Un d¨ªa en 'Buitrelandia'
M¨¢s de mil carro?eras sobrevuelan este barranco cercano a Sep¨²lveda ajenas al jaleo de los domingueros
Seg¨²n el ¨²ltimo censo, 480 parejas de buitres leonados anidan en la hoz del Durat¨®n, dato que confirma la buena salud de esta especie que hasta 1966 era oficialmente una alima?a, ergo tiroteable, y a este barranco segoviano como su lugar de cr¨ªa m¨¢s importante del mundo. Mas no todo es paz y felicidad en la hoz del Durat¨®n.A la par que el Gyps fulvus, ha proliferado aqu¨ª el Homo domin-guerus, y en particular tres subespecies: la ferox, que otros llaman porcus y que merodea por el chiringuito que hay junto al puente de Villaseca esparciendo detritos y haciendo acopio de moras, se-tas, rocalla, musgo para el Bel¨¦n..., seg¨²n la temporada; la sepulvedanensis, que invade la hoz con la chicharrina, despu¨¦s de haberse apretado un cordero con morapio en alguno de los muchos asadores de Sep¨²lveda, y la velocipedus, que debe de tener alg¨²n gen bovino, porque circula en bici por un sendero, el ¨²nico que hay, de no m¨¢s de dos palmos de anchura, topando a todo b¨ªpedo viviente.
- D¨®nde
Sep¨²lveda (Segovia) dista 122 kil¨®metros de Madrid yendo por la carretera de Burgos (N-1) y tomando el desv¨ªo se?alizado que hay a la altura de Castillejo de Mesle¨®n, sobre el kil¨®metro 110. - Cu¨¢ndo. Camino llano y f¨¢cil de 12 kil¨®metros y algo menos de cuatro horas de duraci¨®n -s¨®lo ida-, que se puede acortar pensando en la vuelta. Otra opci¨®n, si viajamos en grupo con m¨¢s de un autom¨®vil, es dejar uno en el puente de Villaseca para regresar a Sep¨²lveda en coche al completar la ida. Del 1 de enero al 31 de julio, no se puede transitar por las zonas de reserva sin autorizaci¨®n. - Qui¨¦n. El Centro de Interpretaci¨®n del Parque Natural de las Hoces del R¨ªo Durat¨®n (Conde de Sep¨²lveda, 30, antigua iglesia de Santiago; tel.: 921 54 05 86) proporciona planos e informaci¨®n sobre sendas y concede los permisos para transitar por las zonas de reserva. Abre de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.00 horas todos los d¨ªas del a?o, excepto los laborables de octubre a junio (de 10.00 a 17.00 horas). - Y qu¨¦ m¨¢s. Cartograf¨ªa: hoja 19-17 (Sep¨²lveda) del Servicio Geogr¨¢fico del Ej¨¦rcito. Unos prism¨¢ticos ser¨¢n ¨²tiles para distinguir los buitres de las ¨¢guilas reales, los alimoches, los halcones peregrinos y los cern¨ªcalos vulgares que tambi¨¦n anidan en esta hoz.
A?¨¢danse a esta lista otras especies m¨¢s racionales (senderistas, ornit¨®logos, guardas...), y se tendr¨¢ un lugar tan tranquilo para pasear como la esquina de Broadway con la calle 42. Al buitre leonado no parece perjudicarle este zurriburri, a juzgar por los censos, pero las estad¨ªsticas nada dicen de la paz del campo, esa ave solitaria que no puede anillarse, medirse ni pesarse, y que est¨¢ tan en desgracia, aqu¨ª en el Durat¨®n, como un joven buitre al que hubiera sorprendido el Levante cruzando en oto?o el estrecho de Gibraltar.
El Durat¨®n, que nace en Somosierra, serpentea a lo largo de 25 kil¨®metros, desde Sep¨²lveda al embalse de Burgomillodo, encajonado entre acantilados calizos de hasta 70 metros de alto. Un senderillo sombreado por chopos, sauces y alisos nos va a permitir caminar a su vera hasta el mentado puente de Villaseca, que queda a mitad de hoz. Madrugando un poco, evitaremos el jabardillo. Y todo puede ser que a los amantes de la soledad se nos ponga cara de autillo.
Sep¨²lveda, la Septem P¨²blica a la que dieron nombre las siete puertas de su muralla, es villa de vieja historia, plaza Mayor pinto-resca -Solana y Zuloaga, de hecho, la pintaron- y mucho arte rom¨¢nico, tanto que ser¨ªa largo de contar y no digamos ya de visitar, sobre todo si nos vienen pisando los talones los dominguerus. De ese estilo es la iglesia de la Virgen de la Pe?a, asomada desde 1144 al hondo tajo que el Durat¨®n surca al norte de la villa. En el aparcamiento situado all¨ª cerca, arranca nuestro camino en pos de una de aquellas siete puertas, la de la Fuerza, que es la ¨²nica que, haciendo honor a su t¨ªtulo, se mantiene en pie despu¨¦s de tanta historia.
Tras enhebrar la puerta, el camino baja al r¨ªo siguiendo el rastro de una calzada romana, cruza el puente de Picazos, pasa sin cruzarlo junto al de Talcano -tambi¨¦n romano- y contin¨²a ya sin p¨¦rdida posible por la orilla derecha, aguas abajo, hasta su final. Dos ¨¢reas atravesaremos se?alizadas como zona de reserva, donde entre enero y julio no se puede entrar sin permiso, que los buitres est¨¢n criando. En estos cortados es donde veremos mayor n¨²mero de ellos -m¨¢s de mil, pues a las 480 parejas citadas, hay que sumar pollos e inmaduros-, ensayando en el cielo, no m¨¢s entibiarse el ¨¦ter con el primo sol, su alta coreograf¨ªa de espirales ascendentes.
Unas cuatro horas -reservan-do media para el almuerzo- nos llevar¨¢ alcanzar el puente por el que pasa la carretera de Villaseca a Seb¨²lcor, reconocible por los coches atravesados sobre el sendero, las auto-radios a todo volumen y los jip¨ªos y lelil¨ªs de una subespecie que, adem¨¢s de ferox y porcus, debe de ser m¨¢s bien sordus. Para mayor dolor y contraste, junto al puente se encuentra la cueva de los Siete Altares, iglesia rupestre visig¨®tica con aras excavadas en la roca so arcos de medio punto y de herradura, donde all¨¢ por el siglo VII celebraban sus liturgias monjes ermita?os, amigos de una soledad que ya dif¨ªcilmente puede hallarse en Buitrelandia.
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