M¨²sica de Bach para la apertura con la presencia de los Reyes

Obra gr¨¢fica

La familia de Eduardo Chillida ha querido rodear la apertura de Chillida-leku del sonido de la m¨²sica de Bach, la favorita del escultor. Ayer por la noche, el Orfe¨®n Donostiarra interpret¨®, en el preludio de la inauguraci¨®n oficial de esta ma?ana, el Magnificat en el Kursaal de San Sebasti¨¢n. Hoy, en el caser¨ªo de Zabalaga, se escuchar¨¢ el violonchelo de Iagoba Fanlo, que tocar¨¢ la Cuarta suite, ante un centenar de invitados a la inauguraci¨®n oficial que presidir¨¢n los Reyes.Don Juan Carlos y Do?a Sof¨ªa llegar¨¢n a Chillida-leku a mediod¨ªa. La presencia del presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y del canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, se pospondr¨¢ en una cabriola del protocolo ya que deber¨ªan llegar antes que los Reyes, hasta que finalicen sus compromisos en la cumbre hispano-alemana de Segovia. Entre los invitados estar¨¢ tambi¨¦n el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, representantes de otras instituciones y amigos de la familia.

"Ni los Reyes ni los presidentes han sido invitados para dar relumbr¨®n", dec¨ªa ayer Pilar Belzunce. "En sus residencias oficiales tienen obras de Chillida. Hemos querido traer a gente que nos quiere, que es amiga nuestra".

El almuerzo oficial en Zabalaga ha sido organizado por el cocinero donostiarra Juan Mari Arzak. Todos los detalles del men¨² quedaron en sus manos, igual que cuando alguno de los Chillida acude a cenar a su restaurante del alto de Miracruz, cerca de un estudio del escultor. Los ilustres invitados tomar¨¢n crema tibia de puerros con l¨¢minas de bacalao, lomo de merluza, guiso de ternera y, de postre, una tableta de chocolate con caf¨¦ a la crema. Arzak ha seleccionado para beber un vino blanco navarro, un tinto de Rioja y un cava catal¨¢n.

El Rey y los presidentes ser¨¢n obsequiados con una pieza de obra gr¨¢fica de Chillida. El regalo para la Reina estaba todav¨ªa ayer pendiente de elecci¨®n. El resto de los invitados varones recibir¨¢n, como recuerdo de la inauguraci¨®n, un reloj, y las mujeres, un pa?uelo con un dibujo de Chillida. A partir de las ocho de la tarde, la finca de Zabalaga, un remanso de tranquilidad, se ver¨¢ por vez primera en su historia inundada de visitantes. Cerca de 1.300 personas, buena parte de ellas relacionadas con el mundo del arte y la cultura, acudir¨¢n a Chillida-leku para celebrar con los Chillida la apertura al p¨²blico del museo. Entre sus invitados esperan al escultor brit¨¢nico Anthony Caro, al arquitecto Norman Foster y a numerosos artistas vascos, entre ellos Andr¨¦s Nagel y Agust¨ªn Ibarrola.