El asilo, esperanza para muchos, realidad para muy pocos
S¨®lo el 13,79% de los 7.055 solicitantes de 1999 obtuvieron una respuesta favorable de las autoridades espa?olas
"Estaban bajando docenas de cad¨¢veres todos los d¨ªas. Una tarde el r¨ªo arrastr¨® hasta 25 muertos". Fernando R., un periodista colombiano de 39 a?os, denunci¨® la participaci¨®n del Ej¨¦rcito de su pa¨ªs en la masacre de centenares de civiles dirigida por los paramilitares en el r¨ªo Atrato en 1997. Poco despu¨¦s empez¨® a recibir amenazas. Tras siete meses temiendo por su vida, decidi¨® abandonar Colombia dejando a su mujer all¨ª. Su solicitud de asilo fue una de las 8.405 que se presentaron en Espa?a en 1999. Ese mismo a?o se resolvieron 7.055. S¨®lo 294 personas, el 4,17%, obtuvieron el estatuto de refugiado, si bien 679, el 9,62%, lograron entrar por razones humanitarias, es decir un 13,79% en total. "Es verdad que muchos de los demandantes de asilo son en realidad inmigrantes econ¨®micos que intentan entrar por esta v¨ªa", opina Mauricio Valiente, coordinador jur¨ªdico de la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR), "pero deneg¨¢rselo a un 96% me parece excesivo".
Efectivamente, el Gobierno considera que pocos de los demandantes de asilo que llegan lo son realmente. Seg¨²n la Convenci¨®n de Ginebra de 1951, que Espa?a firm¨® en 1978, refugiado es toda persona que huye de su pa¨ªs por tener "fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religi¨®n, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones pol¨ªticas". La Comisi¨®n Interministerial de Asilo y Refugio, compuesta por un representante de los ministerios del Interior, Exteriores, Justicia y Asuntos Sociales, es la encargada de decidir qui¨¦nes re¨²nen esas condiciones.
Tom¨¢s Z. lleg¨® a Madrid desde La Habana hace un mes. Una vez aqu¨ª, solicit¨® el asilo. ?l mismo reconoce que su principal motivaci¨®n para huir no fue la pol¨ªtica, sino poder ver crecer a su hija, de tres a?os, que vive en Espa?a con su madre. "La mayor¨ªa de los cubanos que llegamos a Espa?a lo que buscamos realmente es una vida mejor", admite.
?ste es tambi¨¦n el caso de muchos de los rumanos y armenios que piden entrar por esta v¨ªa. En 1999, seg¨²n datos de la Oficina de Asilo y Refugio, 1.033 rumanos y 886 armenios solicitaron refugio. Fueron, tras los argelinos, los que m¨¢s peticiones presentaron. Un puesto que, seg¨²n Valiente, "no se corresponde con su situaci¨®n pol¨ªtica".
Pero cada a?o var¨ªa la procedencia y la cifra de los solicitantes. Desde 1983, con 1.400 peticiones, el n¨²mero de los demandantes aument¨® considerablemente hasta llegar a su punto m¨¢ximo en 1993, con 12.615 solicitudes. Pero en 1994 Espa?a modific¨® la ley de asilo para evitar su utilizaci¨®n abusiva, seg¨²n el legislador, y la hizo m¨¢s restrictiva. As¨ª, en 1995 la cifra cay¨® a la mitad.
A pesar de ello, en los ¨²ltimos a?os se est¨¢ incrementando de nuevo el n¨²mero de los peticionarios, que en 1999 fueron un 24% m¨¢s que en 1998. Adem¨¢s, sigue variando la procedencia de los demandantes. Entre enero y abril de 2000, el primer pa¨ªs solicitante ha sido Sierra Leona, con 332 personas, seguido de Colombia, con 314. Juntas suman un cuarto del total.
Sin embargo, no ser¨¢n quienes m¨¢s posibilidades tengan de conseguirlo. "El Gobierno", dice Valiente, "utiliza a menudo criterios de pol¨ªtica exterior". Y da ejemplos: "Por eso en Espa?a no hay ni un refugiado saharaui ni marroqu¨ª y todos los cubanos acaban qued¨¢ndose. Porque al Gobierno no le conviene tener problemas con Marruecos y, por otro lado, la comunidad cubana en el exilio es muy importante".
El anteproyecto para cambiar la actual Ley de Extranjer¨ªa propone sancionar con multas de hasta diez millones a las empresas que traigan a Espa?a a inmigrantes sin la documentaci¨®n requerida.
ACNUR y las ONG han mostrado su preocupaci¨®n por esta modificaci¨®n, que convertir¨¢ a las compa?¨ªas de transporte "en el primer filtro", seg¨²n indicaban Amnist¨ªa Internacional y M¨¦dicos sin Fronteras en un comunicado conjunto. Si se aprueba, los demandantes de asilo a¨²n lo tendr¨¢n m¨¢s dif¨ªcil.
"Me denegaron mi petici¨®n sin explicarme por qu¨¦"
John lleg¨® a Espa?a en 1995. Ten¨ªa 25 a?os y trabajaba en una mina de diamantes en Sierra Leona. Decidi¨®, junto con dos compa?eros, venir a este pa¨ªs porque "vivir all¨ª era peligroso". "La guerra ya hab¨ªa empezado en las provincias", explica. "Tardamos nueve d¨ªas en llegar a Canarias en un barco desde la capital, Free Town", recuerda. En las islas le esperaban unos amigos: "Me ayudaron porque no ten¨ªa trabajo". Al poco tiempo solicit¨® el estatuto de refugiado.A los seis meses, sin embargo, sus compa?eros y ¨¦l optaron por irse a Madrid: "Aquello no nos gustaba". Cuando lleg¨® a esta ciudad estuvo residiendo cierto tiempo en un centro de acogida de la Cruz Roja en el barrio de Simancas, pero tuvo que abandonarlo finalmente. Ahora vive en un piso con gente de su pa¨ªs. Con otros compatriotas, ya que sus dos amigos se fueron a Canad¨¢ "porque all¨ª tienen familia". En cambio, ¨¦l prefiri¨® quedarse.
Hizo unos cursos de electricista y otros para aprender a montar antenas parab¨®licas. Luego, intent¨® encontrar trabajo, pero tuvo poca suerte. Los ¨²nicos empleos que consigui¨® fueron en obras y en el campo. "He estado en Almer¨ªa, en Lleida, en Zaragoza... Pero los ¨²nicos empleos que hallaba eran por una semana o dos, a veces un mes".
Hac¨ªa dos a?os que hab¨ªa solicitado el asilo cuando se lo denegaron. "Sin decirme por qu¨¦", se queja. Legalmente, se ten¨ªa que haber marchado, pero se qued¨®. Ahora est¨¢ pendiente del proceso de regularizaci¨®n. "Espero que me den un permiso de trabajo y de residencia porque no quiero volver. Prefiero quedarme, encontrar un trabajo y vivir aqu¨ª".
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