Los otros para¨ªsos

Son enclaves a los que la naturaleza ha dotado de una belleza especial. Bosques enteros de acebos,casta?os y robles centenarios; cascadas de aguas cristalinas y fuerte caudal, o refugios de mariposas de vivaces colores. Son peque?os para¨ªsos que se esconden en algunos rincones de la Comunidad de Madrid y que est¨¢n considerados aut¨¦nticos tesoros ecol¨®gicos.La mayor¨ªa no son muy visitados, pero contrario a lo que se pudiera pensar, la Consejer¨ªa de Medio Ambiente prefiere que sigan as¨ª. Prefiere que ¨¦stos espacios contin¨²en destinados s¨®lo a los verdaderos amantes de la naturaleza que en sus paseos no dejan huellas indeseables. "A pesar de la densidad de poblaci¨®n, Madrid tiene una riqueza ecol¨®gica dif¨ªcil de imaginar en una comunidad con cinco millones de habitantes", dice un especialista del gobierno regional. En la ruta tradicional sobresalen La Pedriza, en Manzanares el Real; el hayedo de Montejo y el Parque de Pe?alara, en pleno coraz¨®n de la sierra de Guadarrama. Pero hay m¨¢s. Estos son otros de los lugares de mayor belleza y valor ecol¨®gico de la regi¨®n, seleccionados por Medio Ambiente:

- Acebos en Robregordo. Hace muchos a?os que la pen¨ªnsula ib¨¦rica dej¨® de ser terreno propicio para los acebos. Por ser el emblema de la navidad, ¨¦ste ¨¢rbol ha sufrido siempre una gran persecuci¨®n. Su madera es la dicha de los ebanistas. La acebeda m¨¢s importante de la Comunidad de Madrid se halla en la Sierra Norte, al oeste de Somosierra. Es un enclave de una gran belleza cuya principal caracter¨ªstica es que, precisamente, los acebos no suelen formar bosques. Generalmente crecen aislados o mezclados entre otros bosques, por lo que resulta muy atractivo apreciarlos en conjunto.

- La cascada de Somosierra. Desde la carretera N-I en direcci¨®n a Burgos, se divisa, al este del Puerto de Somosierra, una cascada que mantiene su caudal durante todo el a?o. Es un enclave de gran belleza que se sit¨²a en una zona en la que habitan especies protegidas de aves rapaces.

- El abedular de Canencia. En oto?o, los colores ocres de los ¨¢rboles convierten el abedular de Canencia en un verdadero espect¨¢culo para la vista. En la vertiente norte del Puerto de Canencia, cerca de Miraflores, se halla esta masa de abedules, reliquia de los bosques que en su momento existieron en la ¨²ltima glaciaci¨®n. Son tan raros de encontrar, que pr¨¢cticamente habr¨ªa que buscarlos con lupa. Un bosque de estas caracter¨ªsticas es casi un lujo.

- La dehesa bonita. Pr¨®ximo al Puerto de Somosierra, existe un espeso bosque en el que cohabitan hermosos abedules, tejos y serbales. En ning¨²n otro paraje de la sierra de la Comunidad de Madrid es posible apreciar ¨¦stas tres especies arb¨®reas en arm¨®nica convivencia. Es como una selva secreta que se puede visitar, -sin contar paradas-, en una hora y media. Tiene un recorrido de aproximadamente unos cuatro kil¨®metros.

- Casta?os en Gredos. En las estribaciones de la sierra de Gredos, en Rozas de Puerto Real se erige un bosque de casta?os que no es f¨¢cil encontrar en cualquier zona de Madrid. Estos ¨¢rboles, introducidos en Espa?a por los romanos, presentan durante el oto?o una llamativa tonalidad. Conforman una masa cerrada y continua que ocupa toda la ladera de la sierra.

- Cortados de la Mara?osa. Dentro del parque regional del Sureste, justo en la zona donde el r¨ªo Manzanares desemboca en el Jarama, hay unos barrancos, especie de laderas verticales, tambi¨¦n llamadas cortados, que se han convertido en refugio de aves de gran valor. Por all¨ª habitan el halc¨®n peregrino, el milano negro y el b¨²ho real.

- Mariposas en el Regajal. La zona de El Regajal-Mar de Ont¨ªgola se encuentra en Aranjuez. Su importancia, m¨¢s que paisaj¨ªstica, radica en la gran variedad de mariposas que habitan en su entorno. Tan importante es que se convirti¨® en una reserva natural protegida.

- La senda de los poetas. Tan rom¨¢ntico nombre s¨®lo puede coresponder a una zona de caracter¨ªsticas m¨¢s que po¨¦ticas. La senda de los poetas est¨¢ en la subida al puerto de la Fuenfr¨ªa. La zona est¨¢ cubierta por una masa de pino silvestre muy valorada por su importancia ecol¨®gica. En las proximidades tambi¨¦n se sabe que existi¨® una calzada romana. La senda, entre Siete Picos y la ladera de la Pe?ota, rodeada por las cumbres de la sierra, ofrece un espect¨¢culo de obligada visita.

- La pe?a de Cenicientos. Es una masa de granito con un enorme inter¨¦s geol¨®gico. Est¨¢ rodeada de grandes masas de vegetaci¨®n entre las que destacan especies no habituales como el acebo. La pe?a se halla en uno de los estribos m¨¢s orientales de la sierra de Gredos, entre los valles del Alberche y del Ti¨¦tar. Es una de las atalayas madrile?as menos conocidas y a s¨®lo una hora de la Puerta del Sol. Un aut¨¦ntico remanso de paz, donde s¨®lo se escucha el silencio.