S¨®focles despierta al Coliseo
Dificultades
La representaci¨®n de tres famosas tragedias de S¨®focles en el Coliseo de Roma, 1.500 a?os despu¨¦s de que se celebrara en el anfiteatro el ¨²ltimo espect¨¢culo (con fieras), concluy¨® el pasado domingo con un balance desigual. El proyecto S¨®focles ha resultado una experiencia interesante, pero lastrada por las dificultades t¨¦cnicas y la osad¨ªa del planteamiento: representar las obras en los idiomas originales de las compa?¨ªas, es decir, griego, iran¨ª, alem¨¢n e italiano. Todo ello sin recurrir a subt¨ªtulos.Un esfuerzo quiz¨¢s excesivo para el p¨²blico, una modesta cifra de 700 personas, porque el Coliseo est¨¢ todav¨ªa lejos de reconquistar el aforo de 75.000 espectadores que ten¨ªa cuando fue inaugurado por el emperador Tito el a?o 80 D.C. El inter¨¦s del p¨²blico y de los medios de comunicaci¨®n descendi¨® casi en picado desde el estreno de Edipo Rey, a cargo de la compa?¨ªa del Teatro Nacional Griego, el 19 de julio pasado, hasta el del Edipo en Colona, en versi¨®n musical de Felix Mendelsshon-Bartholdy, que concluy¨® el 6 de agosto.
El regreso del Coliseo, apenas concluida una importante fase de restauraci¨®n, ha demostrado hasta qu¨¦ punto es un marco bello y complicado para el desarrollo de una representaci¨®n. El director de Edipo Rey, Vassilis Papavassileiou, se quej¨® de las dificultades que han tenido que vencer sus actores. "En Grecia se cortan al tr¨¢fico las calles adyacentes cuando representamos al aire libre. Aqu¨ª no han dejado de o¨ªrse las sirenas de ambulancias y polic¨ªa", declar¨®. Papavassileiou, traductor del texto de Edipo Rey al griego moderno, no ocult¨® tampoco su frustraci¨®n por el hecho de que no hubieran colocado subt¨ªtulos. Dos horas de d¨ªalogos en griego hab¨ªan resultado, efectivamente, demasiado para el grueso de los espectadores que ocuparon las 400 butacas a ras de suelo, vendidas a 8.500 pesetas.Y, sin embargo, Edipo Rey declamada con el estilo distante de recitaci¨®n adoptado por el Teatro Nacional Griego, fue lo mejor del experimento Coliseo 2000. La dignidad de los coros, la ferocidad de la historia del rey de Tebas, un hombre seguro de s¨ª, que se lanza a escarbar en el pasado hasta encontrar al asesino de su predecesor Laio, para darse de bruces con la ¨²nica y terrible verdad de que es ¨¦l mismo el asesino que busca, trasladaron a los pocos centenares de espectadores la emoci¨®n pura de la tragedia. Una emoci¨®n que pareci¨® escap¨¢rsele a la directora iran¨ª Pari Saberi, responsable de la puesta en escena de Ant¨ªgona. El equipo del Centro de Arte Dram¨¢tico de Teher¨¢n dio vida a una Ant¨ªgona contestataria, v¨ªctima de la cerraz¨®n de Creonte, su t¨ªo, que gu¨ªa con mano de hierro la ciudad de Tebas, tras la marcha de Edipo.
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