Quemar los bosques, un delito casi impune
Ecologistas, juristas y responsables pol¨ªticos admiten la escasez de condenas por incendios forestales. Muchos casos quedan sin aclarar
Obsesi¨®n por el fuego
Un bid¨®n de gasolina, una cerilla, y cientos de hect¨¢reas de bosque calcinadas en pocas horas. A pesar de las campa?as del Ministerio de Medio Ambiente y de los ecologistas para concienciar a la poblaci¨®n, este a?o se han vuelto a repetir las escenas de todos los veranos en los bosques espa?oles.Aunque muchas veces hay sospechas fundadas sobre qui¨¦n o qui¨¦nes han sido los autores de este tipo de delitos, s¨®lo una minor¨ªa de los responsables de los incendios forestales son condenados, seg¨²n coinciden juristas, ecologistas y pol¨ªticos. Adem¨¢s, creen que la extrema dificultad de probar la autor¨ªa de un incendio hace que exista cierta impunidad. Tanto pol¨ªticos como varias ONG denuncian que la falta de conocimiento de los jueces sobre estos hechos y la reducida cantidad de expertos que les asesoren hace que en muchas ocasiones los casos se archiven.
En el primer semestre de este a?o, el Servicio de Protecci¨®n de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) ha logrado esclarecer 306 incendios de los 1.198 que ha investigado, pero el n¨²mero de detenciones de sospechosos se reduce hasta 78. "S¨®lo se identifica entre un 5% y 7% de los causantes de los incendios intencionados", denuncian desde la ONG Ecologistas en Acci¨®n, "pero s¨®lo una minor¨ªa de ellos son penalizados". Aunque no existen datos nacionales sobre las condenas por los delitos de incendios, cifras como las de M¨¢laga permiten hacer una composici¨®n de lugar: en los ¨²ltimos tres a?os se han producido m¨¢s de 80 detenciones de incendiarios, pero s¨®lo tres han sido condenados.
El caso del pueblo onubense de Almonaster la Real es paradigm¨¢tico. Ha sufrido quemas intencionadas de bosques municipales durante toda la d¨¦cada para abaratar la madera y, sin embargo, nunca se ha encausado a nadie. "En los pueblos es muy dif¨ªcil que la gente delate a un vecino", explican desde Ecologistas en Acci¨®n. Pero este problema es com¨²n a toda Espa?a. En Catalu?a, los Mossos de Esquadra s¨®lo detuvieron en los primeros seis meses del a?o a una persona sospechosa de incendiar el bosque. Los agentes rurales, en colaboraci¨®n con Seprona, a dos, una de las cuales era un menor. En Galicia, donde la regi¨®n de Valdeorras ha sido devastada en los ¨²ltimos d¨ªas, la Consejer¨ªa de Medio Ambiente denuncia casos similares: "Hace dos a?os tuvimos pruebas claras de que un chico de un pueblo hab¨ªa quemado el monte, pero todos los vecinos se levantaron en contra de la autoridad diciendo que era muy buena persona y que era imposible que hubiese sido ¨¦l, incluso recogieron firmas a su favor".
El C¨®digo Penal fija penas de entre uno y cinco a?os de c¨¢rcel para los incendiarios, pero las elevan a entre 10 y 20 a?os si se ha puesto en peligro la vida de las personas. El problema radica en la aplicaci¨®n de este precepto porque, seg¨²n denuncia Cristina Narbona, responsable del ¨¢rea de medio ambiente del PSOE, "los jueces tienen una conciencia ecologista bastante baja". La ONG Greenpeace va m¨¢s all¨¢: asegura que la falta de fiscal¨ªas espec¨ªficas de medio ambiente en muchas comunidades (Galicia, una de las zonas m¨¢s conflictivas cada a?o, carece de ella) y de peritos que puedan asesorar al juez subyacen a la escasez de sentencias. "Como consecuencia de esa falta de medios hay sensaci¨®n de impunidad, de que no pasa nada si se quema el bosque", afirman.
Cuando se logra encausar a alguien, los fiscales chocan con la dificultad de probar la autor¨ªa. S¨®lo cuando se trata de un enfermo mental resulta sencillo demostrar su responsabilidad mediante informes m¨¦dicos que prueben su man¨ªa obsesiva por el fuego. Es el caso de un pastor de Mijas (M¨¢laga) que se confes¨® autor de decenas de incendios en los montes de su localidad en los ¨²ltimos veinte a?os por el simple placer de ver actuar a los dispositivos de la lucha contra el fuego. Ahora cumple una condena de doce a?os de prisi¨®n, pero es una excepci¨®n.La mayor¨ªa de las veces resulta casi imposible demostrar que una persona ha provocado un incendio. "Es muy dif¨ªcil capturar a los autores. A veces no se les juzga porque no hay pruebas suficientes y el caso se termina archivando", reconoce Luis Portero, fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Granada. Los jueces necesitan un testigo que haya visto c¨®mo se produc¨ªa el incendio para argumentar su sentencia, "y eso es pr¨¢cticamente imposible", dicen en la Consejer¨ªa de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia. "Los que prenden el fuego se amparan en la oscuridad de la noche, en el conocimiento del monte, donde no les pueden ver", concluyen.
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