Asistentes al funeral en Madrid piden al Gobierno que "haga algo" contra ETA
El respetuoso silencio con el que centenares de personas siguieron ayer por la ma?ana en Madrid el funeral por Manuel Indiano se rompi¨® s¨®lo cuando su f¨¦retro abandonaba la colegiata de San Isidro. All¨ª, tras aplaudir el paso del cuerpo de Indiano, y con los pol¨ªticos a menos de dos metros, algunos soltaron su ira y exigieron a los responsables que busquen ya una soluci¨®n al problema. "Menos salir en la televisi¨®n y m¨¢s hacer cosas", gritaba enfurecida una se?ora a la que el delegado del Gobierno en el Pa¨ªs Vasco, Enrique Villar, ped¨ªa calma. "Unidad, unidad", coreaban otros. Este ¨²ltimo grito, que se confund¨ªa con los de "ETA, asesina", no pod¨ªa escucharlo ning¨²n representante del PNV, sencillamente porque no los hab¨ªa. El lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, prefiri¨® concentrarse con su equipo de Gobierno en Vitoria. Nadie excus¨® la ausencia de alg¨²n representante del partido -hace s¨®lo dos a?os, su portavoz I?aki Anasagasti acud¨ªa a todos los actos similares que se organizaban en Madrid-. El l¨ªder del PSE, Nicol¨¢s Redondo, apuntaba que no acud¨ªan por temor a ser increpados.
El obispo auxiliar de Madrid, Fidel Herr¨¢ez, ley¨® una homil¨ªa centrada en la "esperanza" en que todo esto acabe, y trat¨® de confortar a los familiares, aunque no aludi¨® al hecho de que Indiano esperaba un hijo de Encarnaci¨®n Carrillo, con la que no se hab¨ªa casado.
El funeral, seguido casi con resignaci¨®n en las filas traseras, donde se colocaba el p¨²blico que abarrotaba la iglesia, se transform¨® en un paisaje desolador en la zona cercana al altar, donde estaba el f¨¦retro envuelto en una bandera de Espa?a.
A la izquierda, la familia, deshecha, algunos de ellos con la mirada perdida. A la derecha, los responsables pol¨ªticos. El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, con el rostro desencajado tras ver c¨®mo el padre de Indiano se abrazaba a ¨¦l en medio de un llanto silencioso pero desgarrador. El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, visiblemente emocionado, con los ojos enrojecidos. Y Javier Arenas, secretario general del PP, que ya hab¨ªa pasado una larga noche en el tanatorio con la familia. Junto a ellos, el l¨ªder del PSOE, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, con gesto endurecido. Y todos los dem¨¢s partidos, salvo el PNV.
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