Agua que no ha de volver
Ocho ace?as en ruinas salen al paso de quien remonta el curso alto de este r¨ªo en la sierra de Malag¨®n
Bajo el viaducto
Dos mil a?os despu¨¦s de que el poeta latino Antipater de Tesal¨®nica describiera, por vez primera, el funcionamiento de un molino harinero de agua, el poeta Le¨®n Felipe a¨²n pudo escribir: "Siempre habr¨¢ nieve altanera que vista el monete de armi?o, / y agua humilde que trabaje en la presa del molino". Hoy, apenas unas horas m¨¢s tarde en la historia de la humanidad, los molinos de ruedas hidr¨¢ulicas -invenci¨®n sumeria que supuso un avance equiparable al aprovechamiento del vapor, la electricidad o la energ¨ªa at¨®mica- son como flor de harina que se hubiera llevado el viento del progreso de la noche a la ma?ana. Le¨®n Felipe se equivocaba.Resulta especialmente doloroso comprobar c¨®mo ni uno solo de los molinos de la sierra se ha mantenido en funcionamiento, siquiera sea a t¨ªtulo de curiosidad. Y no hab¨ªa tres o cuatro, sino cientos. El Cat¨¢logo regional del patrimonio arquitect¨®nico cita 21 municipios serranos donde quedan restos significativos de ace?as que aprovechaban el ¨ªmpetu del Lozoya, del Manzanares, del Guadarrama... Pero la palma, que sepamos, se la lleva el Cofio, con ocho en s¨®lo cinco kil¨®metros de su curso alto. Y ¨¦ste es un olvido comparable a que, de aqu¨ª a 2020, no pudiera hallarse una imprenta ¨²til, una f¨¢brica de moneda o un avi¨®n de h¨¦lice capaz de volar.
El r¨ªo Cofio, que anta?o tambi¨¦n dec¨ªan de los Molinos, nace de la uni¨®n de los arroyos de Valtravieso y de las Herreras, en la sierra de Malag¨®n, y hace de frontera entre Santa Mar¨ªa de la Alameda (Madrid) y Las Navas del Marqu¨¦s (?vila) a lo largo de cinco kil¨®metros, justo los que hoy vamos a recorrer remontando su curso alto desde la colonia El Pimpollar, muy cerca de la estaci¨®n de Santa Mar¨ªa. Con este prop¨®sito seguiremos la pista de tierra que, desde las ¨²ltimas casas de El Pimpollar, baja al r¨ªo y lo cruza por un puente de cemento, para acto seguido tomar a la diestra por un buen camino orlado de pinos resineros, chopos, sauces y fresnos ribere?os.
Subiendo, pues, por la margen derecha del Cofio, enseguida rebasaremos los restos casi irreconocibles del molino del Prao Moral, pasaremos bajo el colosal viaducto del ferrocarril Madrid-?vila y nos asomaremos, por entre zarzas y escombros, al interior del molino de la Fabriquilla.All¨ª veremos las dos piedras de moler, fija la solera y m¨®vil la volandera, unida ¨¦sta mediante un eje vertical a la rueda hidr¨¢ulica (rodete), que est¨¢ oculta en el s¨®tano (c¨¢rcavo) y que es la que recib¨ªa el impulso del agua canalizada a trav¨¦s de un largo caz, resultando de ello un movimiento de m¨¢s de cien giros por minuto y una producci¨®n de unos 180 kilos de harina por hora.
M¨¢s arriba, frente a una urbanizaci¨®n, reconoceremos el molino Nuevo por su caz monumental, enlosado con muelas, que es buen lugar para pararse a recordar los trabajos de moler perdidos: el de picar, cada nueve o diez d¨ªas, la harina apelmazada en las estr¨ªas de las piedras; el de regular la presi¨®n del agua entrante mediante la tajadera; el de controlar la finura de la molienda con el levador; y, por ¨²ltimo, el de maquilar o cobrar en especie, que como no se hac¨ªa siempre delante del cliente que llevaba el grano, era motivo de maliciosos cantares: "La molinera trae corales / y el molinero calz¨®n fino. / ?De d¨®nde sale tanto lujo, / si es que no sale del molino?".
Sin apartarnos de la orilla, veremos poco despu¨¦s al Cofio escurrirse por un bonito paraje de lanchazos gran¨ªticos y verdes ribazos, donde a duras penas se distinguen las ruinas de los molinos Juntos. M¨¢s evidentes son las del siguiente, el de la Palomilla, que queda a medio camino entre una moderna presa y una zona de tentadoras pozas. A partir de aqu¨ª, s¨®lo resta cruzar un par de vados y una chopera para, dejando atr¨¢s los molinos del Prao Contaor y de la Pincha, salir a la carretera de Santa Mar¨ªa a Las Navas, muy cerca del puente Saluda y de la junta de los arroyos donde nace el Cofio, al que ya nadie llama, y es una l¨¢stima, r¨ªo de los Molinos.
Diez trenes al d¨ªa
- D¨®nde. La colonia El Pimpollar dista 62 kil¨®metros de Madrid. Se va por la carretera M-505 (Las Rozas-?vila), pasando de largo El Escorial y el puerto de la Cruz Verde, y desvi¨¢ndose, poco antes del kil¨®metro 40, hacia La Estaci¨®n y El Pimpollar. Una buena alternativa al coche es el tren regional Madrid-?vila (Renfe, tel¨¦fono 902 24 02 02), que para diez veces al d¨ªa en la estaci¨®n de Santa Mar¨ªa de la Alameda, a menos de dos kil¨®metros de El Pimpollar. - Cu¨¢ndo. Paseo de tres horas de duraci¨®n -diez kil¨®metros, ida y vuelta por el mismo camino-, con un desnivel acumulado de tan s¨®lo 80 metros y una dificultad muy baja, que en verano ofrece el aliciente de poder remojarse en alguna de las pozas del r¨ªo Cofio.
- Qui¨¦n. Jos¨¦ Murillo, Juan Pedro P¨¦rez y Nicol¨¢s-P. Rodr¨ªguez son los autores de Naturaleza y senderismo en la sierra de Guadarrama, gu¨ªa editada por Tierra de Fuego en la que puede encontrarse una variante mucho m¨¢s larga -22 kil¨®metros, cinco horas y media- de esta excursi¨®n, partiendo del pueblo de Las Navas del Marqu¨¦s y acabando en la estaci¨®n de Santa Mar¨ªa de la Alameda.
- Y qu¨¦ m¨¢s. Cartograf¨ªa: hoja 17-21 del Servicio Geogr¨¢fico del Ej¨¦rcito, o la equivalente (532) del Instituto Geogr¨¢fico Nacional.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.