Clinton asegura en Colombia que su plan antidroga no implica una intervenci¨®n militar

La breve visita del presidente Bill Clinton y su comitiva para apuntalar el Plan Colombia comenz¨® con el acto m¨¢s emotivo de la agenda: el saludo a 12 viudas de la guerra contra el narcotr¨¢fico. Una de ellas espera un hijo p¨®stumo. Despu¨¦s, el director de la Polic¨ªa Nacional ilustr¨® a Clinton sobre los ¨¦xitos de la lucha antidrogas. Como trofeos le mostr¨® dos contenedores donde se pretend¨ªa enviar un valioso cargamento de coca¨ªna a Espa?a, y le invit¨® a saludar a la estrella del equipo: un perro entrenado para olfatear droga camuflada en exportaciones legales.

"Esto no es Vietnam ni es imperialismo yanqui", declar¨® Clinton en conferencia de prensa al insistir una vez m¨¢s en que no se involucrar¨¢ en el conflicto interno colombiano: "Queremos incrementar la capacidad de Colombia para la lucha contra el narcotr¨¢fico y as¨ª reducir los ingresos de ese negocio ilegal. Esto aumentar¨¢ la capacidad del presidente de encontrar una soluci¨®n pac¨ªfica al conflicto". Su hom¨®logo colombiano, Andr¨¦s Pastrana, tambi¨¦n intent¨® aplacar los temores surgidos en la sociedad colombiana: "No habr¨¢ una intervenci¨®n militar extranjera". Madeleine Albright, secretaria de Estado, Janet Reno, fiscal general y ministra de Justicia, y Barry Mc Caffrey, zar antidrogas, aompa?aron a Clinton en esta visita de nueve horas a Cartagena de Indias, la ciudad colonial de la costa Caribe Patrimonio de la Humanidad. La polic¨ªa detuvo a dos personas con un kilo de dinamita y una granada cerca de un edificio que formaba parte del recorrido presidencial, aunque el artefacto estaba "destinado a causar p¨¢nico" m¨¢s que a consumar un magnicidio, seg¨²n las autoridades. Fue una muestra de los numerosos altercados, manifestaciones estudiantiles y sindicales, algaradas y enfrentamientos previos y simult¨¢neos a la visita de Clinton, tan contestada como deseada en Colombia. 15 personas murieron en diversos incidentes en todo el pa¨ªs, la mayor¨ªa a manos de la guerrilla. Entre las v¨ªctimas se contaron dos ni?os. En Bogot¨¢, un polic¨ªa muri¨® en enfrentamientos con los estudiantes en la Universidad Nacional.

Como aperitivo, en un discurso coloquial que interrumpi¨® por nueve minutos la programaci¨®n de radio y televisi¨®n la v¨ªspera de su llegada, Clinton se dirigi¨® a los colombianos: "Por favor, no malinterpreten, no tenemos ning¨²n objetivo militar". Fue un discurso emotivo y efectivista con frases alusivas a Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, a la paz, y que remat¨® en espa?ol enredado con dos l¨ªneas del himno nacional: "En surcos de dolores, el bien germina ya". "Fue un discurso lindo", "Me encant¨®", comentaban, en la noche del martes, algunos cartageneros en las calles estrechas de la ciudad vieja, de donde desaparecieron, como parte de los planes de embellecimiento, mendigos, vendedores ambulantes y gamines (ni?os de la calle). "?l nos va a ayudar", dijo ayer, convencido, un hombre humilde que sali¨® a la calle a saludar, con un pa?uelo blanco, el paso de la comitiva.

Para el senador independiente Rafael Orduz, congresista que ha alertado en sus debates sobre los males que traer¨¢ la aplicaci¨®n del Plan Colombia (que tiene un componente militar respaldado principalmente por EE UU), el discurso fue pol¨ªticamente correcto. "Buscaba mostrar el lado amable de la ayuda norteamericana", coment¨® Orduz. El mandatario hizo ¨¦nfasis en la ayuda a programas de sustituci¨®n de cultivos, de entrenamiento en derechos humanos para militares, de construcci¨®n de escuelas y s¨®lo al final habl¨® de la ayuda a los batallones antinarc¨®ticos.

Uno de sus objetivos ser¨¢ romper los lazos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la principal guerrilla del continente, con el negocio del narcotr¨¢fico, que le reporta al menos el 30% de sus ingresos. "Es un plan contra los cultivos de coca. Los otros componentes de justicia y desarrollo alternativo son menos cuantiosos", asegur¨® hace poco el ex presidente colombiano y secretario de la Organiaci¨®n de Estados Americanos, OEA, C¨¦sar Gaviria. De los 1.300 millones de d¨®lares (unos 240.000 millones de pesetas) que EE UU ha aprobado para el Plan Colombia, 900 ir¨¢n a parar al Ej¨¦rcito y la Polic¨ªa en su lucha antridroga. El plan prev¨¦ una inversi¨®n total de 7.500 millones de d¨®lares (4.000 aportados por Colombia y el resto por pa¨ªses amigos del proceso de paz). El problema, seg¨²n los detractores del proyecto, es que la estrategia militar puede remover el avispero y desatar una guerra abierta que recordar¨ªa a Vietnam y bloquear¨ªa el resto de inversiones para la paz. La capacidad militar de la guerrilla, que mantiene en jaque al Ej¨¦rcito, y su infraestructura en las ciudades, avalan esa precauci¨®n. Seg¨²n el diario El Tiempo, el ministro de Defensa y los altos mandos militares mostraron a los visitantes "un documento secreto" que justifica la ofensiva contra los cultivos il¨ªcitos. El n¨²mero dos de Albright, Thomas Pickering, dijo hace poco que "el componente militar podr¨ªa ser replanteado si las negociaciones con las FARC avanzan positivamente".