Prote¨ªnas y lentejas
T¨² dile a una mujer que est¨¢ siendo forzada y que ha cerrado los ojos en un intento desesperado por encerrarse en s¨ª misma, t¨² dile a esa mujer que distinga si lo que le est¨¢n metiendo por la vagina son dedos o bol¨ªgrafos
A las pocas horas de que Otegi dijera algo de unos par¨¢metros, hab¨ªa cinco muertos m¨¢s sobre la mesa del forense. Otegi hizo tambi¨¦n, despu¨¦s de los par¨¢metros, una distinci¨®n curiosa entre enemigos y adversarios. Parece una cuesti¨®n banal, pero a los enemigos los matan y a los adversarios no. La gente con par¨¢metros en la cabeza se mueve muy bien en los matices. Impresiona esa aptitud para llegar a las zonas rec¨®nditas de la realidad y someterlas a un an¨¢lisis tan preciso. Hay que ir con la lupa a todas partes si quieres distinguir lo bueno de lo malo, lo blanco de lo negro. A simple vista, por ejemplo, no hay ninguna diferencia entre una vaca loca y una normal, pero te comes un h¨ªgado de vaca loca y se te llena de agujeros el enc¨¦falo.Ayer mismo intent¨¢bamos comprender las discrepancias entre una prote¨ªna sana y una an¨®mala y no hab¨ªa manera. La verdad es que no hab¨ªa manera de distinguir una prote¨ªna de un cord¨®n de zapato. Sab¨ªamos que eran prote¨ªnas porque lo pon¨ªa debajo del dibujo. El cord¨®n derecho parec¨ªa un poco m¨¢s arrugado, como si le hubieran hecho un nudo doble, pero nada m¨¢s. Pues esa peque?a diferencia mata. Ahora mismo, incluso despu¨¦s de haber estudiado el asunto, nos ponen sobre la mesa un mont¨®n de prote¨ªnas para que separemos las malas de las buenas y seguro que no damos pie con bola. Y estoy hablando de gente como yo, acostumbrada a separar lentejas sobre una hoja de peri¨®dico.
Que no, que la frontera entre unas cosas y otras es a veces tan inapreciable como la que separa al asesino del patriota. O al violador del travieso. T¨² dile, por ejemplo, a una mujer que est¨¢ siendo forzada, y que ha cerrado los ojos en un intento desesperado por encerrarse en s¨ª misma, t¨² dile a esa mujer que distinga si lo que le est¨¢n metiendo por la vagina son dedos o bol¨ªgrafos. A lo mejor resulta que est¨¢n m¨¢s penalizados los dedos que los bol¨ªgrafos, o los bol¨ªgrafos que los utensilios de cocina, pero a ella le da lo mismo. Lo ¨²nico que sabe es que un animal le est¨¢ metiendo cosas mientras otro animal le sujeta los brazos y le tapa la boca. La mujer tampoco sabe si lo que le han introducido en la boca es la polla de uno de los animales o un trapo de cocina. Ni si eso que siente resbalar garganta abajo es sangre o semen, no est¨¢ para matices, como Otegi, que establece enseguida los par¨¢metros, aunque todo a su alrededor est¨¦ lleno de muertos. La mujer, en fin, lo ¨²nico que sabe es que la han jodido.
Toda esta confusi¨®n parece que podr¨ªa resultar fatal para la mujer, pero no: es fatal para el violador, porque la diferencia entre que la haya violado con los dedos o con el mango de un cuchillo de cocina igual es de tres a?os, o de cuatro, y tres o cuatro a?os de c¨¢rcel duelen mucho. Afortunadamente, llega el Supremo, que sabe distinguir perfectamente entre una violaci¨®n vaginal y una violaci¨®n bucal, o entre un dedo y un abrebotellas, y pone las cosas en su sitio. La mujer puede respirar tranquila porque se ha hecho justicia. Lo bueno de vivir en un mundo de expertos es que si tienes dos prote¨ªnas en casa, una buena y otra mala, las llevas a donde corresponda y te dicen cu¨¢l te puedes comer.
Supongamos que a una mujer le ataca a media ma?ana, en la oficina, una duda horrible acerca de su sexo. Pues no tiene m¨¢s que ir al jefe de personal y expon¨¦rsela con toda confianza.
-Que ahora mismo no s¨¦ si soy hombre o mujer.
-?Ganas un 26% menos que el que se sienta a tu lado?
-Me parece que s¨ª.
-Entonces qu¨¦date tranquila: eres mujer.
Esta es la ventaja de los par¨¢metros: que te permiten establecer precisiones alucinantes sobre la realidad. Por eso le gustan tanto a Otegi los par¨¢metros. Mucha gente cree que la realidad es continua, pero la ciencia ha demostrado que est¨¢ distribuida en paquetes. Un fot¨®n, por ejemplo, es un paquete de luz. Lo malo es que una caja de puros puede ser un paquete bomba. El problema para las personas que no tenemos par¨¢metros est¨¢ en distinguir entre un puro y un cartucho de dinamita, o entre una violaci¨®n digital y una normal. Incluso entre un incendio provocado y uno espont¨¢neo. Por eso es de agradecer que haya gente como Aznar que no establece ninguna diferencia entre lo que dice y lo que quiere decir. "Normalmente", ha asegurado, "digo lo que quiero decir". Enhorabuena, hombre. Es un alivio esa muestra de simpleza en medio de toda esta complejidad.Vacas locas
No hay diferencia entre una vaca loca y una normal, pero te comes un h¨ªgado de vaca loca y se te llena de agujeros el enc¨¦falo
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