Cumbre de protestas en la calle
Miembros del movimiento Falun Gong, manifestantes contra Barak o anti-Putin se concentran ante la ONU
"!Barak, traidor!", gritaban en el primer grupo. "!Putin, asesino!", se escuchaba en el segundo. "Libertad para Falun Gong", cantaban en el tercero varios chinos uniformados de amarillo. En realidad, los gritos y canciones se mezclaban, incomprensibles, en un vocer¨ªo incesante. Las calles que desembocan ante la plaza de las Naciones Unidas eran ayer un escenario de micromanifestaciones, subdivididas con vallas en peque?os recintos contiguos con un frontal de tres metros. Lo suficiente como para colgar un par de carteles y participar, de alguna forma, en la gigantesca reuni¨®n pol¨ªtica de Nueva York.Las manifestaciones m¨¢s nutridas est¨¢n siendo las anticastristas. Aunque las protestas m¨¢s organizadas son las de Falun Gong, la organizaci¨®n perseguida por el r¨¦gimen de Pek¨ªn. Un grupo de manifestantes se releva durante las 24 horas para marchar alrededor de la Gran Estaci¨®n Central, siempre con su camiseta amarilla y siempre con una sonrisa. Falun Gong pag¨® un anuncio publicado ayer a toda pagina en The New York Times en el que exig¨ªa al presidente Jiang Zemin que detuviera "las detenciones, encarcelamientos y torturas" contra los miembros de la organizaci¨®n. Falun Gong tambi¨¦n mantiene una permanente representaci¨®n junto al edificio de la ONU.
Tambi¨¦n se hacen notar los jud¨ªos opuestos al plan de paz. En casi cualquier esquina puede encontrarse a un ciudadano o ciudadana estadounidense, normalmente de edad avanzada, llevando a cuestas una pancarta unipersonal con todo tipo de insultos contra Ehud Barak, Bill Clinton y Yasir Arafat. Nueva York est¨¢ cubierta, adem¨¢s, de pegatinas con una frase: "Barak, traidor".
Lo dem¨¢s es muy variado. Todo tipo de minor¨ªas centroasi¨¢ticas, quejosas contra Rusia y, en menor medida, contra China o Turqu¨ªa, pululan por el centro de la ciudad con carteles reivindicativos. Y, por supuesto, abundan los heterodoxos. Gente que predice el apocalipsis, que ofrece la salvaci¨®n a trav¨¦s de los evangelios o del Cor¨¢n o propone alg¨²n tipo de misticismo.
Pero Nueva York no es Seattle. Aunque uno de los temas centrales de la Cumbre del Milenio es la globalizaci¨®n, quienes se oponen a ese arrollador impulso conjunto del capitalismo y la informaci¨®n han enterrado el hacha de guerra y prefieren esperar. La ONU, en opini¨®n de los movimientos antiglobalizaci¨®n, es quiz¨¢ el ¨²ltimo dique contra la marea encabezada por organizaciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC) y las grandes corporaciones.
Las diversas organizaciones que han convocado actos alternativos durante los tres d¨ªas de reuni¨®n han preferido el orden al caos. Las impresionantes medidas de seguridad han servido de elemento disuasorio, pero el objetivo tambi¨¦n es distinto. Muchos de estos grupos siguen teniendo una buena imagen de la ONU y algunos de sus discursos no han sido muy distintos de las intervenciones oficiales de los pa¨ªses participantes a la cumbre. Piden sobre todo que la organizaci¨®n internacional siga siendo una tribuna para los m¨¢s pobres.
El Foro Internacional para la Globalizaci¨®n, una de las organizaciones que particip¨® en las protestas contra la OMC el a?o pasado, eligi¨® convocar a sus simpatizantes en un teatro de Broadway, el Town Hall, a 20 d¨®lares la entrada, en vez de reunirlos en la calle. Salvo por algunas pegatinas en contra del FMI nada recordaba los enfrentamientos y manifestaciones de Seattle y Washington. Lejos de los polic¨ªas del alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, las 500 personas que asistieron al marat¨®n de conferencias, desde la una de la tarde hasta las once de la noche, escucharon pacientemente los discursos con aplausos y sonrisas. Nada de gases lacrim¨®genos ni detenciones.
Los participantes denunciaron la injerencia de las grandes multinacionales en la ONU de Kofi Annan. El llamado "pacto global" que el secretario general ha creado para agilizar las relaciones entre Naciones Unidas, y el sector privado fue el blanco de todas las cr¨ªticas. "La imagen positiva de la ONU corre el riesgo de verse empa?ada por los criminales de las grandes empresas que utilizan esta ocasi¨®n para sus operaciones de relaciones p¨²blicas", dijo uno de los conferenciantes, Joshua Karliner, director del Centro de Acci¨®n Transnacional.
Otro grupo veterano de Seattle, La Cumbre de la Gente, tambi¨¦n opt¨® por una cuidadosa organizaci¨®n para rentabilizar la eficacia de sus protestas en un programa apretado. El martes se manifestaron frente al hotel Waldorf Astoria para dar la bienvenida al l¨ªder chino, Jiang Zemin. Una hora antes se hab¨ªan congregado ante la delegaci¨®n iran¨ª para protestar por la presencia de Mohamed Jatam¨ª. Ma?ana se reunir¨¢n frente al Museo Metropolitano donde el presidente Bill Clinton ofrecer¨¢ una cena de gala al resto de los mandatarios y el viernes terminar¨¢n con varias protestas antes los consulados de Per¨², El Salvador, Filipinas y Colombia.
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