El asalto de las tribus rurales
Los fines de semana, grupos de j¨®venes de las poblaciones del delta del Ebro se enzarzan en peleas por motivos banales
El fen¨®meno de las tribus urbanas radicales jam¨¢s cuaj¨® en los pueblos del delta del Ebro, remanso residencial donde el anonimato es ut¨®pico y la extravagancia, escasa. Ni siquiera en las ciudades m¨¢s habitadas, como Tortosa y Amposta, han resultado nunca significativos los cuadros de j¨®venes de est¨¦tica marcadamente alternativa y actitudes violentas. Tampoco ahora. El fen¨®meno es otro: lo que crece y se desarrolla son las tribus rurales, grupos de j¨®venes supuestamente inofensivos si no fuera porque han empezado a convertir las eternas rivalidades intermunicipales y futbol¨ªsticas en motivo de peleas, habitualmente nocturnas, cuyo grado de violencia va en aumento."El incremento de la conflictividad juvenil en zonas de ocio nocturno, lo notamos hace unos seis meses, por lo que se decidi¨® tomar medidas coordinadas entre los diferentes cuerpos de seguridad", explica Jes¨²s Ruano, jefe de la Polic¨ªa Local de Amposta. Una patrulla de cada cuerpo recorre las zonas de marcha durante las noches de fin de semana.
Tambi¨¦n en Alcanar y Sant Carles de la R¨¤pita se ha intensificado el control policial. En el primer caso, el jefe de los agentes municipales comenta: "No hemos notado aumento de los episodios de violencia juvenil porque ya la ten¨ªamos desde hace tiempo, lo que hacemos es mantener la vigilancia con patrullas y controles est¨¢ticos".
Uno de los sucesos m¨¢s tr¨¢gicos en la localidad sucedi¨® el domingo 17 del pasado febrero, en el exterior de una discoteca en la zona de marcha nocturna. Manel, de 19 a?os y vecino de Sant Carles de la R¨¤pita, muri¨® arrollado por un coche que conduc¨ªa Joan, de 22 a?os y vecino de Alcanar. Testigos presenciales aseguran que hubo una pelea previa, aunque no confirman que uno de los protagonistas de la trifulca fuera la v¨ªctima. Joan regres¨® con su veh¨ªculo al exterior del local y embisti¨® a un grupo de j¨®venes buscando venganza, seg¨²n los testigos. A la ma?ana siguiente, los alcaldes de ambas poblaciones se apresuraron a desvincular los hechos de un conflicto territorial. "Se trata de una situaci¨®n desgraciada que hace que dos pueblos vecinos y hermanos estrechen a¨²n m¨¢s sus v¨ªnculos", repet¨ªan.
El alcalde de Amposta y diputado auton¨®mico, el convergente Joan Maria Roig, rechaz¨® de cuajo, tras el suceso provocado el lunes 7 de agosto por una quincena de j¨®venes de su poblaci¨®n que se desplazaron a Santa B¨¤rbara para apalear a otros dos, que las rivalidades entre pueblos fueran la causa de la pelea. Pero reconoci¨® que las trifulcas entre las dos partes ven¨ªan de lejos.
Amposta ya fue escenario, en la noche de Sant Joan, de una pelea entre j¨®venes de distintos municipios presenciada por unas 300 personas. Agentes de la Polic¨ªa Local, mossos d'esquadra y guardias civiles acudieron para atajar la batalla. Ante la imposibilidad de controlar la desbandada, un agente de la guardia urbana hizo dos disparos al aire. La Junta de Seguridad de Amposta orden¨® el cierre cautelar de una discoteca cercana al lugar de los hechos. El alcalde dice que la polic¨ªa incrementar¨¢ la vigilancia para evitar enfrentamientos, y resalta: "Las peleas est¨¢n ocasionadas por grupos minoritarios. Algunos de los protagonistas son siempre los mismos".
El punto de vista de los j¨®venes sobre la existencia de rivalidades entre municipios difiere del expuesto por los pol¨ªticos. ?stos aseguran que las peleas no tienen esta base y, de hecho, algunos j¨®venes consultados confirman que el origen de las trifulcas son muy diversos, pero resaltan: "Los habitantes de Amposta y Tortosa son rivales; los de Amposta y Sant Carles de la R¨¤pita, tambi¨¦n, as¨ª como los de Deltebre y Tortosa, al igual que los de Sant Carles de la R¨¤pita y Alcanar, y los de Jes¨²s y Roquetes". Una joven que trabaja como relaciones p¨²blicas de un pub dice: "Yo he visto c¨®mo cuando se encuentran ya buscan pelearse por tonter¨ªas".
Ese entramado de rivalidades intermunicipales ha existido tradicionalmente como ali?o a competiciones futbol¨ªsticas, s¨®lo que del insulto y el pu?etazo por un penalti no pitado se ha pasado a conflictos surgidos por motivos tambi¨¦n banales, pero m¨¢s variados, que se agudizan con la excitaci¨®n aportada por estupefacientes. "Se pelean por el f¨²tbol o por cualquier otra cosa, pero eso pasa cuando suelen ir empastillados, porque buscan camorra", comenta un joven que prefiere no revelar su identidad. No quiere que vuelvan a romperle la moto. Y aporta otro emparejamiento: "Los de La Cava, L'Ampolla y L'Aldea van contra los de Camarles".
Hay quien afirma que esta situaci¨®n no tiene nada que ver con las rivalidades rurales. Basta que la victoria de esa tarde en el estadio haya sido injusta o que al pedir una consumici¨®n en la barra, la presi¨®n del codo ajeno se antoje excesiva. Y a liarla.
Broncas y pastillas
La relaci¨®n de las broncas con el consumo de pastillas estupefacientes es un dato subrayado por todos. El alcalde de Sant Carles de la R¨¤pita, Manel Castell¨¤, afirma: "Desde que circulan las pastillas, act¨²an en los cerebros de los consumidores y se vuelven m¨¢s violentos". Mart¨ª Meix, jefe de la Polic¨ªa Local de Alcanar, se?ala: "Con las pastillas entran en periodos de neurosis y se convierte en personas violentas". Otro factor provoca la alerta: la proliferaci¨®n de clubes sin licencia, abiertos por veintea?eros como centros de reuni¨®n y ocio en almacenes y casas abandonadas. "Muestran s¨ªmbolos de ideolog¨ªa fascista, y eso es repugnante", comenta Joan Maria Roig. El alcalde convergente ha decretado en las ¨²ltimas semanas el cierre de una decena de estos clubes, aunque "no se act¨²a de oficio, s¨®lo si hay quejas vecinales".
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