Frente a ETA

Contra el terrorismo de ETA es esencial la acci¨®n policial y judicial. De ah¨ª que las ¨²ltimas detenciones y actuaciones de la justicia resulten alentadoras. Pero los problemas pol¨ªticos del Pa¨ªs Vasco, perfectamente deslindables del totalitarismo asesino, requieren capacidad de di¨¢logo. Lo saben muy bien los ciudadanos vascos, incapacitados de ejercer sus derechos democr¨¢ticos, que est¨¢n reaccionando c¨ªvica y pac¨ªficamente al acoso insoportable de los violentos. La detenci¨®n de 18 dirigentes de Ekin, considerados responsables pol¨ªticos de ETA, y de uno de los m¨¢s sanguinarios jefes etarras, I?aki de Renter¨ªa, en el sur de Francia marcan una inflexi¨®n en la lucha antiterrorista, que vuelve as¨ª a recuperar la iniciativa tras meses de incertidumbre. La satisfacci¨®n por estos ¨¦xitos policiales no debe convertirse, sin embargo, en euforia, en un momento de tensi¨®n creciente en las calles del Pa¨ªs Vasco. Toda precauci¨®n es poca frente a las reacciones de los etarras, como la que estuvo a punto de costarle la vida a Jos¨¦ Ram¨®n Recalde. Ayer mismo, la polic¨ªa vasca localiz¨® una lanzadera con ocho granadas armadas provistas de temporizador en las inmediaciones del Museo Chillida en Hernani, poco antes de su inauguraci¨®n por los reyes de Espa?a. Y a poca distancia, j¨®venes violentos agredieron a Jos¨¦ Ram¨®n Chica, uno de los dos concejales socialistas en ese Ayuntamiento, en manos de EH.

Y no hay lugar a la euforia, sobre todo porque el viernes mismo el responsable de Interior del Gobierno vasco proporcion¨® muestras fehacientes de que el Estado de derecho y las libertades de los ciudadanos se hallan en cuesti¨®n en el territorio bajo la responsabilidad del lehendakari Ibarretxe. La polic¨ªa auton¨®mica vasca, siguiendo ¨®rdenes pol¨ªticas bien claras, utiliz¨® la fuerza para disolver a los manifestantes pac¨ªficos que marchaban por las calles de San Sebasti¨¢n en protesta por el atentado contra Recalde. Guiados por un intolerable e hip¨®crita principio de equidistancia, se limitaron a evitar el contacto de la manifestaci¨®n pac¨ªfica con el grupo de proetarras que coreaban las consignas "ETA, m¨¢talos" y "Gora ETA militarra". Acudiendo a la forma de la ley -los violentos contaban con permiso de manifestaci¨®n-, no reprimieron un acto ilegal de apolog¨ªa del terrorismo y de intimidaci¨®n de los ciudadanos pac¨ªficos y disolvieron, en cambio, la protesta tranquila de quienes reclaman la plena vigencia del sistema de libertades en el Pa¨ªs Vasco.

El presidente del Gobierno pide con raz¨®n "tenacidad" y "perseverancia" en la lucha antiterrorista y alienta a la movilizaci¨®n social frente a los atropellos. Pero esto requiere tambi¨¦n la defensa de las libertades ciudadanas por parte de las fuerzas de orden p¨²blico, y obliga a impulsar el di¨¢logo pol¨ªtico, para tender puentes en una sociedad al borde del abismo, en cuyo seno se agrava la divisi¨®n social.