Austria espera el fin de las sanciones
El Gobierno y la opini¨®n p¨²blica piden que la UE acabe con la cuarentena impuesta tras la irrupci¨®n de Haider
Por la prensa austriaca corren estos d¨ªas r¨ªos de tinta sobre el informe de los tres sabios (el comit¨¦ que investiga el comportamiento del Gobierno austriaco) y el posible fin de las sanciones de la Uni¨®n Europea (UE), tambi¨¦n llamadas "medidas relacionadas con el Gobierno federal austriaco".Tras m¨¢s de 200 d¨ªas de cuarentena contra la entrada en el Gobierno de Viena del partido populista de derecha FP?, que dirige J?rg Haider, a pesar de haber dejado la presidencia, se palpa la indignaci¨®n contra las sanciones en columnistas de todo color y en art¨ªculos de opini¨®n en la prensa. Al mismo tiempo, decaen las energ¨ªas de los manifestantes de cada jueves contra el Gobierno de coalici¨®n derechista del Partido Popular (?VP) y el liberal (FP?). Apenas unos centenares de manifestantes recorr¨ªan desganados las calles del centro de Viena el pasado jueves.
El popular diario de Viena Krone, que con su enorme tirada alcanza m¨¢s del 40% de la poblaci¨®n de Austria, no deja pasar un d¨ªa sin blandir la estaca contra las sanciones de la UE. Su columnista estrella, el demagogo Staberl, comparaba a la UE con la mafia, pero con una diferencia: "Cuando se paga a la mafia, a uno lo dejan en paz". Sin embargo, desde el pasado 4 de febrero, fecha de toma de posesi¨®n del nuevo Gobierno, "los restantes 14 miembros de la UE nos machacan como si fu¨¦semos leprosos", a?ade Staberl, a pesar de que Austria es un pa¨ªs pagador neto y puntual en las cajas de la UE en Bruselas.
La v¨ªspera de estos comentarios, el columnista que daba rienda a su indignaci¨®n contra Europa era el popular ex alcalde de Viena Helmut Zilk, un pol¨ªtico socialdem¨®crata a quien una carta bomba de un ultraderechista le dej¨® sin dedos una mano.
En un art¨ªculo titulado "210 d¨ªas...", Zilk argumenta que en ese periodo de tiempo en Austria "no ardieron los refugios de extranjeros, ni hubo caza a los refugiados, ni profanaci¨®n de sinagogas o cementerios jud¨ªos, ni tumultos neonazis o batallas campales en las calles". Alude Zilk a los alemanes, "confrontados cada d¨ªa con estos hechos"; a los espa?oles, "que acuartelan en contenedores a los trabajadores extranjeros", y a los que echan al mar a los que buscan refugio o se protegen de ellos con alambradas de espino de varios metros. A todos ¨¦stos, Zilk les recomienda: mirar de vez en cuando c¨®mo est¨¢n las cosas en su propia casa.
En Viena se especula con los contenidos del informe de los tres sabios y el posible fin de las sanciones, sin que la UE pierda la cara. Se atribuye un papel clave al presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, palad¨ªn de las sanciones contra el Gobierno derechista. El panorama que se pinta como posible para el desenlace parte de un encuentro en Nueva York, con ocasi¨®n de la Cumbre del Milenio de la ONU, entre Chirac y el presidente austriaco Thomas Klestil, quien s¨®lo a rega?adientes dio su benepl¨¢cito al actual Gobierno. A partir de ah¨ª, todo parece posible.
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