La senda de Microsoft
Los problemas judiciales de Microsoft, recrudecidos esta misma semana por la Comisi¨®n Europea, son un paradigma de la complejidad y las oportunidades de la nueva econom¨ªa. El gigante inform¨¢tico creado por Bill Gates ha demostrado en un decenio el enorme poder que se puede generar y la inmensa riqueza que se puede atesorar en la aldea global. La electr¨®nica, la inform¨¢tica y las telecomunicaciones est¨¢n revolucionando los esquemas tradicionales de producci¨®n, pero tambi¨¦n de la libre competencia.La senda marcada por Microsoft es un camino a seguir por quienes creen en la innovaci¨®n, en las nuevas tecnolog¨ªas, en las nuevas relaciones productivas. Pero es tambi¨¦n un camino a vigilar cada vez m¨¢s de cerca por las autoridades encargadas de asegurar la libre competencia en un sector de creciente importancia. Microsoft ha acumulado demasiado poder. Cada vez son m¨¢s evidentes las consecuencias de que una sola firma haya acaparado el 95% del mercado mundial de los sistemas operativos de los ordenadores personales. La justicia de Estados Unidos ya ha fallado contra Bill Gates en su primer gran pulso, aunque la decisi¨®n est¨¢ a¨²n pendiente de los recursos judiciales. M¨¢s all¨¢ de su extensi¨®n al terreno de los navegadores de Internet, se le reprocha el monopolio de facto que ya posee en los sistemas operativos.
La Comisi¨®n Europea acaba de abrir un procedimiento de infracci¨®n contra la firma de Bill Gates por abusar de esa misma posici¨®n dominante extendi¨¦ndola al campo de los servidores, un elemento clave para el funcionamiento de los ordenadores en red. Pese a que lleva meses amenazando, es la primera vez que Bruselas se atreve a convertir sus investigaciones en una denuncia concreta contra Microsoft, quiz¨¢ estimulada por la firmeza demostrada por las autoridades que velan por la libre competencia en EE UU.
Las garant¨ªas de juego limpio en el mundo econ¨®mico tienen una importancia creciente. Las autoridades antimonopolio se est¨¢n convirtiendo en una piedra angular en la defensa de los derechos de los ciudadanos y de las empresas en un mundo cada vez m¨¢s globalizado y en el que el poder tiende a desplazarse desde el mundo pol¨ªtico hacia el econ¨®mico. Velar por la libre competencia es uno de los poderes esenciales delegados por los Estados miembros de la Uni¨®n Europea en el aparato administrativo de Bruselas. Una reforma ya en marcha busca descentralizar ese poder para que las Administraciones nacionales se encarguen de los casos menores o de ¨¢mbito exclusivamente interno. La Comisi¨®n siempre podr¨¢ reclamar la jurisdicci¨®n sobre cualquier litigio que le parezca lo bastante importante, pol¨¦mico o delicado.
Garantizar autoridades de la competencia libres de la influencia gubernamental o simplemente pol¨ªtica, pero tambi¨¦n inmunes a la presi¨®n de las empresas, es uno de los retos m¨¢s vigorosos que afronta la Uni¨®n Europea. Y que el caso Microsoft pondr¨¢ a prueba.Cuando el mercado es cada vez m¨¢s un elemento de poder, asegurar que sea libre y equilibrado se ha convertido en cuesti¨®n primordial para los ciudadanos.
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