"La memoria me produce v¨¦rtigo"
Cree Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald a sus 73 a?os que cuanto m¨¢s se vive m¨¢s vida queda por delante. Su pasi¨®n es mirar el mar y es un escritor discontinuo cuya memoria, contenida sobre todo en su libro Tiempo de guerras perdidas, es un autorretrato de un poeta asombrado y tambi¨¦n el cuadro de lo que era la vida en el coraz¨®n de la dictadura. Convencido de que la risa es fundamental para vivir, tiene un alto aprecio por la amistad y, aunque ejercita la memoria imaginativa, no ha dejado que ¨¦sta se contamine de rencor. El reciente episodio de la Academia, que le rechaz¨® cuando fue presentado en solitario, levant¨® la paradoja de descubrirle m¨¢s afectos y admiraciones que las que ¨¦l mismo supon¨ªa, pues la decisi¨®n de los inmortales fue duramente criticada por muchos que consideraron que la que perd¨ªa era la docta instituci¨®n. Cuesta hacerle hablar del episodio; prefiere hacerlo de la memoria y de su tiempo, y de la poes¨ªa.JOS? M. CABALLERO BONALD >ESCRITOR
Miembro de la generaci¨®n del cincuenta, Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald querr¨ªa estudiar un d¨ªa por qu¨¦ muchos de sus compa?eros eligieron diversas formas de autodestrucci¨®n.Pregunta. ?Guarda rencor?
Respuesta. Hombre, todo el mundo tiene sus rencores, yo tambi¨¦n tengo los m¨ªos, y los cuido con esmero. Creo que toda la memoria es rencorosa. El rencor subsiste, y es in¨²til negarlo.
P. ?Qu¨¦ cosas producen rencor?
R. Las malas acciones del pr¨®jimo sobre todo. Cosas que t¨² consideras que han sido injustas y que se han quedado ah¨ª, atascadas en tu memoria.
P. Y mientras lo est¨¢ diciendo, ?hay algo que le haya venido a la memoria?
R. Pueden ser vaguedades. Porque en el fondo de la memoria tambi¨¦n hay algo vengativo. ?sa es la forma mala de la memoria, eso que a lo mejor ocupa un espacio vago, indeterminado, pero que est¨¢ ah¨ª, de alguna forma, en el fondo de la memoria.
P. ?El suceso de la Academia le produjo rencor?
R. No, rencor no. A m¨ª eso me sorprendi¨®, durante un tiempo adem¨¢s muy limitado. No es una sensaci¨®n que permaneciera. A los tres o cuatro d¨ªas ya me hab¨ªa olvidado del todo. Pero me sorprendi¨® esa decisi¨®n que yo no esperaba... y que no esperaban otros amigos que me hab¨ªan animado a que me presentara. El rencor es por otras cosas, porque yo no soy qui¨¦n para juzgar lo que ocurri¨®, no me permito hacerlo. Digo simplemente, pues, que fue algo sorprendente, pues eso es lo que ha quedado, la sorpresa. Y esa sorpresa a veces puede ser desagradable tambi¨¦n.
P. La memoria, ?para qu¨¦ le ha servido?
R. La memoria es para m¨ª el factor desencadenante de la escritura. Yo escribo a partir de la memoria. Eso no significa que est¨¦ copiando literalmente lo que pasa en los recuerdos. A trav¨¦s del proceso creador uno se va inventando, va modificando la memoria, va aprovechando y desaprovechando, seleccionando. Pero la memoria, en el fondo es como una materia prima de la que yo no puedo prescindir cuando escribo. Yo escribo con mi memoria, a partir de mi memoria... Soy una persona poco imaginativa, m¨¢s fantasioso que imaginativo, y en este sentido, trabajar a partir de los materiales de la memoria siempre me atrae mucho, me gusta acordarme de cosas y luego aprovecharlas bien.
P. Y, a la hora de hacer memoria, ?la sensaci¨®n primera es de abismo o ya sabe lo que va a decir?
R. No, yo no s¨¦ lo que voy a decir nunca. A m¨ª, cuando hay una persona que me dice que est¨¢ escribiendo una novela, y que ya tiene perfectamente concebido el desarrollo, incluso el desenlace, pues me sorprende realmente. Cuando escribo no s¨¦ por d¨®nde va a salir nada, y adem¨¢s, la memoria me produce cierto v¨¦rtigo, porque est¨¢ ah¨ª... Los mecanismos de la memoria son misteriosos, no s¨¦ c¨®mo funcionan, ni en qu¨¦ momento me van a servir o me van a molestar; entonces, seleccionar esos mecanismos, ponerlos en funcionamiento tambi¨¦n, me produce a veces v¨¦rtigo, lo que Plinio dec¨ªa, "el abismo llama al abismo".
P. Ha escrito las memorias de la parte m¨¢s importante de su vida, la de su iniciaci¨®n y su llegada a Madrid en Tiempos de guerras perdidas, un libro que cuenta no s¨®lo su descubrimiento de la vida, sino tambi¨¦n su descubrimiento de la vida literaria. ?Qu¨¦ le ha aportado a usted la vida literaria, qu¨¦ parte juega en su vida?
R. Yo soy un escritor discontinuo. Yo me puedo pasar temporadas sin escribir nada, y no tengo remordimiento ninguno, no escribo y ya est¨¢, me dedico a otras cosas, aunque sea a la vida contemplativa; antes me dedicaba a navegar; ya, ni eso... Ahora, con la vejez, los achaques, la hipertensi¨®n, la gota, pues ya est¨¢ uno cada vez m¨¢s discapacitado o m¨¢s dificultado para ejercer la actividad nocturna que tanto nos gustaba. Pero cuando estoy trabajando descubro que la literatura es una maravillosa, fascinante habitaci¨®n donde t¨² entras y te puedes quedar ah¨ª ya toda la vida. Me cuesta trabajo salir ya cuando estoy metido en el trabajo creador. Escribir nunca ha sido tortura, sino dicha. Para m¨ª siempre escribir ha supuesto una especie de leg¨ªtima defensa. Escribir en leg¨ªtima defensa contra las ofensas de la vida.
P. ?Es muy ofensiva la vida para usted?
R. No, ya no; ha sido muy ofensiva, porque yo tambi¨¦n he sido ofensivo, yo he sido muy pele¨®n... De pronto me sobreviene una especie de sobrecarga de irritaci¨®n contra cosas a lo mejor nimias o pueriles, y no lo puedo evitar, se me va...
P. Y ahora, ?ha edulcorado su car¨¢cter o la edad tambi¨¦n le ha mejorado?
R. No se sabe, uno con los a?os se vuelve m¨¢s esc¨¦ptico, m¨¢s incr¨¦dulo, cada vez cree en menos cosas, y esto te hace tener una actitud distante, una actitud de sosiego, de indiferencia, me son indiferentes muchas cosas... Creo que ya he llegado a un momento en que no me expondr¨ªa a luchar por nada, y menos que por nada, por la patria.
P. Su generaci¨®n ha sido una generaci¨®n muy cohesionada, quiz¨¢ por el alcohol, como usted ha dicho alguna vez, pero tambi¨¦n por la amistad. ?C¨®mo superaban las ri?as de la vanidad?
R. ?ngel Gonz¨¢lez lo ha dicho: nosotros nos respet¨¢bamos mucho unos a otros, ¨¦ramos m¨¢s que amigos, nos admir¨¢bamos en el fondo y le¨ªamos los mismos libros, ten¨ªamos los mismos h¨¢bitos y la misma educaci¨®n, y todo eso un¨ªa mucho. No s¨®lo nos un¨ªan las noches et¨ªlicas: nos un¨ªa el respeto mutuo, la sensaci¨®n de que todos est¨¢bamos haciendo una obra que val¨ªa la pena; no hab¨ªa cr¨ªticas, o muy pocas veces hab¨ªa cr¨ªtica ¨¢spera.
P ?Por qu¨¦ se autodestruy¨® aquella gente de su generaci¨®n?
R. Muchas veces he pensado escribir sobre eso, porque me obsesiona: por qu¨¦ sobre todo los poetas del cincuenta tuvieron esa especie de instinto autodestructivo... Unos se suicidaron, otros hac¨ªan todo lo contrario de lo que el m¨¦dico les dec¨ªa, o hac¨ªan todo lo posible para no evitar el peligro de muerte.
P. ?No se creer¨ªan inmortales?
R. No, tanto como eso no... Se cre¨ªan superiores, pero no inmortales.
P. Ha dicho que lo que hab¨ªa sobre todo era alegr¨ªa de vivir, a pesar de esa capacidad de autodestrucci¨®n, y la risa era fundamental.
R. A m¨ª me parece que la risa es absolutamente fundamental. Cuando salgo con mis amigos, los amigos fervorosos a los que yo quiero, tanto en Madrid como en Sanl¨²car de Barrameda, lo que quiero sobre todo es que nos riamos, y si conseguimos re¨ªrnos de verdad, te vas a la cama encantado de la vida. Si no te r¨ªes, te vas a la cama bien, pero no tan bien como pod¨ªas haberte ido... Carme Riera ha publicado una antolog¨ªa de los poetas de mi tiempo y de la Escuela de Barcelona, titulada Partidarios de la felicidad... Pues s¨ª, es lo que ¨¦ramos, partidarios de la felicidad, busc¨¢bamos la risa, procur¨¢bamos aprovechar la vida de la forma m¨¢s educada, pero tambi¨¦n exultante posible... Si en la literatura no hay humor todo se convierte en un serm¨®n, en un co?azo. Esos escritores serios, absolutamente incapaces de someter a los personajes a una broma, me parecen ilegibles.
P. ?Y de qu¨¦ se r¨ªe m¨¢s ahora?
R. Me r¨ªo de la vida, me sigo riendo de la vida, de lo que veo, incluso me r¨ªo de lo que me entristece, porque si no me ser¨ªa muy complicado seguir viviendo.
P. ?ngel Gonz¨¢lez hablaba de que cada d¨ªa se le adelgaza m¨¢s el futuro.
R. S¨ª, el futuro tiene sus pasos contados, sin duda, y cada vez dura menos; el futuro dura tan poco que ya es presente.
P. ?Qu¨¦ impresi¨®n le produce tener ya una fundaci¨®n?
P. Es una sensaci¨®n p¨®stuma, como dir¨ªa Bergam¨ªn. Me siento un poco p¨®stumo tambi¨¦n cuando me dan esos reconocimientos, de hijo predilecto de Andaluc¨ªa, o ese tipo de cosas as¨ª ya muy rimbombantes, y que te dan la impresi¨®n de eso, de que ya son cosas p¨®stumas.
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