Cordilleras de sal
Las cordilleras de sal extra¨ªda de las lagunas de La Mata y Torrevieja constituyen un paisaje austral casi en los l¨ªmites del desierto. Su resplandor se percibe de lejos, como un espect¨¢culo ps¨ªquico muy hipertenso. La energ¨ªa que libera el contraste entre estos glaciares de cloruro de sodio y la aridez del entorno podr¨ªa engendrar un mes¨ªas para que caminase sobre estas charcas, cuya densidad es de 100 gramos de sal por litro, sin posibilidades de hundirse. Incluso podr¨ªa convertir en estatua al m¨¢s pintado, si mirase fijamente las urbanizaciones del entorno, que se multiplican por horas.A finales de junio las lagunas se vuelven de color sonrosado a causa de la abundancia de larvas de crust¨¢ceos y bacterias hal¨®genas que tratan de sobrevivir en las l¨¢minas de agua de este parque natural de 3.700 hect¨¢reas. Esta coloraci¨®n propaga la melancol¨ªa entre algunos enamorados, mientras que los flamencos, cig¨¹e?uelas, charranes, zampullines y alcaravanes se toman el aperitivo en estos saladares que se encuentran a tres metros por debajo del nivel del mar.
Aqu¨ª vive una bacteria de color rojo que ha puesto en duda los l¨ªmites establecidos hasta ahora para que fuera posible cualquier tipo de existencia. La salinibacter, que es el nombre que le han endosado los cient¨ªficos en un esfuerzo cerebral, ha convertido este territorio as¨¦ptico en un h¨¢bitat extremo. El descubrimiento ha dado una vuelta de tuerca a la capacidad de adaptaci¨®n de los organismos.
La utilizaci¨®n de las salinas de La Mata y Torrevieja se pierde en el tiempo. En el a?o 1321 fueron cedidas por la Corona a Orihuela a condici¨®n de que no fuesen enajenadas. Apenas unos a?os despu¨¦s la Corona ofreci¨® a los vecinos de esta ciudad la posibilidad de convertir la laguna en albufera para explotar la pesca, pero tras la construcci¨®n de un acequi¨®n muchos a?os despu¨¦s para conectarla con el mar se comprob¨® que los peces no entraban debido a la elevada salinidad de las aguas.
En el siglo XVIII empez¨® la explotaci¨®n salinera, y desde 1950 la industria pas¨® a manos de la Nueva Compa?¨ªa Arrendataria de las Salinas de Torrevieja, que es la actual contratista. Hoy la alimentaci¨®n de estas salinas se produce mediante conexiones con el mar, pero sobre todo desde el yacimiento de sal gema de El Pinoso, a trav¨¦s de un salmueroducto de 50 kil¨®metros que llega a La Mata, desde donde es bombeada a la de Torrevieja.
Las cosechadoras, guiadas por sat¨¦lite mediante un sistema GPS, extraen 750.000 toneladas anuales de sal, que tras el proceso de lavado son apiladas en monta?as de unos 20 metros de altura por unos 63 de base, hasta conformar unas cordilleras que la f¨¢brica se encargar¨¢ de procesar en sus oportunas ramificaciones de sales secas y h¨²medas para luego ser comercializadas y que nuestro entorno sea un poco menos soso.
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