Txakur-txiki baten karamelua...
JAVIER MINAHay un proverbio ruso que dice: "Cuando se vive cerca de un cementerio resulta dif¨ªcil llorar la muerte de todos". Piadosa, el alma rusa concede que pueda ser dif¨ªcil pero no imposible. Si el proverbio hubiera sido vasco -vasco de ahora, de cuando m¨¢s doloroso resulta serlo- habr¨ªa tenido que decir que no s¨®lo se puede, sino que se debe llorar a todos y cada uno de los muertos de este cementerio en que ETA est¨¢ convirtiendo Euskadi, a todos y cada uno de los asesinados en nombre de la paz de los cementerios que pretenden instaurar unos pistoleros de ETA bien arropados por sus secuaces, esa otra clase de vascos que no lloran a casi nadie aunque no vivan cerca del cementerio, por m¨¢s que est¨¦n contribuyendo a construirlo bajo el peregrino nombre de naci¨®n.
A Manuel Indiano le han asesinado por concejal, por concejal de esa sigla maldita PP que comparte con la sigla PSOE el triste y extra?o privilegio de marcar a quienes deben desaparecer de este mundo. Un mundo donde por m¨¢s que se enga?e Otegi se reunir¨ªan todas las condiciones democr¨¢ticas solamente con que ETA desapareciese, por-que ETA y solamente ETA es el factor que se sit¨²a fuera de las reglas democr¨¢ticas para pervertirlas y socavarlas. Bueno, ETA y quienes se sienten capaces de pronosticar -?o tal vez amenazar?- que habr¨¢ m¨¢s sufrimiento para quienes se empe?en en combatir no s¨®lo a ETA sino a sus formas juveniles, infantiles y nonatas. Pero, claro, s¨®lo a los est¨²pidos capaces de seguir suministrando v¨ªctimas se les ocurre decir que vivimos en democracia mientras se empe?an en morir por una democracia tan esp¨²rea, cuando la verdadera pasa por el tiro en la nuca, la bomba, las palizas, el fuego -?cu¨¢nto purifica!-, las amenazas, el toque a rebato de la impunidad y la m¨¢s vil de las prepotencias.
Tal vez toda esta caterva de constructores metidos a ar¨²spices -leen el futuro en las entra?as de las v¨ªctimas- nos pueda decir si Manuel Indiano s¨®lo fue asesinado por ocupar el cargo de concejal del PP -no por pertenecer al partido, pues no pertenec¨ªa- o si tambi¨¦n lo ha sido por negarse a pagar el llamado, con no poca sa?a, impuesto revolucionario que habr¨ªa tenido que obligarle en tanto que empresario de un puesto de chucher¨ªas. Aunque tambi¨¦n cabe la posibilidad de que lo hayan matado para que los cr¨ªos del pueblo no asocien lo dulce al PP y se envene-nen... ?Qui¨¦n nos asegura que no le extorsion¨® antes alg¨²n mocete malenkarado exigi¨¦ndole chicles, para llenar el poco lugar que en el pico le dejaba la borroka? ?Y si le sonsacaron cromos y chupa-chups para los presos m¨¢s j¨®venes?
Cualquiera sabe. Pero hoy hasta los caramelos est¨¢n tristes. La sangre de Manuel Indiano ha ca¨ªdo derramada sobre los pirul¨ªes, las gaseosas, los sobresorpresas y los tebeos. Qu¨¦ gran haza?a la de haber acribillado a balazos a quien repart¨ªa un poco de ilusi¨®n entre los ni?os y trataba de administrar las chucher¨ªas de los mayores. ?Qui¨¦n fuera pistolero para presumir de semejante heroicidad! Seguro que no ha habido pok¨¦mon ni personaje de manga que no se haya roto las manos de aplaudir, seguro que los invisibles habitantes del kiosko -en los lugares frecuentados por los ni?os nunca faltan los gnomos burlones- han hecho un hueco en los estantes para acoger la foto dedicada de los destajistas del crimen junto a su colecci¨®n de huellas dactilares y los rictus de extraordinaria valent¨ªa que permanecieron flotando en el aire mucho despu¨¦s de que se desvanecieran los gases de la p¨®lvora. S¨ª, seguro...
Lo que no cabe duda es que las balas han dejado un hueco muy grande en el coraz¨®n de la mujer de Manuel y en el de la hija que est¨¢ viniendo y llegar¨¢ a un pa¨ªs muy extra?o donde seg¨²n qu¨¦ padres deben morir. En otro pa¨ªs de no menores maravillas, Alicia razonaba as¨ª: "A lo mejor es la pimienta la que pone a las personas de mal genio (...) y el vinagre lo que avinagra el car¨¢cter; la manzanilla, la que amarga la existencia, y el regaliz y otras golosinas por el estilo lo que hace que los ni?os sean tan dulces". Seguro que la hija de Manuel Indiano, cuando crezca y aprenda a leer, tiene algo que a?adir a las apreciaciones de Alicia.
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