Diabetes, la plaga del siglo XXI
A Nacho C., un malague?o de 15 a?os, comenz¨® a dolerle el pie izquierdo en noviembre de 1998. Al principio, sus padres atribuyeron la peque?a ulceraci¨®n en su dedo gordo al roce de las zapatillas deportivas y le obligaron a cambiarse de calzado. Como segu¨ªa quej¨¢ndose, le llevaron al traumat¨®logo. Pero nada pod¨ªa solucionar un especialista en huesos. El chico padec¨ªa diabetes de tipo 2, una enfermedad frecuente en las personas de edad avanzada, pero muy extra?a entre los j¨®venes. Hasta ahora.S¨®lo dos a?os despu¨¦s de que Nacho sufriera los primeros dolores, los endocrin¨®logos admiten abiertamente que la diabetes de tipo 2 se ha convertido en una epidemia. No s¨®lo se ha disparado el n¨²mero de casos, sino que en las estad¨ªsticas figuran cada d¨ªa personas de menos edad. "La enfermedad se est¨¢ desbordando y ya aparece incluso en ni?os", confirma el doctor Jos¨¦ Luis Herrera Pombo, especialista de la madrile?a cl¨ªnica de la Concepci¨®n y hasta hace s¨®lo tres meses presidente de la Sociedad Espa?ola de Diabetes (SED).
Los diab¨¦ticos de tipo 2 suman el 90% del total de los afectados por la falta de glucosa en los m¨²sculos. Al contrario de los que sufren diabetes de tipo 1 (hasta hace poco conocida como infantil), su p¨¢ncreas suele producir insulina. El problema es que los m¨²sculos son incapaces de procesarla. "Los tejidos muestran resistencia a esta sustancia, necesaria para absorber la glucosa de la sangre", explica el doctor Herrera. "Al final, el p¨¢ncreas fracasa", concluye.
En Espa?a no existen estad¨ªsticas globales sobre este mal. Pero las realizadas en algunas comunidades aut¨®nomas y provincias arrojan resultados escalofriantes: el 6,1% de los aragoneses, el 9,9% de los asturianos y el 11% de los ciudadreale?os son diab¨¦ticos. A este porcentaje hay que sumar el de quienes padecen tolerancia anormal a la glucosa, "una fase intermedia entre la salud y la enfermedad", seg¨²n el doctor Herrera: el 7,2% en Arag¨®n, el 13,2% en Asturias y el 20,7% en Ciudad Real.
Bas¨¢ndose en estos trabajos y extrapolando datos de otros pa¨ªses europeos, los m¨¦dicos calculan que en Espa?a hay 1,5 millones de diab¨¦ticos, el 90% de ellos del tipo 2. Pero esas mismas investigaciones revelan algo todav¨ªa m¨¢s alarmante: otro mill¨®n y medio de espa?oles sufren la enfermedad y no lo saben.
Desde que fueron realizados estos informes hasta hoy, los porcentajes han aumentado. "Se estima que ahora somos 200.000 m¨¢s que en 1995, y que dentro de cinco a?os se habr¨¢n sumado otros 700.000", declara Ana Bel¨¦n Torrijos, enferma ella misma y secretaria de la Federaci¨®n Espa?ola de Diabetes (FED), que engloba a la pr¨¢ctica totalidad de las organizaciones que se ocupan de esta dolencia.
Las prospectivas espa?olas est¨¢n en sinton¨ªa con las de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). En mayo, este organismo anunci¨® que en 1990 hab¨ªa en el planeta 30 millones de enfermos. Diez a?os despu¨¦s la cifra se ha quintuplicado. Y para el a?o 2010 la OMS calcula nada menos que ?250 millones de diab¨¦ticos!
?Por qu¨¦ esta explosi¨®n?
Adela Rovira, endocrin¨®loga de la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz y ex presidenta de la Federaci¨®n Espa?ola de Diabetes, explica que en la enfermedad confluyen los genes ("el patr¨®n gen¨¦tico que favorece su desarrollo est¨¢ en fase de investigaci¨®n") y factores ambientales que facilitan su expresi¨®n. Esos factores ambientales han sido frecuentemente asociados con la riqueza.
"No es tanto una enfermedad de la riqueza como de un modo de vida", precisa la doctora Rovira. "El sedentarismo y una dieta alta en grasas acompa?ada de obesidad, sobre todo en el abdomen, son determinantes".
Esas circunstancias eran hasta hace una d¨¦cada casi exclusivas de los pa¨ªses industrializados. Pero en los ¨²ltimos tiempos se han incorporado a la sociedad de consumo la Europa del Este y amplias capas de poblaci¨®n de Centro y Suram¨¦rica y, en menor medida, de ?frica. "Imag¨ªnese lo que suceder¨¢ cuando China se sume a los modos de vida occidentales. ?Hay 1.200 millones de chinos!", alerta Adela Rovira. El problema no es ajeno a las autoridades de Pek¨ªn, que han convertido la ciudad de Da Qing en un enorme laboratorio para ensayar medios de control de la diabetes.
El aumento de la esperanza media de vida tambi¨¦n incide en las estad¨ªsticas sobre esta enfermedad asociada con la edad. Adem¨¢s, las nuevas tecnolog¨ªas han sentado a millones de trabajadores ante pantallas de ordenador y los ni?os han cambiado los juegos en los que hac¨ªan ejercicio f¨ªsico por las videoconsolas. "La explosi¨®n de diabetes entre los m¨¢s j¨®venes es favorecida por la combinaci¨®n entre la comida basura y los juegos electr¨®nicos", dice la doctora Rovira. Y advierte: "Este tema debe entrar de lleno en la educaci¨®n infantil".
En la infantil y en la adulta, a juzgar por los datos recogidos en un estudio in¨¦dito patrocinado por la SED, que ser¨¢ presentado pr¨®ximamente. Seg¨²n este informe, el 10% de las personas diagnosticadas de diabetes de tipo 2 ten¨ªan lesiones en la retina. Esto supone que el mal llevaba siete a?os evolucionando cuando fue detectado por los m¨¦dicos.
Estos retrasos en los diagn¨®sticos engordan a¨²n m¨¢s la enorme cantidad de dinero destinada por el Estado a combatir la enfermedad: 326.000 millones de pesetas, el 4,4% del presupuesto sanitario espa?ol. El dato figura en el estudio internacional El coste de la diabetes tipo 2 en Europa, presentado en noviembre del a?o pasado. En ¨¦l se afirma tambi¨¦n que el coste medio de un diab¨¦tico en Europa es de 480.570 pesetas al a?o, frente a las 288.674 del resto de los ciudadanos.
Otro informe publicado el a?o pasado por los laboratorios Roche (Estudio prospectivo Delphi) se refiere al coste de la obesidad, una de las causas de la diabetes, en nuestro pa¨ªs. La cifra ha sido obtenida tras sumar la asistencia ambulatoria y hospitalaria a las enfermedades asociadas y a los costes por mortalidad prematura o bajas laborales. Resultado: 341.000 millones de pesetas. Pero lo m¨¢s curioso es que el 64% de esta cantidad corresponde a gastos en productos de parafarmacia: dietas milagro, herborister¨ªa, acupuntura... Tras este escaparate de productos y tratamientos se ocultan con fecuencia el fraude comercial y, lo m¨¢s grave, una diabetes sin diagnosticar.
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