El municipio accede ahora a quitar los 'chirimbolos' que m¨¢s estorban

M¨¢s de cinco a?os despu¨¦s de regar las aceras de la capital con 1.500 chirimbolos, el equipo de gobierno municipal va a estudiar por primera vez "retirar los que estorban al viandante", seg¨²n la concejal de Obras, Elena Utrilla. A la vuelta de las vacaciones, la concejal se reunir¨¢ con la empresa que gestiona estos soportes publicitarios, Cemumasa, a fin de llegar a un acuerdo. "No sabemos cu¨¢ntos se van a quitar, si 10, 20, 30 o 40, depende de lo que estorben: hay que dar prioridad al peat¨®n", explica Utrilla.

Desde hace meses, los concejales del PP del Ayuntamiento, con el alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, a la cabeza, han asegurado repetidamente que "Madrid tiene que ser para el viandante". La concejal de Obras, Elena Utrilla, se ha sumado a este razonamiento y promete quitar de las aceras los chirimbolos que m¨¢s molestan al peat¨®n. "Los t¨¦cnicos municipales ser¨¢n quienes decidan cu¨¢les son los que m¨¢s estorban aunque yo puedo adelantar que son los m¨¢s grandes", dice Utrilla. Estos modelos "m¨¢s grandes" son aqu¨¦llos que miden m¨¢s de tres metros de alto, presentan columnas historiadas y llevan aparejados remates en forma de cabezas de oso. La concejal de Obras quiso especificar que el criterio para retirar este tipo de mobiliario es que "est¨¦n en calles muy c¨¦ntricas donde pasa mucha gente y molestan". El n¨²mero de los chirimbolos a eliminar no est¨¢ claro. Es algo que deber¨¢ negociar el Ayuntamiento, tras un informe de los servicios t¨¦cnicos, con los responsables de Cemumasa. Seg¨²n Utrilla, Cemumasa ya ha aceptado retirar algunos "pero no est¨¢ claro si se van a quitar 10, 20, 30 o 40".

Un poco de historia

La historia de los chirimbolos empez¨® en 1990, cuando el entonces concejal de Obras, Enrique Villoria, del PP, pens¨® que en Madrid se echaba de menos algo por la calle: "En todo el mundo hay mobiliario urbano y aqu¨ª falta", asegur¨®. Dicho y hecho. Se convoc¨® un concurso y Cemumasa gan¨® la explotaci¨®n: invirti¨® 2.400 millones esperando sacar un beneficio, gestionando la publicidad y los anuncios durante 15 a?os, de entre 10.000 y 20.000 millones. Se colocaron en la primavera de 1995 y al momento fueron criticados, no s¨®lo por la oposici¨®n, sino por asociaciones de urbanistas, de arquitectos y de comerciantes. Denunciaban, sobre todo, que estorbaban en la calle. El PP cambi¨® de sitio, entre otros, los que se hab¨ªan colocado cerca de la Academia de Bellas Artes, a petici¨®n de los propios acad¨¦micos, y el de la calle del Nuncio, a solicitud del due?o del caf¨¦. Utrilla asegur¨®, de cualquier modo, que "no se retirar¨¢n los que tienen dep¨®sitos para guardar pilas, porque ¨¦sos cumplen una funci¨®n".