ANDREU ALFARO - ESCULTOR "Ahora hay m¨¢s censura que nunca"
Sus dibujos y esculturas han sido uno de los platos fuertes de la celebraci¨®n del 250? aniversario de Johann Wolfgang Goethe en Alemania, donde ha realizado tres exposiciones con este motivo. Parte de este material viajar¨¢ ahora hasta Holanda, mientras en muchos parques y jardines de Europa los adolescentes juegan por primera vez al amor bajo sus generatrices y los novios se fotograf¨ªan con su vegetaci¨®n met¨¢lica de fondo. Su obra es ya paisaje.Pregunta. ?Siempre veranea en Suiza?
Respuesta. Veraneo en Suiza desde que tengo dinero. Suiza es un pa¨ªs caro. Mi marchante en Alemania me descubri¨® un lugar bell¨ªsimo en ese pa¨ªs, que es adonde voy desde entonces. Se trata de uno de los lugares m¨¢s bellos que conozco. Es que los ricos lo tienen todo, incluso los lugares m¨¢s fant¨¢sticos.
P. ?Estos veraneos suizos son un homenaje a su t¨ªo Vicente Alfaro, el ex alcalde republicano de Valencia?
R. Mi t¨ªo fue a Suiza a morir, quiz¨¢ porque estaba desenga?ado del pa¨ªs. Estuvo condenado a muerte por el franquismo y, aunque salv¨® la vida, qued¨® muy hastiado de la gente en la que hab¨ªa confiado. Pero no es ¨¦ste mi caso.
P. ?Hasta qu¨¦ punto fue ¨¦l quien le desvi¨® hacia el arte?
R. Mi t¨ªo era el intelectual de la familia, y en ese sentido pudo encarrilarme en cierto modo, pero no del todo. Me dio libros y cosas que me hicieron tener una cierta estima por la inteligencia. Aunque esto tambi¨¦n me lo daba la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, en cuyo entorno hab¨ªa una enorme admiraci¨®n por la inteligencia. Tuve la suerte de vivir una infancia bastante buena, pese a que trabaj¨¦ muy duro. Yo ten¨ªa mis inquietudes y mi padre ten¨ªa el trabajo.
P. ?Eran incompatibles?
R. La educaci¨®n de los a?os veinte y treinta era diferente. Las cosas que hoy se consideran normales, entonces no lo eran. Por ejemplo, yo estaba loco por ir a la piscina, y mi padre pensaba que eso era de maricones. Me gustaba nadar, leer y hacer cosas que no encajaban.P. ?A qu¨¦ edad empez¨® a trabajar?
R. Desde siempre. Mi padre ten¨ªa la idea de que el trabajo era lo que educaba. No hab¨ªa asimilado que pod¨ªa haber gente que no trabajaba con las manos y ganaba m¨¢s dinero. No hab¨ªa conocido la estandarizaci¨®n de la producci¨®n ni intu¨ªa que el cambio pod¨ªa venir por ah¨ª. Me hac¨ªa levantar a las cuatro de la ma?ana y me llevaba a la carnicer¨ªa para afilar los cuchillos y preparar la carne. A partir de ah¨ª me mandaba a dar de comer a los cerdos que ten¨ªamos en Tavernes Blanques, para lo cual ten¨ªa que atravesar media ciudad andando y coger un tranv¨ªa. Luego volv¨ªa y me iba al colegio. Sinceramente, creo que no me hac¨ªa falta este aprendizaje tan fuerte. Puede que mi padre pensara que as¨ª lo hab¨ªan hecho a ¨¦l un hombre y que as¨ª nos ten¨ªa que hacer a los dem¨¢s. Y de aqu¨ª pas¨¦ al Matadero General de Valencia.
P. ?Fue su universidad?
R. Fue una universidad sin catedr¨¢ticos, pero con personas que necesitaban todos los d¨ªas ganarse la vida y algo m¨¢s para poder vivir. Hab¨ªa gente que ten¨ªa que hacer cosas que quiz¨¢ no hubiese hecho de no ser porque ten¨ªan que ganarse la vida.
P. No tuvo catedr¨¢ticos, pero s¨ª buenos maestros.
R. Sobre todo, entre los corredores con los que iba a comprar ganado. Uno de estos tipos se llamaba Ricardo, El Bobo, y entre otras cosas le pegaba a la morfina. A menudo me hac¨ªa pasar por sobrino del industrial zapatero Segarra para comprar los terneros m¨¢s baratos. Y yo ten¨ªa que tomar las medidas de los pies a toda la familia para que mi t¨ªo enviara los pares correspondientes de zapatos. Otras veces se inventaba enfermedades para sacar el ganado a precio de derribo. Lo ¨²nico que pretend¨ªa era comprar muy barato y vender caro. Son los fundamentos de la econom¨ªa liberal.
P. ?Qu¨¦ aprendi¨® en ese entorno?
R. Que el ego¨ªsmo era interclasista. En el fondo, todos persegu¨ªan lo mismo, y cuanto peor era la situaci¨®n social, mayor era la intensidad del ego¨ªsmo. Es que los ideales s¨®lo los tienen los ricos. F¨ªjese y ver¨¢ que no hay ning¨²n idealista, sea del signo que sea, que sea pobre.
P. ?En su familia hab¨ªa alg¨²n ambiente art¨ªstico?
R. Mi padre ten¨ªa una peque?a colecci¨®n de pintura, que en parte la hab¨ªa cambiado a pintores por paquetes de carne. Tambi¨¦n mi abuelo hab¨ªa respetado mucho a los artistas y hab¨ªa sido amigo de Blasco Ib¨¢?ez. Mi abuelo fue el primer carnicero de Valencia que se puso una chaqueta blanca para vender carne, que entonces era una cosa de m¨¦dicos, por eso enseguida le llamaron El Farmac¨¦utico. El concepto de la higiene lo ten¨ªa muy desarrollado.
P. ?C¨®mo pas¨® del matadero a los museos?
R. Este cambio se produjo lentamente. Mi afici¨®n al arte me llev¨® a tener muchos amigos en el mundo de la cultura. Eso me meti¨® en este mundo. Me result¨® sencillo porque ten¨ªa una cierta facilidad para dibujar. No es un paso f¨¢cil a no ser que uno lo est¨¦ dando desde hace a?os, como fue mi caso.
P. ?Su padre lo entendi¨®?
R. No lo entendi¨® muy bien, pero se dio cuenta de que era inevitable. Me pregunt¨® si no me arrepentir¨ªa de dejar la seguridad que hab¨ªa conseguido en la carne, y le contest¨¦ que quiz¨¢ llegara ese momento, pero que estaba seguro de que me arrepentir¨ªa si no lo hac¨ªa. Y lo hice.
P. Pero a su padre lo hab¨ªa preparado antes Joan Fuster.
R. ?Qu¨¦ va! Mi padre se encontr¨® un d¨ªa a Fuster por la calle y le dijo de todo: "?Usted qu¨¦ se cree? Est¨¢ mareando a mi hijo por escribir que es m¨¢s importante que Benlliure. Mi hijo es carnicero y nada m¨¢s". Le ech¨® una bronca impresionante.
P. ?Ha sido un hombre de acci¨®n dentro del arte o tuvo que refinarse?
R. Realmente, no me he visto obligado en el mundo del arte a ser nada: he ido haciendo. En los a?os setenta llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que las cosas que hac¨ªa tendr¨ªan inter¨¦s o no al margen m¨ªo. Ten¨ªa que dejar que mi mundo apareciese como lo iba viviendo. Y eso hice.
P. Ha sido m¨¢s vehemente que la media.
R. Pero lo he sido m¨¢s como ciudadano que como artista. Como artista intento ser muy racional. Creo que me sobra romanticismo, sentimiento y sensibilidad. Lo que no tengo tan claro es que sea capaz de dominar ese potencial. Y eso me obliga a estar m¨¢s cerca de la raz¨®n. Pero como ciudadano, no. Incluso me gusta ser un poco vehemente, porque me doy cuenta de que no hay nadie que lo sea. Y yo puedo serlo.
P. ?Por qu¨¦ no hay nadie que lo sea?
R. Porque ahora hay m¨¢s censura que nunca. Hoy, la mayor¨ªa se piensa las cosas antes de decirlas, y no por si le vendr¨¢ bien o mal al amo, sino adem¨¢s por si les vendr¨¢ bien o no a ellos mismos. Y yo me preocupo menos de las consecuencias que pueda tener lo que digo, porque no dependo de nadie. No entiendo que se tenga que estar bien con el sistema pol¨ªtico para aprovechar tu carrera personal. Es un error tener que sonre¨ªrle a Aznar o a Zaplana y decirle que es el m¨¢s guapo del mundo y que se hace las chaquetas m¨¢s elegantes para que te d¨¦ la posibilidad de hacer esto o lo otro.
P. ?Ha soltado mucho lastre ideol¨®gico?
R. Estoy m¨¢s o menos donde estaba. No he sido nunca nacionalista y s¨ª que soy antinacionalista. Porque el peor nacionalismo que hay en este pa¨ªs es el espa?ol. El resto de nacionalismos que se han producido en Espa?a s¨®lo han surgido como reacci¨®n al nacionalismo espa?ol, que ahora saca m¨¢s pecho que nunca. Aznar ha llevado fatal el tema de ETA, a no ser que piense que de lo que se trata es de acabar con todos. Pero si de lo que se trata es de que no se mate a gente, que es lo ¨²nico que me interesa, parece que se ha hecho fatal.
P. ?Es de los que cree que la derecha y la izquierda ya no existen?
R. Tengo mis dudas, porque veo que ahora de lo que se trata es de pagar m¨¢s o menos impuestos y de que haya m¨¢s servicios p¨²blicos o menos. Hace unos a?os, la izquierda atacaba a muerte al thatcherismo, pero hoy ya no lo atacar¨ªa tanto. Han dejado a Thatcher casi al borde de la socialdemocracia.
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