Estreno de un cuarteto de Olavide

En su ochenta cumplea?os, el Festival de Santander ofreci¨® al decano de los cr¨ªticos musicales, Enrique Franco, de EL PA?S, un homenaje en el Santuario de La Bien Aparecida. No era banal el escoger a un cuarteto de prestigio internacional como el Parisii para este homenaje, puesto que Enrique Franco fue en 1952 el principal promotor del Cuarteto Cl¨¢sico, que tan importante papel jugara en su tiempo alrededor de la m¨²sica moderna espa?ola.El programa estuvo compuesto por el cuarteto 13 opus 29 Rosamunde, de Franz Schubert, el estreno del cuarteto nro. 4 encargado a Gonzalo de Olavide y el beethoveniano nro. 3 de la serie Razumovski (opus 59). Como propina para el homenajeado, los Parisii bordaron ese cameo que es la primera fuga de El arte de la fuga, de Juan Sebasti¨¢n Bach.

El Cuarteto Parisii es un raro ejemplar de rigor, fidelidad y constancia. Llevan casi 20 a?os haciendo buena m¨²sica, no han cambiado nunca los miembros de la formaci¨®n y se emplean a fondo con las obras de nueva creaci¨®n, como demostraron con la compleja y hermosa pieza de Olavide, repleta de precisiones y ajustes.

En la Bien Aparecida se registr¨® un lleno total. Entre otros invitados, Paloma O?Shea, los compositores Carlos Cruz de Castro, Delf¨ªn Colom¨¦ y el propio Olavide, que agradeci¨® emocionado los largos aplausos a su obra de estreno. El cuarteto de Olavide, fiel a su tiempo y a su est¨¦tica, empieza con una imposici¨®n de la viola, un largo lamento al que se suma el violonchelo. Es obra de expresividad matem¨¢tica a la vez que desgarrada, con una arquitectura inquietante y tensa que progresa sobre s¨ª misma hacia una abstracci¨®n pl¨¢stica y compacta; el segundo desarrollo es punzante y en largo, con amargas notas extendidas que juegan con el silencio y con ir¨®nicas frases cortas. Luego Olavide precipita su fuero, desciende sobre su propia estructura y vuelve la viola a recordar su preeminencia; en suma, una obra de madurez que devuelve a la escena espa?ola a un gran compositor.

Cerr¨® el concierto el cuarteto de Beethoven conocido como el tercero de Razumovski (un buscavidas ilustrado que ha pasado a la historia primero por mecenas de m¨²sicos en Viena y antes amante de la emperatriz Catalina de Rusia); vigorosa interpretaci¨®n del Parisii, con ese movimiento final lleno de dificultades virtuos¨ªsticas.

Al final, hubo discursos y un cerrado aplauso para el cr¨ªtico, al que le entregaron un recuerdo con el logotipo del festival.