THE ECONOMIST Ayudar a Nigeria
Su actual visita a Nigeria es un gesto representativo de la continua preocupaci¨®n por ?frica al final del mandato presidencial de Bill Clinton; es tambi¨¦n un reconocimiento del presidente Olusegun Obasanjo, un ex l¨ªder militar ahora convertido en reformador civil. En su viaje por ?frica hace dos a?os, Clinton evit¨® Nigeria, en un deliberado desaire a los generales que la malgobernaban. Su visita de estos d¨ªas animar¨¢ a los nigerianos, deseosos de un nuevo respeto en el mundo. (...) Cualesquiera que sean las esperanzas de Clinton en ?frica, la experiencia ha demostrado ser una dura escuela. A comienzos de su mandato tuvo que sacar a las tropas de EE UU de Somalia, precipitando el fin de la presencia de Naciones Unidas all¨ª. Esta experiencia imbuy¨® a EE UU del miedo a complicarse en los problemas africanos, lo que condujo a cortar las fuerzas de la ONU en Ruanda durante el genocidio de 1994; una pol¨ªtica por la que Clinton, m¨¢s tarde, pidi¨® disculpas. (...)Nigeria se encuentra en fr¨¢giles condiciones. A?os de mala administraci¨®n econ¨®mica y corrupci¨®n devoradora no s¨®lo le han privado de su autoridad en la regi¨®n, sino que tambi¨¦n han agudizado las desavenencias econ¨®micas, religiosas y ¨¦tnicas que amenazan la unidad del pa¨ªs. (...) Pero EE UU no debe esperar demasiado. S¨®lo cuando tenga una estructura de gobierno que consiga mitigar los celos regionales, y un sistema econ¨®mico que permita a la gente escapar de la pobreza, podr¨¢ Nigeria recuperar el liderazgo de ?frica Occidental. Para salvar a sus vecinos, Nigeria debe primero salvarse a s¨ª misma.
Londres, 27 de agosto
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