S¨®lo la fantas¨ªa de Duisheb¨¢iev

Si no es por ¨¦l, Espa?a llorar¨ªa un estreno con fracaso. El artista genial, el segundo mejor jugador del siglo, el cerebro de la selecci¨®n, Talant Duisheb¨¢iev, tuvo que ponerse el mono de obrero para ganar a T¨²nez, un rival de segunda fila, pero muy inc¨®modo por su peculiar estilo.Desde hace a?os, Juan de Dios Rom¨¢n advierte de que las bicocas son una especie en extinci¨®n. Por ello aceler¨® la recuperaci¨®n de Duisheb¨¢iev tras su golpe en el muslo derecho en el partido amistoso con Egipto. Otro entrenador le habr¨ªa dado descanso contra T¨²nez y Australia para tenerlo al 100% ante Francia. Sin embargo, ¨¦l no fue a la ceremonia inaugural de los Juegos para quedarse con su central y su m¨¦dico, Ignacio Nebot, en la Villa Ol¨ªmpica. Y unas horas antes del encuentro de ayer pidi¨® a su ayudante, Juan Hern¨¢ndez, que probase a Duisheb¨¢iev.

Los primeros 25 minutos sirvieron para comprender cu¨¢nta raz¨®n ten¨ªa Rom¨¢n. Espa?a hac¨ªa agua ante un rival de pocos pero buenos recursos: Siud, que juega en el Ciudad Real, forma con Ben Amor y M. Madi una primera l¨ªnea potente, sobre todo si la defensa del rival no les corta la circulaci¨®n. As¨ª, T¨²nez lleg¨® a dominar por 7-10. El contraataque espa?ol no exist¨ªa y las acciones ofensivas eran un cat¨¢logo de imprecisiones, p¨¦rdidas del bal¨®n y fallos clamorosos de Xepkin. Pero Siud se lesion¨®, Masip empez¨® a cumplir y hubo suerte en el ataque: un parcial de 5-0 dej¨® la primera mitad en un 12-10 quiz¨¢s injusto.

La segunda parte fue, en fin, una exhibici¨®n de Duisheb¨¢iev. Sus fintas, cambios de ritmo y direcci¨®n, pases de fantas¨ªa y tiros magistrales convirtieron el envite en un espect¨¢culo emocionante con la colaboraci¨®n de los tunecinos, que no cejaron hasta fallar un gol f¨¢cil que les habr¨ªa colocado con un esperanzador 22-21 a tres minutos del final.

Con independencia de que T¨²nez sea un rival at¨ªpico, Espa?a dio muestras negativas. "Estoy bien s¨®lo a ratos", admiti¨® Barrufet. M¨¢s preocupante es el caso de Xepkin. Duisheb¨¢iev le justific¨®: "Est¨¢ demasiado motivado y nervioso porque, a sus 35 a?os, son sus ¨²ltimos Juegos".