cuesti¨®n de raza
Texto]Me temo que todos estamos de vuelta. Desde que la Aste Nagusia se convirti¨® en fiesta multitudinaria, los bilba¨ªnos saben que en vacaciones deben hacer un hueco para darse un garbeo por la ciudad. El que escribe tambi¨¦n obra en consecuencia: acaba de regresar del Mediterr¨¢neo, hastiado de paella y de sangr¨ªa, dispuesto a profesar (sin alharaca, con recato) su modesto e insobornable bilbainismo. Del mismo modo en que otros lucir¨¢n su bronceado, ¨¦l mostrar¨¢ en las terrazas su sarpullido de Menorca.
Cuesti¨®n de raza: la piel de escasa melanina del que escribe no da lugar a muchos lucimientos. Por lo dem¨¢s, est¨¢ seguro de encontrar en la Semana Grande de Bilbao hombros, brazos, muslos, apuntes de teta si me apuran, duramente calcinados al sol de este verano. Como Bilbao ha recuperado su glamour, seguro que estas fiestas se llenan de oro blanco, ese que sienta tan bien a la bronceada piel de las doncellas. En los toros, el oro blanco, la piel morena, dar¨¢n mucho que hablar (en los tendidos de sombra, como siempre, que es donde est¨¢ la pasta).
Pero uno llega a la fiesta con el resonar de las ¨²ltimas noticias tra¨ªdas por la prensa hasta la costa. La obstinaci¨®n del Estado por largar de aqu¨ª a todos los morenitos (morenitos no de playa, sino de estirpe) contrasta fuertemente con los patri¨®ticos esfuerzos por quedarse con Niurka Montalvo, la caribe?a azabache, que cada vez que pega un salto se distancia siete metros m¨¢s de Cuba. Si alguna de las negras (perd¨®n, subsaharianas) que llegan a las costas de C¨¢diz tuviera una zancada parecida, la poli no la meter¨ªa en el furg¨®n de cola, sino que se la presentar¨ªa a Samaranch en el restaurante de un hotel de cinco estrellas. As¨ª es la vida, a la falta de otra cosa.
Porque la vida, en este mes de agosto, se centra en las playas, en vastos arenales donde descansar de todo un a?o de trabajo o donde huir de toda una vida de miseria. Rubios alemanes y tiznados magreb¨ªes ocupan las playas del sur. Los rubios por el d¨ªa (cuando est¨¢n abiertos los chiringuitos y hay nacionales que venden refrescos) y los morenos por la noche (cuando los ¨²nicos que frecuentan la playa son los n¨²meros de la Guardia Civil, y no precisamente para ofrecer al clandestino reconstituyentes). Incluso de todas estas cosas nos olvidaremos en las pr¨®ximas jornadas, ahora que hemos vuelto de la playa, nosotros, que ¨ªbamos de d¨ªa.
Cuesti¨®n de raza y cuesti¨®n de bronceados. La batidora pol¨ªtica vasca est¨¢ francamente removida y los distintos tonos veraniegos tambi¨¦n har¨¢n su aparici¨®n en este festivo Bilbao que se inaugura. Por cierto, parece que el moreno abertzale de Zarautz cada vez se lleva menos (?no ser¨¢ que Egibar se empe?a en estrechar su playa, que es la m¨ªa?). Antes al contrario, lo que est¨¢ haciendo furor esta temporada es el bronceado Oropesa. Por cierto, ?son tambi¨¦n ustedes ¨ªntimos de Jos¨¦ Mari? Yo navego a su lado en mis peores pesadillas.
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