El arte de las trenzas 'rastafaris'
Lo que empez¨® siendo una diversi¨®n con amigas para sacar alg¨²n dinerillo extra se ha convertido en un aut¨¦ntico oficio de verano: hacer trencitas a lo rastafari a chicas de todos los colores, blancas, negras o ¨¢rabes o caribe?as. Raquel Man Pedroso, una guineana de 26 a?os que vive en el pueblo granadino de Los Og¨ªjares, a unos tres kil¨®metros de la capital, es ya toda una experta en peinados africanos, una moda que empieza a equipararse a la de los tatuajes o el piercing."Lo que yo quiero hacer es estudiar Comercio Exterior en la Universidad, pero mientras tanto, esto me sirve para sacar alg¨²n dinero", dice. Raquel Man Pedroso lleg¨® a Madrid en 1991 y poco despu¨¦s se traslad¨® a Granada. Hab¨ªa aprendido en Malabo, desde peque?a, c¨®mo se realizan las trenzas africanas. "Es que en Guinea fue donde primero estuvo de moda ese tipo de peinados", explica. "Y yo siempre me fijaba en c¨®mo se hac¨ªa".
Y c¨®mo se hace no es nada f¨¢cil. Cada sesi¨®n de peinado -"cada cabeza", explica Man Pedroso en su argot- requiere unas ocho horas de trabajo. "Hay que tener en cuenta que, para tener trenzas largas, hay que utilizar pelo postizo que se trae de la India". Las trenzas postizas van mezcl¨¢ndose, pelo a pelo, con el cabello natural. "Y cada cabeza lleva en torno de 180 a 200 trenzas", explica.
Al principio comenzaron a hacerse los peinados africanos otras j¨®venes de su continente que viven en Granada, chicas de Sud¨¢n, afroeuropeas o caribe?as. Pero ahora ya acuden de todas partes. "Hay chicas negras, chicas rubias, chicas de Granada o de cualquier parte". Los precios, seg¨²n el grado de complejidad, pueden llegar hasta las 20.000 pesetas.
"La verdad es que es mucho trabajo, hay que tener mucha paciencia y tambi¨¦n habilidad", a?ade.
?Y es complicado lavar el pelo con esas trenzas? Raquel Man Pedroso lo niega. "?Qu¨¦ va!", responde. "Es igual que lavar el pelo normal, s¨®lo que hay que lavarlo con mucho champ¨² y aclararlo muy bien".
La moda ha empezado a cundir entre los hombres, que acuden a su casa de Los Og¨ªjares para conseguir su peinado afro. Hasta tal punto, que el trabajo ya no da abasto y la joven, a la que le gusta ser emprendedora, ya cuenta con la ayuda de sus hermanas para mantener un negocio que, adem¨¢s de ser curioso, resulta casi artesanal. "La verdad es que son ahora los espa?oles", dice, "los que mas acuden a nuestra peluquer¨ªa".
Raquel Man Pedroso no se limita a las trenzas. Tambi¨¦n hace extensiones, que es una t¨¦cnica de alargar la melena mezclando cabello natural con cabello a?adido que requiere una gran habilidad. Pero, ?qu¨¦ pasa cuando alguien se cansa de tener trenzas? "No hay problema", contesta. "Basta con cortar las trenzas por donde se desee que quede el pelo de largo y hay que ir deshaci¨¦ndolas poco a poco". Eso tambien requiere paciencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.