?Hola, director!

Hoy [por ayer] s¨®lo hemos tenido que esforzarnos hasta que se ha formado la fuga. Luego, tres de nuestros compa?eros han hecho todo el trabajo, muy valioso, porque nos han permitido a los dem¨¢s llegar sin incidencias. S¨®lo la que le ha ocurrido a Escart¨ªn, que se ha olvidado el m¨®vil en el maillot y, cuando se ha dado cuenta, lo ha apagado. Nada m¨¢s.Hemos llegado a Gij¨®n, la ciudad a la que pertenezco, aunque viva en un pueblo cercano. En carrera, he pasado por el colegio de toda mi vida. El director ha salido a la ventana y me ha saludado. Y yo a ¨¦l. Creo que me ha reconocido. El detalle me ha tra¨ªdo recuerdos tiernos. Cuando era cr¨ªo, me dejaban asomarme a la ventana para ver c¨®mo pasaba delante la Vuelta. Entonces ya quer¨ªa ser corredor. Ma?ana, subiendo al Angliru, habr¨¢ momentos en que querr¨¦ ser un guaje, asomado a la ventana.

Es el puerto m¨¢s duro que conozco. Tiene la dureza concentrada en los ¨²ltimos kil¨®metros. Llega a tal extremo que la velocidad en la subida no pasa de los seis o siete kil¨®metros por hora. Por eso no viene mal a corredores fuertes, que pueden perder menos tiempo del previsto. A lo mejor puede repetirse este a?o con Casero lo que hizo Olano el a?o pasado. Que no pierda tanto tiempo. Ojal¨¢ me equivoque.

Conozco bien el Angliru por las tres veces que me he entrenado all¨¢, y una m¨¢s en carrera. Y, adem¨¢s, por todos los d¨ªas que he ido all¨ª con compa?eros que me han llamado para que se lo ense?ara. He ido hasta con mi novia, caminando hasta arriba para comer en lo alto. Seg¨²n vas subiendo, la memoria se refresca. Ser¨¢ f¨¢cil reconocer los reprechos, y sobre todo la Cue?a les Cabres. Este a?o han ensanchado la carretera un metro por esa parte, pero la inclinaci¨®n sigue siendo igual: un 23,5%. Si es m¨¢s ancho, la sensaci¨®n de dureza es mayor; el desnivel impresiona m¨¢s. Pero habr¨¢ tanta gente haci¨¦ndonos el pasillo que no se apreciar¨¢. Es lo mismo. Cuando llegas all¨¢, s¨®lo piensas en subir un poco m¨¢s.