El viento interrumpe el descanso
Petacchi logra su segunda victoria en una etapa de abanicos inofensivos
La Vuelta vive en pleno entreacto. A caballo entre los Pirineos y Asturias. Dormita con etapas sin perfil, con un recorrido dif¨ªcil de entender salvo porque la organizaci¨®n no encontraba un lugar donde ubicar la meta ayer. As¨ª se explica esa jornada. Breve, con salida en Zaragoza y llegada en el mismo sitio. Sin m¨¢s inter¨¦s que el aportado por el viento.La etapa no ten¨ªa atractivo ni para los ciclistas, que se hab¨ªan mentalizado para un d¨ªa emparedado entre descanso y descanso, con unas cuantas pedaladas y vuelta al hotel. Pero llegaron a la salida y el aire empez¨® a derribar algunos objetos de las carpas publicitarias. Los golpes de viento sorprendieron a un grupo de corredores suizos congregados en una tertulia improvisada alrededor de una mesa. Al un¨ªsono, ?lex Z¨¹lle, Laurent Dufaux, Arming Meier y otros compatriotas arrancaron a gritar: "?Annulez, annulez!". Era broma, claro. La etapa no pod¨ªa suspenderse. Pero lo que promet¨ªa una jornada placentera, entre comillas, se convirti¨® en un d¨ªa de tensi¨®n permanente.
Sufrieron mucho los ciclistas sobre sus bicicletas, pero el resultado no se vio. Porque, en definitiva, todo sigue igual en la Vuelta. Como seguir¨¢ hoy, en un nuevo d¨ªa de descanso y de traslado (hasta Santander). Y como se prev¨¦ que contin¨²e hasta las faldas de los Lagos de Covadonga, el domingo, la fecha de la etapa m¨¢s esperada por los aficionados.
Sufrieron los ciclistas porque el viento inspira p¨¢nico en el pelot¨®n. Nadie quiere perder en un llano inofensivo lo que tanto sudor le cuesta amarrar en la temida monta?a y todos pretenden marchar entre los primeros de los primeros, aunque no haya sitio para todos.
Pero estamos a media Vuelta, y ya cada uno ha encontrado su sitio en la carrera. El Kelme lo ha encontrado. Lo de Albacete ocurre una vez y ninguna m¨¢s. Heras se peg¨® a la rueda de Casero, m¨¢s fuerte en este terreno y siempre atento. Casero no s¨®lo mand¨® en el pelot¨®n como lo debe hacer un l¨ªder, sino que incluso tir¨® de ¨¦l m¨¢s de lo que normalmente se ve en un poseedor del maillot amarillo.
El ONCE ejerci¨® de animador de la etapa. Es lo que sabe hacer en estos d¨ªas. Pero le faltaron corredores para romper la carrera. Ha perdido a demasiados y le falta la fuerza de conjunto que requiere un abanico. Al final, s¨®lo tropezaron los habituales: Tonkov y Escart¨ªn. Una repetici¨®n de lo que ocurri¨® en Valencia.
La etapa finalmente se rif¨® entre una veintena de corredores. Entre una selecci¨®n de quienes sobrevivieron a los abanicos y los sprinters que pudieron atravesar los Pirineos. Gan¨® el m¨¢s entero, Alessandro Petacchi (Fassa Bortolo), que tambi¨¦n es repetidor. ?l es quien mejor ha aprovechado la ausencia de Freire. Ha triunfado en los dos sprints en los que el campe¨®n del mundo ha estado ausente.
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