Cacho se despide de Sydney

La renuncia de Ferm¨ªn Cacho a acudir a los Juegos de Sydney s¨®lo puede interpretarse como una decisi¨®n oportuna, ejemplar en mucho aspectos. El mismo ojo cl¨ªnico que ha demostrado durante toda su carrera deportiva para afinarse en los grandes campeonatos, lo ha tenido en un momento que suele nublar el juicio de los campeones que se ven abocados al declive por una circunstancia u otra. Cacho dijo ayer en Barcelona que no se retira del atletismo, pero que no est¨¢ en condiciones de asumir el desaf¨ªo de los Juegos. Durante los ¨²ltimos diez a?os, el deporte espa?ol se hab¨ªa acostumbrado a las certeras apariciones de Cacho en las grandes citas. Con ¨¦l, siempre ha existido la posibilidad del milagro. En las peores circunstancias, con noticias que invitaban al pesimismo, Cacho terminaba por hacer diana en Juegos Ol¨ªmpicos, Campeonatos del Mundo o de Europa. A pesar de las agon¨ªas que provocaban sus largas ausencias de las pistas, pocos atletas han sido m¨¢s sensatos que ¨¦l a la hora de tomar las decisiones trascendentales. Esta vez, ha vuelto a demostrar su sensatez. No ve¨ªa la forma de defender en Sydney su enorme prestigio en el mediofondo.Arturo Ortiz, el plusmarquista espa?ol de salto de altura, suele decir que Cacho es el mejor deportista espa?ol de todos los tiempos. Sobre esa cuesti¨®n puede haber debate. De lo que no cabe duda es de su posici¨®n en la cima del atletismo en Espa?a. Su victoria en Barcelona fue algo m¨¢s que un ¨¦xito maravilloso. Aquel triunfo es la imagen del cambio que se produjo en el deporte espa?ol en 1992. Por la m¨ªstica de una carrera fascinante, por el escenario, por el momento hist¨®rico, Cacho represent¨® lo mejor de aquellos Juegos inolvidables. Era un muchacho sin complejos, hijo de un tiempo nuevo, capaz de movilizar a un pa¨ªs que comenzaba a salir de su precariedad en el universo deportivo. El mejor Cacho coincidi¨® con el mejor Indur¨¢in, y entre los dos abrieron la ruta a las nuevas generaciones. Pocos campeones ser¨¢n m¨¢s diferentes que ellos. Uno introvertido y met¨®dico; otro, extrovertido y preciso en sus intuiciones. Pero sobre todo, inteligentes para tomar decisiones. De la misma forma que Indurain no tard¨® un segundo en saber el instante de su retirada, Cacho ha sido un ejemplo para todos.