LAS ANGULAS Y LA BONDAD DE LA CREACI?N
Con la edad se acent¨²an mis discrepancias con la l¨®gica de la Creaci¨®n como pr¨¢ctica de alg¨²n Dios mayor o menor, a la vista de que toda especie, para sobrevivir, ha de comerse a cualquiera de las dem¨¢s. Rencor ante tanta brutalidad me plantean algunos h¨¢bitos culinarios y fagocitas, como el consumo de animales y plantas pr¨¢cticamente neonatos de los que no cabe sospecha de que hayan sido v¨ªctimas del famoso timo del pecado original. Es el caso de las angulas, infantes que propician una tr¨ªada de platos vascos excelentes.Con los primeros fr¨ªos invernales llegan a estas costas, empujadas por las corrientes marinas, que buscan la corriente fluvial que abandonaron sus padres. All¨ª, en noches sin luna y atra¨ªdas por la luz de los candiles de los pescadores, son atrapadas por una malla de cedazo. Durante mucho tiempo, estos pececitos fueron un misterio, hasta que se logr¨® esclarecer que se trataba de las cr¨ªas de las anguilas que desovan en el mar de los Sargazos, y de esas inmensas cantidades de huevos salen las larvas, emigrantes en masa hacia las desembocaduras de los r¨ªos europeos. Su viaje dura aproximadamente dos a?os y, cuando llegan, se convierten en angulas de unos ocho cent¨ªmetros. El vasco ha sido el primer pueblo europeo que las ha consumido y ha generalizado su gusto por el resto de Espa?a. Es considerado un manjar exquisito y con tendencia a escasear, por lo que su precio tiende a ser navide?o durante todo el a?o. Son bichitos peque?os, pero con voluntad de sobrevivir fuera del agua, por lo que hay que matarlos finalmente, y se hace sumergi¨¦ndolos en agua en la que se ha disuelto tabaco negro, hipocres¨ªa extrema teniendo en cuenta las campa?as antitabaco en ejercicio. Las angulas mueren asfixiadas por la nicotina y se hinchan, para mayor gozo del cocinero. Despu¨¦s, se guisan al pil-pil en una cazuela de barro en aceite bien caliente, guindillas y ajos, y se comen con un tenedor de madera. Tambi¨¦n propician suav¨ªsimas tortillas y se ha puesto de moda la ensalada de angulas, como consecuencia de la dictadura de la cocina diet¨¦tica.
Contra la m¨¢s elemental l¨®gica, el consumo de angulas no est¨¢ castigado por la religi¨®n, ni por la ley, ni en Euskadi, ni en Zamora. Por poner un ejemplo extravasco.
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