Sin dramatizar

Tal como viene escrito en el gui¨®n de las grandes competiciones, el primer partido, y no es un t¨®pico, tiene una enorme dificultad. Principalmente, en los equipos que aspiran a lo m¨¢s alto. Esta dificultad a?adida viene dada por una ansiedad extra que te atenaza los movimientos y llegas a pensar que el encuentro dura demasiado, con lo que se producen m¨¢s imprecisiones.Esto es, en parte, lo que le ha ocurrido a Espa?a: los factores psicol¨®gicos negativos, como la ansiedad y la sobreexcitaci¨®n, han estado en algunos momentos por encima de otros m¨¢s positivos, como la frialdad y la tranquilidad. Los nervios han aparecido, lo que no es nada ajeno y se asume sin llegar a ser una justificaci¨®n.

A nuestros jugadores se les ve mentalizados para sufrir, para conseguir algo importante. Est¨¢n muy introducidos en el torneo a pesar de la presi¨®n adicional. Lo han intentado, saben que hay una posibilidad de llegar lejos y han demostrado que est¨¢n preparados. Su calidad, en general, sigue siendo superior a la de los tunecinos y este aspecto, al final, es el que te da la victoria.

De destacar a alguien en concreto, me inclinar¨ªa por Duisheb¨¢iev, quien, despu¨¦s de un primer tiempo discreto, demasiado preocupado por el control del juego y el pase, se ha decidido en la segunda mitad a tirar a porter¨ªa dejando bien claro que, si queremos llegar lejos, tiene que participar m¨¢s en los lanzamientos. A eso lo llamamos responsabilidad y tiene que aceptarla.

Quiero hacer una menci¨®n para el equipo de T¨²nez y destacar la mejora t¨¢ctica que se observa en su juego. Aparte de ser aguerridos, individualistas, con una excelente calidad t¨¦cnica, cada a?o que pasa se les ve mejor estrat¨¦gicamente y eso se debe, en parte, a que sus mejores jugadores, los lanzadores, est¨¢n compitiendo en Ligas europeas.