Dudas al pie del 'Gran Cuchillo'

Fr¨ªo y nevadas

Ventajas de disponer de un fen¨®meno de hermano. Eneko Pou parti¨® hacia Canad¨¢ extra?amente seguro del ¨¦xito de su empresa, escalar el Gran Cuchillo, en el Monte Proboscis, al norte de Canad¨¢. Presentaba a su hermano Iker como aval y ¨¦ste, tan modesto y transparente, se limitaba a sonreir. Tres semanas despu¨¦s de su partida, siguen encontrando motivos para esbozar una sonrisa, aunque ¨¦sta empiece a congel¨¢rseles en mitad de la cara. Acompa?ados por Eduardo Mart¨ªnez (gu¨ªa de la Federaci¨®n Vasca de Monta?a, de 33 a?os), el tr¨ªo de escaladores vitorianos ha completado siete de los diecis¨¦is largos de la v¨ªa, los m¨¢s complicados, un total de 500 metros sobre los 700 que propone la ruta, ¨²nicamente escalada con anterioridad en 1992.Sin embargo, los expedicionarios llevan tres d¨ªas asomados al exterior desde sus tiendas, observando c¨®mo la nieve se acumula a su alreddedor y amenaza con frustrar sus expectativas de ¨¦xito. A trav¨¦s de su tel¨¦fono v¨ªa sat¨¦lite, Eneko (27 a?os) apenas puede disimular su preocupaci¨®n. ?Es el invierno polar que madruga o se trata s¨®lo de una borrasca? El servicio de meteorolog¨ªa de la revista de internet Barrab¨¦s confirma lo segundo y augura una importante mejor¨ªa a partir del lunes. Con todo, hace fr¨ªo, mucho fr¨ªo, sobre todo para pegarse a la interminable pared y progresar con las manos desnudas y ligeros de ropa.

Por supuesto, Iker Pou (24 a?os), euf¨®rico tras convertirse en el tercer escalador que supera la m¨ªtica Acci¨®n Directa (un 9a estrenado por Wolfgang Gullich y repetida por Alex Adler), carga con la responsabilidad en los tramos m¨¢s comprometidos de una v¨ªa con pasos de 8a+, algo tan complicado como progresar por una pared lisa como una mesa de billar, lLo que confirma la seguridad esgrimida por su hermano Eneko. Sin embargo, la aproximaci¨®n a la gran pared canadiense congel¨® en su d¨ªa la euforia previa del tr¨ªo, encerrado una semana en un albergue de Inconnut, aguardando un improbable despegue del helic¨®ptero hacia su objetivo. Fueron siete d¨ªas de inseguridad terminada cuando la expedici¨®n (acompa?ada por un equipo del programa de TVE Al filo de lo imposible) plant¨® su inc¨®modo campo base al pie del Gran Cuchillo. El fr¨ªo intenso que reina en la zona se ha convertido en la pesadilla de Iker Pou, que escala en libre, l¨®gicamente con las manos desnudas y con una moral que emociona a su hermano Eneko. De hecho, la situaci¨®n no extra?a a Iker, que antes de conquistar Acci¨®n Directa, en su primer intento en el Frankenjura alem¨¢n, tuvo tiempo para desesperarse por la lluvia y las bajas temperaturas que barrieron la zona. "La temperatura no ha superado los cinco grados desde que llegamos aqu¨ª, pero estamos francamente contentos y con mucha moral, sobre todo porque hemos superado la parte m¨¢s complicada de la ascensi¨®n. A partir de ahora s¨®lo nos falta encadenar un par de 7a y alg¨²n 6c que espero podamos superar sin demasiados problemas", explica Eneko, admirado por la fuerza de voluntad de Iker. "Lo suyo es incre¨ªble", cuenta Eneko: "Asegur¨¢ndole, Eduardo y yo tenemos que forrarnos de ropa, mientras ¨¦l guarda un calientamanos en la bolsa del magnesio y tira hacia arriba. El lunes acab¨® los ¨²ltimos quince metros del largo bajo una fuerte nevada".Ubicado cerca de la frontera con el territorio del Yukon, el acceso al Monte Proboscis requiere el apoyo sucesivo de un hidroavi¨®n y de un helic¨®ptero que act¨²an bajo la inclemencia de la meteorolog¨ªa: "Si estuvimos una semana estancados s¨®lo porque llov¨ªa y el helic¨®ptero no pod¨ªa despegar, no quiero imaginar cu¨¢nto deberemos aguardar aqu¨ª en el caso de que no cesen las nevadas", se?ala Eneko. "Si el lunes o el martes no se confirma la mejor¨ªa, creo que abandonaremos, y es una pena porque estamos muy cerca de lograr nuestro objetivo", se lamenta. Seg¨²n el mayor de los hermanos Pou, el Gran Cuchillo es uno de los proyectos de escalada m¨¢s ambicioso acometido por alpinistas espa?oles fuera de sus fronteras, lo cu¨¢l, espera, despierte el inter¨¦s de los patrocinadores, ciegos a la hora de valorar la categor¨ªa de Iker Pou.