El control total del director de escena
En Peralada, Santos tuvo carta blanca para elegir, como impuso, a director de orquesta, la joven canaria Gloria Isabel Ramos, y a un grupo de cantantes de su gusto, todos espa?oles -Antoni Comas e Isabel Monar, que hab¨ªan ya trabado en diversos espect¨¢culos suyos, Josep Ferrer, Stefano Palatcho, ?ngel ?dela, Itxaro Mentxaka y Enric Mart¨ªnez-Castignani-, rechazando a cualquier divo experto en Rossini que el festival puso a su disposici¨®n. El control de la ¨®pera por parte del m¨²sico valenciano fue total, relegando a Ramos de la funci¨®n de directora musical al de mera directora de orquesta.Santos eligi¨® los tempi, muy vivos y pertinentes, que estaban al servicio del fren¨¦tico movimiento esc¨¦nico, y decidi¨®, desde su condici¨®n de director de escena y m¨²sico, las supresiones y repeticiones de recitativos, intervenciones del coro no previstas en la partitura (canto de la introducci¨®n instrumental a la serenata de Almaviva o lectura de la primera carta de Rosina), el uso del piano en lugar del clave para acompa?ar a los recitativos y la alteraci¨®n del final de la obra, con la utilizaci¨®n para cerrar la representaci¨®n de la tempestad, que en la partitura figura unas cuantas escenas antes.
Responsable ¨²nicamente de la direcci¨®n orquestal, Gloria Isabel Ramos cumpli¨® bien su cometido, contando con la excelente Orquesta de Cadaqu¨¦s y el eficaz coro Lieder C¨¤mera. El estilo rossiniano no siempre fue traducido por el reparto de cantantes, opt¨¢ndose por sacrificarlo en favor de la disponibilidad y aceptaci¨®n de unos int¨¦rpretes a unas exigencias esc¨¦nicas grandes que requer¨ªan mucho tiempo de ensayos.
Isabel Monar hizo una Rosina musical y de buena l¨ªnea, pero escasa de proyecci¨®n. ?ngel ?dena, un brillante, pero algo verdiano F¨ªgaro; Antoni Comas, un Conde de Almaviva que fue a m¨¢s; Stefano Palatchi, un muy s¨®lido Basilio; Josep Ferrer, un bien visto Bartolo; e Itxaro Mentxaca, una excelente Berta, complet¨¢ndose el reparto con las eficaces intervenciones de Enric Mart¨ªnez-Castignani.
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