el Madrid. Pag¨® por Figo 400 millones y ahora lo vende por 10.000 millones. No se puede quejar", dijo afirmando que el caso refleja las leyes de esta industria. Y agreg¨® que el Bar?a se abona a la cultura rom¨¢ntica pero que tambi¨¦n la deshech¨® en los despidos de Baia o Amunike. Le avis¨¦ que Figo ya no se librar¨¢ de la fama de pesetero. "Eso es inmoral", respondi¨® Queiroz. "Se ha ido de Barcelona con pena, pero en el f¨²tbol eso ya no importa". Insist¨ª: le record¨¦ que Figo hab¨ªa declarado amor eterno al Bar?a. No cedi¨®: "Lo que dicen los jugadores tiene valor relativo. Ellos conquistan el respeto de los clubes por su trabajo. Y el Bar?a no puede objetar nada". Agradec¨ª y colgu¨¦, pensando que Queiroz podr¨ªa haber sido buen abogado.
Figo ha provocado en Portugal al menos tres reacciones diversas. Hay quienes le disculpan porque nuestro Figo ha protagonizado el mayor negocio del f¨²tbol y ser¨¢ uno de los mejor pagados del mundo, adem¨¢s patrocinado por un empresario made in Portugal (el agente Jose Veiga). As¨ª piensa la gran mayor¨ªa, tomando como gu¨ªa Internet o las charlas en un caf¨¦ o en la cola de un cine. Los l¨ªderes de opini¨®n no han corrido riesgos para no ser acusados de antipatriotismo. Jos¨¦ Manuel Fern¨¢ndes, director de P¨²blico, fue claro en su editorial el d¨ªa en que Figo ya apareci¨® con la camiseta blanca. "Figo escoge a quien le ofrece el mejor contrato. Por eso se fue del Sporting y se va del Bar?a. Es una l¨¢stima para quienes, recordando la vieja rivalidad con los castellanos, disfrutaban de la pugna entre catalanes y madridistas. Para Figo son muchos miles m¨¢s al mes. ?Qui¨¦n honestamente le pueden condenar? ?Qui¨¦n le puede llamar traidor? ?Traidor a qu¨¦?". V¨ªctor Serpa, director de A Bola, fue menos prosaico: "S¨®lo falta que hablen de la moral catequista, de amor al club por encima de todo. Figo cometi¨® un solo fallo: no haberlo mantenido en secreto".
Pero hay tambi¨¦n quienes comprenden el dolor del Bar?a y son altavoz de la acusaci¨®n de traidor desde Catalu?a. Es el caso del escritor Baptista Bastos: "Figo representaba para Espa?a y Europa la ¨¦tica del f¨²tbol portugu¨¦s. Ha destruido esa imagen por un plato de lentejas". O el del cineasta Antonio Pedro Vasconcelos: "Lo m¨¢s extraordinario es que Figo, en la Eurocopa tras caer ante Francia, dijo que ya no hab¨ªa verdades deportivas y que s¨®lo contaba el dinero. Es una pena que no lo recordara cuando decidi¨® algo que lo marcar¨¢ de por vida. Temo que tendr¨¢ un futuro en Espa?a poco glorioso". Miguel Souza Tavares, el periodista portugu¨¦s m¨¢s medi¨¢tico, fue el m¨¢s duro: "Figo se ha ido al Madrid contrariado, deshonrado en Barcelona, desprestigiado en Espa?a -Madrid incluido- pero m¨¢s rico. Y se ha ido porque no hab¨ªa alternativa, porque en un momento de cansancio o poca lucidez, Veiga le puso un papel lleno de ceros. Ahora estar¨¢ en el Madrid, lejos de sus amigos, del club y la ciudad que lo adoraba y su agente disfrutar¨¢ en diciembre del dinero de su sudor y talento".
Y, por ¨²ltimo, est¨¢n quienes apenas disfrazan la envidia, sentimiento muy portugu¨¦s. Hablan de la inmoralidad, sin aludir a las cifras, y olvidando que Brad Pitt, por ejemplo, cobr¨® 1500 millones por su ¨²ltima pel¨ªcula. Son los mismos que en el caf¨¦ casi rasgan el diario cuando leen que los millones de Figo son la mitad de lo que el Estado destina al deporte. Casi tanto como el Sporting gastar¨¢ en su nuevo estadio y lo mismo que cost¨® el Acuario de la Expo.
Y mientras Figo apura sus vacaciones en Algarve, los 180 socios del Pastilhas, el primer club del jugador m¨¢s caro del mundo, se enfrentan por deudas, al embargo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.