Otegi dice en el homenaje a los terroristas muertos que no est¨¢ dispuesto a acabar con ETA
5.000 radicales vitorearon a tres encapuchados mientras colocaban el anagrama de la banda
A las cinco de la tarde, seis encapuchados incendiaron un autob¨²s en la Campa del Muerto, una plaza del barrio de Santutxu, al norte de Bilbao. La gran columna de humo negro se ve¨ªa desde la zona del Arenal, donde el pasado y el presente de Herri Batasuna, Jon Id¨ªgoras y Arnaldo Otegi, participaban en un homenaje a los cuatro etarras muertos por su propia bomba el pasado d¨ªa 7. Otegi tom¨® la palabra una vez que otros tres encapuchados, vitoreados por 5.000 radicales, hab¨ªan colocado el hacha y la serpiente de ETA junto a las fotograf¨ªas de los terroristas. El dirigente de HB subi¨® entonces al escenario y dijo: "Nos piden que acabemos con ETA, pero no es nuestra voluntad ni estamos dispuestos".
Otegi fue m¨¢s all¨¢. Subido a un escenario de guerra -la imagen de los terroristas, el hacha y la serpiente, los encapuchados y el humo del ¨²ltimo autob¨²s quemado, los v¨ªtores a ETA-, el l¨ªder y parlamentario de Euskal Herritarok se permiti¨® incluso justificar a los que elijen el camino de la violencia. "No les gusta la violencia", dijo citando a Argala, otro terrorista, "pero las fuerzas sociales y pol¨ªticas no les ofertamos otro camino para luchar por la independencia de Euskal Herria". Junto a ¨¦l, adornadas con flores y hojas de roble, las fotograf¨ªas de Patxi Rementer¨ªa, Ekain Ruiz, Urko Gerrikagoitia y Zigor Aranbarri, destrozados el pasado lunes por los 25 kilos de dinamita que transportaban. "Ellos entendieron que su contribuci¨®n a la democracia pasaba por practicar la violencia". La multitud, emocionada, con l¨¢grimas en los ojos, le interrumpi¨® entonces. Subray¨® sus palabras con el grito m¨¢s repetido durante el ritual de una hora: "?Viva ETA militar!".
Antes hab¨ªa hablado Jon Idigoras. Hace tiempo que el hist¨®rico l¨ªder de HB, muy deteriorado f¨ªsicamente, no participaba en un acto pol¨ªtico. Lo hizo ayer una vez que la memoria de los j¨®venes muertos -"?son soldados, no terroristas!", aclaraba la gente enfervorizada- fue honrada seg¨²n la tradici¨®n. El toque de la txalaparta -un instrumento musical de madera-, la ofrenda de flores, el baile del aurresku, las canciones que hablan de los j¨®venes patriotas que tienen que luchar hombro con hombro por el pueblo vasco... Lo ¨²nico que se ech¨® en falta fue la tradicional quema de la bandera espa?ola. "Este pueblo", dijo Idigoras, "no va a dar un paso atr¨¢s hasta conseguir la independencia. Se tienen que dar cuenta, Aznar, Mayor e Iturgaiz, que hemos nacido para la guerra, que necesitamos la paz y vamos a luchar por ella como lo hicieron nuestros hermanos". El antiguo l¨ªder de HB parec¨ªa muy emocionado cuando levant¨® el pu?o para gritar por la libertad de Euskadi. "?Viva ETA militar!", le respondieron desde la plaza en euskera.
No estaban solos Id¨ªgoras y Otegi. Junto a ellos, miembros de la actual y las anteriores ejecutivas de HB, l¨ªderes sindicales de su entorno, j¨®venes de Jarrai, familiares de los muertos, cuyos restos a¨²n est¨¢n en dependencias judiciales. Para cuando sus identidades sean confirmadas oficialmente, HB ha organizado actos de homenaje en Markina -la localidad vizca¨ªna donde naci¨® Patxi Rementer¨ªa, el jefe del comando-, Hernani (Guip¨²zcoa), de donde era Ekain Ruiz; y Durango (Vizcaya), localidad natal de Urko y Zigor. Arnaldo Otegi se refiri¨® a la juventud de estos tres ¨²ltimos, entre 22 y 23 a?os, para advertir: "No acaban de darse cuenta de que la nueva generaci¨®n de ETA naci¨® con el estatuto [de Gernika]. Es esa la que en estos momentos vincula su compromiso militante con la lucha armada y nadie saca conclusiones pol¨ªticas de eso". "Nos piden", insisti¨® ante numerosos periodistas nacionales y extranjeros, "que acabemos con ETA, pero no estamos dispuestos a acabar con una organizaci¨®n armada con la que no ha sido capaz de acabar ni el Estado espa?ol ni el franc¨¦s".
Lo m¨¢s curioso del discurso de Otegi fueron sus referencias constantes a la paz. "Somos nosotros", dec¨ªa mientras su pie casi tocaba la bandera azul con el anagrama de ETA, "los que hacemos apolog¨ªa de la paz, no de la guerra. No buscamos una segunda tregua porque lo que queremos es un escenario de paz definitiva". Un periodista de la televisi¨®n sueca que acudi¨® al evento no sal¨ªa de su asombro. Su traductor le aseguraba que los gritos de la multitud animaban a ETA a seguir hasta el final, que ped¨ªan m¨¢s tralla a sus j¨®venes patriotas, pero Otegi, subido al escenario de guerra, segu¨ªa hablando de paz. "Me acusan", insist¨ªa, "de hacer apolog¨ªa del terrorismo, y lo ¨²nico que hago es apolog¨ªa de la paz y de la democracia". Embisti¨® contra Aznar, Mayor Oreja e Iturgaiz, pero tambi¨¦n le dio un repaso al ministro de Exteriores y otro, aunque m¨¢s leve, al PNV.
De Josep Piqu¨¦ dijo que sus declaraciones con respecto a Palestina son de sarcasmo. "El ministro de Exteriores de Espa?a", dijo Otegi, "acaba de decir que el pueblo palestino se merece su autodeterminaci¨®n. Si cambiara el apelativo de palestino por el de vasco, tendr¨ªamos la paz ma?ana mismo. ?Qu¨¦ debemos hacer? ?Organizar una intifada en las calles de Euskal Herria?". Esa pregunta, sin respuesta, fue muy aplaudida. Ya se hab¨ªa extinguido el humo del autob¨²s urbano calcinado unos minutos antes en la Campa del Muerto.
Con respecto al PNV, Arnaldo Otegi dijo que el partido de Arzalluz le ha dado el p¨¦same a las familias de los terroristas muertos. "?Habr¨¢ que acusarlos tambi¨¦n a ellos?", ironiz¨®, "?de apolog¨ªa del terrorismo?".
Se termin¨® el acto y en el ambiente qued¨® la frase de Idigoras: "Estamos dispuestos a luchar como nuestros hermanos que han muerto". El periodista sueco, alucinado por el coqueteo alternativo de Idigoras y Otegi con la paz y con la guerra, segu¨ªa con su asombro: "En mi pa¨ªs no se entiende lo que est¨¢ pasando aqu¨ª".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.