Raquel no quiere ser blanca

Un hospital sevillano ha operado, en cuatro a?os, a 44 ni?os mauritanos de diversas dolencias de gravedad

Raquel no quiere ser blanca. Tiene cinco a?os y ha convivido con ni?as y ni?os negros la mayor parte de su corta vida. Su madre dice que "se ha hecho racista al rev¨¦s", "que no quiere juntarse con ni?os blancos", y que ha tenido que llevarla al colegio, en Gines (Sevilla), para que se d¨¦ cuenta de que ella es del mismo color que los dem¨¢s ni?os del pueblo: blanca.Y es que por la casa de Raquel pasan continuamente grupos de ni?os mauritanos que vienen a Sevilla para que los m¨¦dicos les traten las graves enfermedades que padecen. Hasta ahora, en los ¨²ltimos cuatro a?os, la rubia ni?a sevillana ha compartido su tiempo y espacio con 44 de estos ni?os.

La culpable es su abuela, Mar¨ªa Eugenia Parejo. Ella fue quien tomo, en 1995, la iniciativa de traerse a algunos ni?os enfermos, desde Mauritania, para curarlos aqu¨ª. Parejo, una enfermera "que ha hecho mil cosas en la vida", fund¨® para ello la ONG Alhayat (La Vida). Un a?o despu¨¦s logr¨®, en noviembre de 1996, que el Hospital Infantil Virgen del Roc¨ªo y el de Nouakchott (Mauritania) suscribiesen un convenio de colaboraci¨®n y hermanamiento para que, dentro del marco de cooperaci¨®n y desarrollo establecido entre la Unicef mauritana y la Oficina de Cooperaci¨®n Espa?ola, pudiesen venir al hospital sevillano un n¨²mero indeterminado de ni?os para ser operados ante la escasez de recursos sanitarios que hab¨ªa en aquel pa¨ªs.

Las dolencias m¨¢s comunes por las que los ni?os que llegan aqu¨ª son tratados tienen que ver con la malnutrici¨®n; tambi¨¦n con las infecciones, con los problemas cardiacos y con las malformaciones. "En la mayor¨ªa de los casos estas deformaciones son provocadas, precisamente, por una deficiente alimentaci¨®n", se?ala Juan Mellado, director del Hospital Infantil Virgen del Roc¨ªo.

A Mar¨ªa Eugenia le ayuda en su ingente tarea su hija y madre de Raquel, que es quien ejerce como directora responsable de la Casa de Acogida que tienen en Gines, a ocho kil¨®metros de la capital. Desde ah¨ª van y vienen al hospital los grupos de ni?os que cada a?o llegan desde Mauritania. Ayer despidieron el ¨²ltimo grupo; 9 ni?os y dos ni?as de entre 2 y 11 a?os. "Todos ya restablecidos y completamente sanos", explica Mellado, quien, de paso, hace cuentas y dice haberse gastado en este programa de colaboraci¨®n con Mauritania unos 80 millones de pesetas. "Claro que, en casos como ¨¦stos, hablar de dinero no tiene sentido", precisa.

Los 11 ni?os que ayer se despidieron de m¨¦dicos y enfermeras recibieron tambi¨¦n el apoyo moral para esa nueva vida que iniciar¨¢n en su pa¨ªs, del consejero de Salud, Francisco Vallejo. El m¨¢ximo responsable de la sanidad andaluza les entreg¨® los correspondientes regalos y los puso como modelo de eficacia de un programa de cooperaci¨®n. "Aunque", se?al¨®, "la cooperaci¨®n internacional, en materia sanitaria, debe centrase en el apoyo a los hospitales de estos pa¨ªses. ?C¨®mo? Formando a sus profesionales y dot¨¢ndolos de m¨¢s medios tecnol¨®gicos para que la poblaci¨®n no tenga que desplazarse como le ha ocurrido a estos ni?os".

Dah (9 a?os), Cheikh (5), Alyo (8), Absaou (2), Matiam (12), Yacoub (8)... son algunos de los que ahora regresan. Ya restablecidos, s¨®lo recuerdan los buenos momentos que pasaron aqu¨ª. "A m¨ª lo que m¨¢s me ha gustado es el agua; la piscina. Bueno, y tambi¨¦n los ¨¢rboles", apunta Umukezum, de seis a?os. Y Betoul, de dos, hace el gesto de cabalgar. "Es que a ¨¦l le gustan mucho los caballitos", aclara Matiam, la mayor del grupo.