Un inmigrante denuncia que dos 'rapados' lo apalearon en un autob¨²s
Un inmigrante peruano ha denunciado en comisar¨ªa que dos cabezas rapadas le propinaron una brutal paliza en el interior de un autob¨²s de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) en el barrio de Santa Eugenia. El agredido asegura que recibi¨® una lluvia de golpes por el simple hecho de llamarles la atenci¨®n tras encender los supuestos agresores un cigarrillo en el veh¨ªculo, a la vez que le gritaron: "Extranjero de mierda, te vamos a mandar a tu pa¨ªs".
Gabriel Augusto Tuesta Antezana, peruano de 33 a?os, estudi¨® la carrera de derecho en Lima. Lleg¨® a Espa?a hace seis a?os, huyendo de la miseria, y se afinc¨® en Granada. All¨ª se cas¨® y all¨ª trabajaba de forma espor¨¢dica, "un d¨ªa aqu¨ª y otro all¨¢". El 30 de junio pasado vino a Madrid en busca de un empleo estable. Lo logr¨® en dos d¨ªas. Ahora trabaja de portero en una comunidad de vecinos de Pozuelo.Gabriel regresaba el domingo 16 de julio a su vivienda, en el barrio de Santa Eugenia (Vallecas Villa). Se baj¨® del tren de cercan¨ªas en Vallecas y se subi¨® en el autob¨²s 58. El aire acondicionado del veh¨ªculo le result¨® gratificante en contraste con el calor de la calle.
En la parada siguiente, en la avenida de Santa Eugenia, se montaron cuatro j¨®venes, dos chicas y dos chicos, que ocuparon unos asientos en la parte delantera. Sacaron un cigarrillo y lo encendieron. El conductor detuvo el autob¨²s. Se levant¨® del asiento y se gir¨® para recriminar el comportamiento de los j¨®venes. "Les dijo que en el autob¨²s municipal est¨¢ prohibido fumar y que apagaran el cigarrillo", recuerda Gabriel. Los j¨®venes se rieron. Se levantaron de sus asientos y se dirigieron a la parte trasera.
Se sentaron en la ¨²ltima fila. Junto a Gabriel. Y trataron de volver a fumar. Abrieron una de las ventanas y sacaron otro cigarrillo. Gabriel les llam¨® la atenci¨®n: "Les dije que no era conveniente que abrieran la ventana porque entraba el calor de fuera y estaba el aire acondicionado puesto", relata con un marcado acento peruano.
Los dos j¨®venes se miraron entre s¨ª y, sin mediar palabra, arremetieron contra el inmigrante. El que estaba sentado en paralelo a Gabriel, "alto, delgado, con el pelo rapado y que vest¨ªa pantalones vaqueros y camiseta deportiva", se levant¨® de su asiento y le propin¨® el primer pu?etazo. "Su pu?o fue directo contra mi cara y me vol¨® las gafas", afirma el agredido, y muestra sus lentes partidas por el puente. "El segundo pu?etazo que me peg¨® me dio en la boca y me parti¨® los labios", a?ade. Los pasajeros que iban en el autob¨²s, cuenta, miraban sin dar cr¨¦dito a la escena.
El otro agresor, "de 1,70 metros, tambi¨¦n con el pelo rapado y perilla", se sum¨® al ataque. "Me proteg¨ª la cara porque vi que los dos me lanzaban pu?etes y con los dos yo no pod¨ªa". Gabriel se puso en posici¨®n fetal y se cubri¨® el rostro con las manos. "Entonces me empezaron a pegar pu?etazos en la nuca y por toda la cabeza", prosigue.
"Adem¨¢s, comezaron a darme patadas por los costados y me gritaron: '?Extranjero de mierda, te vamos a devolver a tu puto pa¨ªs!", afirma Gabriel. "Trat¨¦ de levantarme porque vi que si segu¨ªan as¨ª me iban a matar. Entonces uno de ellos, el m¨¢s alto, me peg¨® una patada en el pecho que me tir¨® contra los asientos", a?ade. "Me qued¨¦ completamente aturdido, no pod¨ªa pensar".
El herido acudi¨® al hospital Gregorio Mara?¨®n, donde le diagnosticaron traumatismo craneoencef¨¢lico, costal y facial. "Los dolores f¨ªsicos se me han pasado ya, pero me quedan secuelas psicol¨®gicas", afirma. "Tengo pesadillas por la noche, sue?o que me persiguen por la calle y que unos chicos me pegan". "Nunca hab¨ªa so?ado eso; todo ha empezado a ra¨ªz de la agresi¨®n", agrega. Ahora, Gabriel busca una organizaci¨®n que le ayude a encontrar un psic¨®logo para curarse de las secuelas.
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