"Si no cambiamos el discurso oficial, podemos estar alimentando la xenofobia"
Tiene m¨¢s aire de progre, entendido como el activista que combate las desigualdades sociales, que de cura. Es las dos cosas. Desde hace cuatro a?os, Jos¨¦ Chamizo (Los Barrios, C¨¢diz, 1949) se encarga de proteger a m¨¢s de siete millones de andaluces de los desmanes y errores de las administraciones. No le importa predicar en el desierto a veces.
Curtido en mil batallas del movimiento vecinal y de colectivos de apoyo a los toxic¨®manos del Campo de Gibraltar, Chamizo dice con guasa que s¨®lo comienza a quemarse en las peleas a partir de los 15 a?os. Est¨¢ dispuesto a seguir como defensor otro lustro si se lo plantean. Y si no, se vuelve con los suyos.Pregunta. En la recta final, ?su mandato le ha resultado m¨¢s frustrante que gratificante?
R. Ni es frustrante ni gratificante. En este tipo de cargos, o los del movimiento asociativo, siempre hay una mezcla de luces y sombras, agridulce..
P. Aqu¨ª trabaja sobre todo con las sombras de la sociedad.
R. S¨ª, pero en el movimiento asociativo tambi¨¦n. Me siento en paz conmigo mismo. Hemos contribuido a que algunos problemas se solucionen y otros se tengan en cuenta, no tanto como yo quisiera porque la burocracia a veces ahoga el propio sentimiento de la justicia. Y si hay un logro es el cambio en el perfil de la persona que acude a la instituci¨®n, hoy por hoy, las personas m¨¢s humildes y sencillas acuden m¨¢s.
P. ?Cu¨¢l es el informe especial que m¨¢s le impact¨®?
R. Por el volumen de trabajo y las consecuencias, el informe de menores. Creo que es clave y obliga un poco a reorganizar la pol¨ªtica de menores, de hecho ya se est¨¢ haciendo. De impacto personal, el ¨¢mbito de prisiones. Me preocupa la gente que est¨¢ en prisi¨®n y ¨¦se no es su sitio, por ejemplo, los enfermos mentales, los discapacitados mentales, muchos casos de toxicoman¨ªas, son personas para las que la prisi¨®n est¨¢ cumpliendo una funci¨®n que no es la suya. La prisi¨®n no puede ser un lugar donde se lleva a todo lo que no se entiende.
P. ?La instituci¨®n deber¨ªa tener m¨¢s poder coactivo?
R. Es dif¨ªcil. Estamos a mitad de camino entre una cosa y otra. Se podr¨ªa hacer un seguimiento m¨¢s estricto, tal vez desde el Parlamento, cuando se declara una actitud entorpecedora, al margen de la ideolog¨ªa de la persona. Y que los informes del Defensor sirvan para una revisi¨®n de las pol¨ªticas concretas que se hacen. Hacer esta instituci¨®n muy coercitiva, tampoco me gusta mucho, si va en orden de la eficacia para que el ciudadano resuelva sus problemas, estar¨ªa de acuerdo, pero coercitiva para que tenga un poder ejecutivo, no me parece. Estas instituciones son de mediaci¨®n y para mediar se necesita buena voluntad de las partes, que no siempre se encuentra.
P. ?Tiene a veces la sensaci¨®n de predicar en el desierto?
R. Pero no est¨¢ mal predicar en el desierto, es como m¨¢s rom¨¢ntico. Alguna vez lo he hecho y otras no. Espero que eso de predicar en el desierto alguna vez se convierta en algo m¨¢s fruct¨ªfero.
P. ?Ha notado alg¨²n cambio en la pol¨ªtica de menores de la Junta, despu¨¦s de su informe?
R. Hay que modificar practicamente todas las pol¨ªticas de menores, no s¨®lo por el informe si no porque a partir de enero, con la nueva ley penal del menor, se necesita una reestructuraci¨®n absoluta. Los menores no han sido un problema pol¨ªtico y tienen que serlo, en el buen sentido del t¨¦rmino.
P. ?Deber¨ªa retrasarse la entrada en vigor de la ley?
R. Si no hay medios suficientes, hay que esperar a que est¨¦n. Si va haber los medios como dice el ministro, adelante. Est¨¢ claro que esta ley si se aplica sin medios puede ser un caos. En Andaluc¨ªa se necesita un despliegue muy importante.
P. ?Cu¨¢l es la situaci¨®n en el campo de los mayores?
R. Todav¨ªa hay una carencia de plazas en residencias, tanto en la p¨²blica como en la privada. Lo que piden los mayores, adem¨¢s de residencias para asistidos, es quedarse en su pueblo y que haya un centro de d¨ªa donde puedan comer y mientras puedan vivir en sus casas, que sus casas se adapten.
P. Su oficina hab¨ªa advertido sobre la dif¨ªcil convivencia de El Ejido antes de los incidentes. ?Qu¨¦ informaci¨®n tiene sobre la situaci¨®n actual?
R. He estado recientemente en el Poniente y no parece que haya mejorado sensiblemente. Hay un problema b¨¢sico que tienen que abordar las administraciones, que es la vivienda.
P. ?Ve voluntad de hacerlo?
R. Veo, como siempre, una voluntad lenta. Se est¨¢n haciendo intentos desde Gobernaci¨®n, pero no llega a concretarse. El Gobierno, la Junta y los ayuntamientos no acaban de trazar una l¨ªnea y es muy importante. Una persona con un alojamiento digno est¨¢ m¨¢s estructurada para la convivencia.
P. ?No acaban de dar el paso porque esas pol¨ªticas no son rentables electoralmente?
R. No, se entra en esa especia de desidia, y al lo vamos hacer. El discurso es coherente, pero la realidad no s¨®lo no es coherente, si no que es ca¨®tica.
P. ?Se est¨¢ gestionando bien el tema de la inmigraci¨®n en Andaluc¨ªa?
R. Hay intentos serios de coordinaci¨®n, pero no llegan a fraguarse. El ¨®rgano de coordinaci¨®n es Gobernaci¨®n, parece que hay un intento serio, pero no acaba de concretarse. Esta coordinaci¨®n hay que agilizarla y acelerarla y tambi¨¦n a nivel del Gobierno central. ?ltimamente o¨ªmos discursos bastante represivos en el ¨¢mbito de la inmigraci¨®n, que uno ya no sabe a qu¨¦ responden. Se nos repite hasta la saciedad el n¨²mero excesivo de entradas, los empresarios piden m¨¢s mano de obra y estamos en una confusi¨®n sospechosa. No acabamos de aclararnos. Todav¨ªa no me he enterado del n¨²mero de inmigrantes que existen realmente, ni ese dato cient¨ªfico est¨¢ claro.
P. ?El Gobierno exagera la llegada de inmigrantes para justificar el cambio legal?
R. Se ha incrementado el n¨²mero de personas que han venido, pero se ha abusado un poco de las mafias. Lo que tienen que hacer es desarticularlas y detenerlas. La implicaci¨®n de Marruecos es m¨ªnima y la de la UE, menos que m¨ªnima. Y se ha abusado de tanto titular como si llegaran miles y miles, cuando no son tantos. El cambio de la ley estaba previsto incluso sin esta afluencia. Si se ha utilizado, mal servicio se est¨¢ haciendo a una pol¨ªtica de integraci¨®n que es lo que se pretende. Creemos que ayudamos a los inmigrantes y no nos damos cuenta de que en poco tiempo los vamos a necesitar.
P. ?Los incidentes de corte racista ser¨¢n el pan de cada d¨ªa?
R. Si no cambiamos el discurso oficial, podemos estar fomentando una xenofobia.
P. El discurso actual, ?va en esa direcci¨®n?
R. No digo que tenga esa intencionalidad, pero como no se corrija, fomentar¨¢ la xenofobia. No s¨®lo el discurso de los pol¨ªticos, tambi¨¦n de algunos medios.
P. Hasta hace poco la inmigraci¨®n era un fen¨®meno ignorado por las administraciones.
R. Ha cambiado porque esta pol¨ªtica del avestruz ya no pod¨ªa m¨¢s. Han entrado miles de personas clandestinamente , se sab¨ªa, se ha permitido y ahora, de la noche a la ma?ana, se les quiere expulsar. Ha habido una dejaci¨®n de la administraci¨®n. A las personas que est¨¢n aqu¨ª habr¨¢ que regularizarlas como sea, tampoco nos hemos portado con ellas correctamente, ni el sentido legal siquiera.
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