Quejumbrosa lecci¨®n
Eve Ensler es una psicoterapeuta de Nueva York especializada en mujeres. Uno de sus grandes ¨¦xitos fue un taller de vagina. Hab¨ªa encontrado en su consulta que las mujeres no tienen gran idea de c¨®mo es lo que algunas llaman conejito, y en Am¨¦rica, concha, conchita. Y mil cosas m¨¢s. Los ¨®rganos sexuales tienen una infinidad de nombres m¨¢s o menos cari?osos o sarc¨¢sticos. En el taller de vagina ayuda a mirarse su cosita con espejos o tocar y fisgar, a tener una idea de su anatom¨ªa y de su fisiolog¨ªa. Sobre lo que las mujeres le cuentan, Eve Ensler escribi¨® estos Mon¨®logos... para el teatro; frecuentaba actrices en su consulta, pero decidi¨® representarlo ella misma. Lleva muchos a?os de ¨¦xito, y su clientela de taller y de terapia se ha multiplicado. Actrices como Melanie Griffith, la Sarandon, Wynona Ryder o Alanis Morrissette lo interpretan de cuando en cuando. Aqu¨ª lo hacen tres mujeres: una dirige (Antonia Garc¨ªa) y otras dos dividen entre ellas el mon¨®logo que interpreta una sola en Estados Unidos.Es una obra did¨¢ctica, graciosa, deslenguada, feminista. Aunque la adaptaci¨®n de Victoriano Kremer le da un tono y unos datos espa?oles, y una gracia que puede mejorar el original, el fondo de Estados Unidos, sobre todo ahora, de pudor y puritanismo, est¨¢ muy presente. No s¨¦ c¨®mo va esto ahora. Hab¨ªa muchas mujeres en el teatro lleno (el domingo), y se re¨ªan a carcajadas, salvo en algunos momentos de silencio y de tensi¨®n: cuando se habla de violaciones en las guerras o en el pa¨ªs, donde las estad¨ªsticas son m¨¢s graves que las de Kosovo. Tiene el tono quejumbroso caracter¨ªstico del feminismo de extremos: la vagina va apareciendo como una verg¨¹enza, un motivo de enfados familiares, algo de lo que no se debe hablar, y el parto. No creo que en ning¨²n momento se hable de que proporciona placeres y que su relaci¨®n con el hombre debe ser placentera, incluso que ¨¦l y ella est¨¢n dise?ados para eso. Temo que las mujeres est¨¢n pasando ahora por un trauma de nacimiento a la vida sexual, y a la vida simplemente; de concurrencia y de una considerable dureza, y que ven que la incorporaci¨®n no libera de ciertos desastres.
Mon¨®logos de la vagina
De Eve Ensler, versi¨®n de Victoriano Kremer. Int¨¦rpretes: Maite Merino y Magdalena Broto .Vestuario: Maria Teresa Rodr¨ªguez. Espacio esc¨¦nico, dramaturgia y direcci¨®n: Antonia Garc¨ªa. Teatro Alfil.
Eso no quiere decir que sobre esta obra o que a?ada trauma al trauma. Como es divertida y a veces hasta c¨®mica, m¨¢s que humor¨ªstica, tiene de todas maneras un atractivo teatral. Hay una parte did¨¢ctica que puede interesar a quien est¨¦ fuera de ¨®rbita: tanta gente. Sobre todo est¨¢ bien que se habla con soltura, con la lengua suelta y absuelta, con naturalidad y sin morbo.
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