Juego ligero

Pasapalabra, el nuevo concurso diario de las tardes de Antena 3, se emite en la misma franja horaria que ?Quiere ser millonario? (50x15) y comparte con ¨¦l algunas caracter¨ªsticas: un ¨²nico premio (dinero contante y sonante), una tem¨¢tica que no hace enrojecer a quienes buscan una coartada cultural y una estructura en crescendo lo suficientemente din¨¢mica y cambiante para que sus pruebas m¨¢s complicadas no aburran a quienes no puedan seguirlas. Por supuesto, no es casual la coincidencia. El concurso de Carlos Sobera ha sido una de las revelaciones de la temporada y la tentaci¨®n de superarlo era, por tanto, grande.La cosa funciona m¨¢s o menos as¨ª: dos concursantes, acompa?ados cada uno de una pareja de famosos, se enfrentan en cinco pruebas en las que deben demostrar su facilidad para formar palabras a partir de sus letras iniciales; en unos casos por medio de su significado, en otros de un personaje al que supuestamente definen y en otros de una canci¨®n en la que aparecen. No todas las pruebas cuentan igual, pues el objetivo de las cuatro primeras s¨®lo es ganar segundos para sumar al minuto y pico de la ¨²ltima y definitiva, en la que, sin ayuda de nadie, el concursante no podr¨¢ permitirse un solo fallo. El premio diario es un mill¨®n, pero, como es acumulable y no parece sencillo llegar indemne al final, la suma puede ser mucho mayor.

Pasapalabra cumple sus objetivos, est¨¢ bien concebido y la labor de la presentadora, Silvia Jato, hasta ahora enclaustrada en papeles de menos relumbr¨®n como Impacto TV, sorprende por el desenfado con que se defiende en un terreno expuesto a los imprevistos, en el que se necesita capacidad de improvisaci¨®n. Otra opini¨®n distinta merece que los concursantes tengan que formar equipo con dos famosos.

Esta f¨®rmula, habitual en formatos en los que de lo que se trata fundamentalmente es de hacer el rid¨ªculo, no parece sin embargo la m¨¢s adecuada en uno con pretensiones de educativo, en el que, aunque no una gran sapiencia, se exige alguna rapidez mental y cierto conocimiento de la lengua. Si lo juzgamos desde el punto de vista del concursante, el procedimiento resulta, como poco, disuasorio.

Imagine, si no, la cara que se le puede poner si para sacarse un dinerito confiando en sus propios recursos, se presenta al programa y, al llegar a los estudios, se encuentra con que tiene que formar equipo con Roc¨ªo Carrasco y Yola Berrocal. Salvando este escollo, el invento consigue una nota aceptable. No parece que vaya a desbancar a su competidor de Tele 5, pues es dif¨ªcil superar la tensi¨®n que los 50 millones en juego imprimen al espacio presentado por Sobera, pero resulta ¨¢gil y la labor de su presentadora mucho m¨¢s que digna. ?Lo peor? El ballet antediluviano con el que se amenizan las pausas antes de la publicidad.

(Desde su estreno, el 24 de julio, Pasapalabra ha obtenido una audiencia media de 931.600 espectadores, con una cuota de pantalla del 16,9%)