EL REY VUELVE AL TIM?N DEL 'FORTUNA'
El Rey pilota de nuevo su f¨®rmula uno naval, su nov¨ªsimo yate Fortuna. El barco ha pasado 10 d¨ªas del mes de agosto calzado, en dique seco, en los astilleros de la Armada de Portopi, cerca de Marivent, en el puerto de Palma. Result¨®, oficialmente, una revisi¨®n general y una reparaci¨®n de algunos achaques prematuramente sobrevenidos en este prototipo sin gemelos ni antecedentes, que tiene una maquinaria de triple propulsi¨®n y una conducci¨®n y control semejante a la que requieren los aviones.La nave de proa como un misil afilado y color aluminio se desliz¨® sobre un pat¨ªn otra vez hasta el mar, en una operaci¨®n compleja, que se concluy¨® en menos de una hora y que fue vigilada y controlada como si la embarcaci¨®n fuera una joya o una capital obra de arte. El Fortuna cost¨® m¨¢s de 3.500 millones de pesetas, que pagaron a escote, l00 millones por barba, un grupo de 30 empresarios baleares constituidos en fundaci¨®n ben¨¦fica y que tuvo una aportaci¨®n de 500 millones del Gobierno regional.
La seguridad alrededor de la nueva botadura del yate fue amplia: un periodista fue identificado en una hora ocho veces por ocho escoltas distintos. Un polic¨ªa nacional en moto pidi¨® la placa a un escolta del Rey. Don Juan Carlos segu¨ªa desde tierra la maniobra -delicada- por el posible roce del casco o de la complej¨ªsima trama de aletas, turbinas y direcci¨®n sin tim¨®n fijo, dispuestas en bater¨ªa toda la popa, la mano sumergida de la nave. Al estar listo el sistema de antenas que se hab¨ªa desmontado, el Monarca zarp¨® a probar la m¨¢quina: tom¨® los mandos, se cal¨® los cascos de intercomunicaci¨®n como los que usan los m¨²sicos o los mec¨¢nicos de los boxes con sus pilotos en pista y dio gas. Zarp¨® a probar su nave con su amigo el veterano capit¨¢n de todos los fortuna habidos, Richard Cross.
El Fortuna ha tenido una nueva botadura, tras ser construido y bautizado en el mar de C¨¢diz, en cuyos astilleros permaneci¨® durante dos a?os. La nave ultraligera puede alcanzar los 130 kil¨®metros por hora sobre el mar. En el invisible vientre del barco, bajo la cubierta de teca de Birmania, hay cuatro camarotes dobles para la familia real, seis ba?os y un gran sal¨®n. Existen departamentos para ocho tripulantes y dos puentes paralelos para comandar la nave, al aire libre, en la tercera cubierta y en el puente. La decoraci¨®n interior de maderas nobles se ha ajustado a la necesidad de aligerar el peso. Los navegantes tendr¨¢n vajillas ad hoc, manteler¨ªas, s¨¢banas y toallas -de algod¨®n crudo-, con el escudo real brodado, adem¨¢s de artilugios navales avanzados para evitar espacios bald¨ªos. Patrimonio Nacional espera hacer real su diagn¨®stico de felicidad de hace tres meses por "haber recibido dos obsequios: un yate deportivo r¨¢pido y una pieza tecnol¨®gica de alto valor". Un adulto puede caminar 30 pasos sin tropezar; en los dep¨®sitos caben 24.000 litros de gas¨®leo.
Por otra parte, y en aguas cercanas, el presidente de Gobierno, su esposa Ana Botella y su hijo Alonso, navegan desde ayer entre Ibiza y Formentera a bordo del velero Aigl¨®n, propiedad del ex ministro del Partido Popular de Exteriores y ex comisario de la UE Abel Matutes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.